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Enviado por   •  12 de Noviembre de 2014  •  998 Palabras (4 Páginas)  •  144 Visitas

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LA MAMADERA

El biberón es uno esos objetos sin cuya existencia nos cuesta imaginar el día a día de la humanidad. Algo así como la rueda, Internet, el teléfono móvil, etc. Su función es simple a la par que esencial: alimentar a los lactantes que no pueden ser amamantados por la madre o por una nodriza. Revisemos la evolución de un invento que no se hizo en un día y que mejora continuamente.

Al principio fue el pecho

Un bebé que ya no puede ser amamantado ni por su madre ni por una nodriza, es una situación que ha debido producirse muchas veces en la historia de la humanidad. Antes de que el hombre inventara el biberón, como objeto que imita el pecho materno, se recurría a diversos utensilios y a la reutilización de objetos de uso doméstico (cazos, cucharas, etc.). Sin embargo la forma del biberón determinará la manera de alimentar al bebé. El bebé puede beber, mamar o succionar la leche. Dependiendo del modo elegido, la digestión será más o menos fácil y la situación reproducirá más o menos el acto de tomar el pecho, basándose en un elemento esencial, el reflejo natural de succión del lactante. El primer biberón aparece en la Edad Media bajo la forma de un cuerno de vaca perforado y recubierto de ubre de vaca o de un trozo de tela enrollado. Los primeros biberones "fabricados" aparecieron en los siglos XVI y XVII y su uso estaba reservado a las esferas con más poder adquisitivo de la sociedad. Se trataba de adaptaciones en plata o cristal de aquel biberón primitivo, o bien de utensilios de madera o estaño. En los siglos XVIII y XIX surge una gran diversidad de modelos. Todos estos inventos intentan reproducir un sistema que obligue al niño a succionar. Por lo que se fabricarán biberones de estaño, de hojalata, de cerámica, como el biberón bretón llamado "Pod Bronnek", y finalmente de vidrio soplado. El vidrio representó una revolución, porque se limpia fácilmente, no se oxida y reduce el riesgo, en aquel entonces mortal, de infecciones gastrointestinales. Los primeros tenían formas de botellas sencillas y a modo de tetina se les acoplaba una esponja o un trozo de tela enrollado. Luego llegarían el biberón lenguado, el biberón zueco, el biberón termo o el biberón esterilizador, dignos antecesores de este utensilio antes de la aparición moderna del biberón de pírex.

Los biberones adquieren incluso nombre propio…

Con la revolución industrial, a mediados del siglo XIX, el biberón, deja de ser un objeto artesanal y anónimo para ser un producto fabricado en serie y a gran escala. A partir de entonces se les pone un nombre propio, el de su inventor: médico, comadrona o fabricante. Al niño ya no se le da el biberón, sino el biberón de Madame Breton, Darbo, Thiers, Mathieu, etc. El inventor fabricante más célebre de la época, que conservaría su hegemonía durante 50 años, fue Édouard Robert. La fama de su biberón de tubo largo (un frasco de vidrio provisto de un frasco largo en su interior y un tapón perforado por el que pasa un conducto externo de caucho conectado a una tetina) incluso ha dejado huella en el idioma

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