¿Teología De La Vida Consagrada "hoy"? ¿Cuál Es El Problema?
Enviado por churinfulinfula • 6 de Diciembre de 2014 • 2.287 Palabras (10 Páginas) • 272 Visitas
¿Teología de la vida consagrada “hoy”? ¿Cuál es el problema?
La vida consagrada está siendo pensada y repensada antropológica y teológicamente desde muchas perspectivas. Si algo ha caracterizado el tiempo posconciliar respecto a la vida religiosa es que ésta ha pasado de ser considerada desde una perspectiva únicamente canónica, ética y espiritual a una perspectiva teológica. En los últimos años -al compás de los sínodos sobre las formas de vida cristiana- ha sido reubicada en la eclesiología existencial y en la antropología teológica -a partir del diálogo interreligioso e intercultural-. Hay teología de la vida consagrada. Pero es una teología del camino, siempre abierta. Es una teología que pide una nueva sistematización de la teología de nuestras facultades y universidades. La teología de la vida religiosa, tal como hoy se elabora, pide a la teología sistemática más atención a la Pneumatología, a la Eclesiología existencial, a la teología de la Alianza y la Misión, a la opción preferencial por los pobres, desplazados y marginados del sistema -a la que tan sensibles son los carismas de la vida consagrada-.
Los últimos doce años
La teología no se alimenta solo de las citas del siglo pasado, de su confrontación con los pensadores del siglo pasado. Ella no debe olvidar lo que ha ocurrido en estos 12 últimos años. Está emergiendo con toda su fuerza la sociedad de la información, de la comunicación, del conocimiento, de la economía mundial. Hoy el ser humano se expresa de las formas más variadas y es consciente de las fuerzas maléficas que lo desafían y atentan: la violencia, las redes del mal, la destrucción del hábitat humano a causa de una industrialización avara, la dificultad de entendimiento entre quienes tiene puntos de vista y perspectivas de vida contrastantes.
Hoy se descubren los diferentes usos de la inteligencia evitando el monopolio del uso meramente racional, para desplegar otros usos como el emocional, el estético (poético o artístico, el musical), el religioso o místico o espiritual, incluso la razón deportiva o del juego; incluso se habla de la inteligencia empresarial, de la inteligencia social y hasta de la inteligencia artificial.
Resulta impresionante introducirse en el mundo universitario y descubrir sus nuevas tendencias de pensamiento, de investigación, las nuevas formas de acceso al conocimiento, a los textos, a la historia, la convicción de que la investigación no avanza únicamente con cerebros individuales, sino formando teams, equipos interdisciplinares que pacientemente y desde diversas perspectivas investigan lo macrocósmico y lo microcósmico, lo espiritual, lo cultural e histórico, lo individual y lo social, lo político y lo planetario. Incluso el mundo de los negocios y de las empresas responden a nuevos modelos de relación con los individuos y las comunidades, introduciendo en sus intereses elementos de espiritualidad, de arte, de religiosidad, de formas posmodernas de liderazgo e integración en la comunidad empresarial. Esta sed de totalidad, de apertura hacia lo ilimitado, hace de la mente humana un lugar teofánico: la razón singular y colectiva es portadora de nuevas visiones que no cesan, sedientas siempre de mucho más.
La creatividad humana, en su nivel tecnológico, científico, artístico, cultural, es hoy un fenómeno sorprendente. También la destructividad humana adquiere hoy grados impresionantes de fuerza. Las redes de mal son poderosas y utilizan múltiples artificios para extenderse y apoderarse de la sociedad (la pornografía, la violencia, los atentados contra la intimidad de las personas, el control de los individuos hasta límites insospechados)
Por eso, hay que acercarse al mundo de los intelectuales, de la física y química, de las teorías científicas que intentan explicar al mundo. Hoy la interdisciplinariedad se impone por doquier. El conocimiento está adquiriendo proporciones tales que ya no hay individuo capaz de abarcar una zona adecuada. Hoy se necesitan teams, grupos especializados. Ninguna tarea intelectual es hoy confiada a un solo individuo, por más perspicaz y visionario que sea: debido al mundo de interconexiones en el que vivimos, se hace necesario integrar las individualidades en grupos intelectuales -teóricos y prácticos-. El individualismo apenas tiene éxito en este ámbito. Lo válido son hoy grupos de investigación, de pensamiento, de progreso. Y hemos de ser muy conscientes de que no hay género, ni nacionalidad que tenga el monopolio de la inteligencia: no solo los varones, también -y en muchos aspectos más-, las mujeres, no solo los casados, también los célibes, no solo los del Norte, también los del Sur, no solo los Occidentales, también los Orientales.
Estamos en el tiempo de la ínter-modernidad. Los occidentales hemos sido tan autosuficientes que hemos monopolizado la descripción del tiempo. Como si sólo existiera nuestra modernidad (la de la Ilustración europea) y como si a nosotros nos tocara de definir, a partir de ahí, la pos-modernidad. Por otra parte, se trata de una modernidad fundamentalmente masculina. Hay también otras “modernidades” en los diversos continentes, en otros grupos que hemos marginado y que piensan ahora desde claves diferentes. Nos encontramos en el tiempo de la inter-modernidad. En ese momento de encuentro o de choque de civilizaciones, de culturas; de lucha por la hegemonía cultural. Podemos optar por el diálogo, la ínter-relación o el deseo de poder que nos lleve a tratar de eliminarnos mutuamente. La inter-modernidad emerge en el pensamiento filosófico, en la investigación y creación artística, en la valoración de “lo otro”, “lo extranjero”, en la hospitalidad cultural. Esta impresionante intermodernidad aparece ahora en la filosofía, en la arquitectura, en los medios de comunicación, en las redes sociales, en la forma de entender el progreso, en los relatos que se escriben, en las canciones interculturales, en los programas televisivos de masas, en las interacciones de los políticos planetarios, en las formas de liderazgo (governance), en el mundo de los business.
Hoy no se es justo, ni intelectualmente creíble, si en nuestros discursos y escritos solo citamos a los occidentales, a los varones, a los pensadores del Norte, o si olvidamos lo que está ocurriendo en los últimos 12 años y nos quedamos estancados en el siglo XX.
Aplicación a la Vida Religiosa
¿No deberá suceder esto también en la teología? ¿No deberá ir por ahí la agenda teológica de nuestro próximo futuro? Nadie es autosuficiente. Necesitamos, más que nunca, la teología del diálogo entre teólogas y teólogos, entre disciplinas diversas, entre nuestra realidad histórica y presente y la realidad del mundo y culturas emergentes. Incluso lo necesitamos para investigar la Biblia,
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