Tembeleque
Enviado por Stalinbfer • 30 de Octubre de 2014 • 649 Palabras (3 Páginas) • 222 Visitas
La noche del 8 de enero de 1992 todo estaba tranquilo había visto una película con mi madre y había caído dormida junto a ella, aproximadamente a las 2 de la madrugada oímos murmullos, voces y pasos. Al espiar por la
ventana del baño que daba justo a la Av. América, la sorpresa fue que había varios autos con luces apagadas, policías encapuchados y fuertemente armados. Algunos estaban en la terraza de mi casa podía ver las sombras desde debajo de la cama, lugar en el que mi madre me resguardó luego de que escuchó tres disparos, no entendía que sucedía. Al mismo instante en el patio de abajo seis encapuchados de las Fuerzas Especiales con metralletas en mano reventaron una granada cerca del departamento que Juan Fernando Hermosa alquilaba, que dicho sea de paso fue el departamento en la que viví algunos años atrás. Cuatro de ellos rodearon el patio y dos patearon la puerta hasta abrirla e irrumpieron en el departamento, lo que pasó adentro ha sido objeto de varias especulaciones a lo largo de esta veintena de años, pero en palabras de Claudia Morales, vecina de Juan Fernando, “entraron en la casa y se vio que corrieron hasta el fondo, no escuchamos nada pero luego vimos como sacaron un bulto ensangrentado en sábanas blancas”. La persona que estaba en esas sábanas blancas era la señora que había criado a Juan Fernando, no era su madre sino quien lo cuidaba, la señora padecía de sordera, gustaba de la costura y todos los días salía al patio a tomar un poco de sol, tiempo después por testimonios y conversaciones personales con el padre de Juan Fernando todos los vecinos nos enteramos que la señora había sido asesinada a quema ropa, once tiros se habían contado en su pecho.
Paralelamente, en el lugar donde estaban parqueados los autos de oficiales encubiertos en la Av. América, se vivía otro infierno, había llegado una patrulla y una ambulancia. Nada estaba callado como al inicio, un oficial tenía un megáfono en la mano y cuando mi madre intentó salir a la terraza un grito enfurecido y directo del oficial dijo “señora meta la cabeza o le disparamos”. Balas iban y venían, Juan Fernando estaba entre el techo de mi casa y del restaurante de al lado, todos se movilizaron y apuntaban hacia la terraza. Mientras tanto el bulto ensangrentado, la señora que había sido asesinada en el patio de abajo, era lanzado a la ambulancia como si no se tratara de un ser humano.
Tiempo después de este fatídico hecho, Juan Fernando Hermosa fue llevado al departamento con un fuerte resguardo policial para hacer la reconstrucción de los hechos. Los vecinos incluyendo mi madre alguna vez quisieron visitarlo en el lugar donde lo habían encerrado, pero el miedo no se los permitió. Además, el día a día pasaba entre declaraciones, periodistas y medios de comunicación. Agentes de la policía exhortaron al total silencio a todos los vecinos, veíamos en los medios las “supuestas
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