Tipos De Marketing
Enviado por efrainvasquezp • 13 de Noviembre de 2013 • 1.050 Palabras (5 Páginas) • 374 Visitas
Uno de los mayores errores que se
cometen a la hora de abordar un
proyecto CRM es centrar la atención
única y exclusivamente en
la elección de un paquete de software
y descargar toda la responsabilidad del
proyecto en la tecnología y en el departamento
de sistemas. No es tarea fácil hacer comprender
a los directivos involucrados en este
tipo de proyectos que la tecnología no es más
que el medio que servirá para conseguir un
fin; en este caso, la puesta en marcha del proyecto
CRM. Esto no quiere decir que la elección
de la solución informática no sea importante,
ni que el papel del departamento de
sistemas no sea relevante; pero, sin duda, hay
otros factores que deben ser estudiados y
analizados antes de llegar al momento de la
elección del software.
El punto clave en la implantación de una
solución CRM se centra en definir claramente
el objetivo y para ello es necesario que la organización
reflexione sobre cuál es su situación
actual, qué problemas o deficiencias ha detectado,
cuáles son los objetivos que desea cumplir
y las mejoras que quiere lograr, cuál es la
solución que debe adoptar y los pasos que tendrá
que desarrollar para ponerla en marcha.
Todo esto debe materializarse en la definición
de una estrategia CRM, alineada con la estrategia
de la empresa y en consonancia con sus
necesidades tácticas y operativas.
Implantar un proyecto CRM En un mercado global cada vez más
competitivo, en el que el producto ya
no es un elemento diferenciador, las
organizaciones se plantean cambiar
sus estrategias basadas en el producto
por estrategias basadas en el cliente.
Ante este nuevo planteamiento, son cada vez
más las áreas de la empresa, además de márketing
y ventas, que tienen o pueden tener relación
con el cliente y que deberían estar involucradas
en esta nueva estrategia. En este
contexto, es necesario que el proyecto se plantee
con un enfoque totalmente corporativo y
no departamental.
En la mayoría de los casos, la implantación
de un proyecto CRM conlleva la redefinición de
ciertos procesos de negocio para hacerlos más
eficientes y adaptarlos a los objetivos definidos
en la estrategia. Entre los objetivos que persigue
esta redefinición se
encuentran los siguientes:
conseguir un mejor
flujo de información entre
las áreas afectadas,
incrementar el rendimiento
de las personas,
disminuir los plazos de
respuesta a los clientes
y, en definitiva, reducir
los costes operativos
asociados al servicio al
cliente, sin olvidar la
satisfacción del personal
que lo lleva a la
práctica. Es fundamental
no caer en el error
de creer que la implantación
mejorará por sí sola los procesos.
De este modo, parece claro que las personas
son un elemento clave en un proyecto de
este tipo, ya que la implantación de esta nueva
estrategia traerá consigo la necesidad de
un cambio de cultura en la empresa, buscando
el total enfoque al cliente por parte de todos
los integrantes de aquélla. Lograr que las personas
se sientan involucradas con el proyecto
es, sin duda, el camino más efectivo para conseguir
un alto porcentaje de éxito. Conseguirlo
no es fácil y se trata de una tarea que empieza
desde la misma definición de la estrategia.
Ver nacer el proyecto desde el principio,
que se tengan en cuenta sus opiniones y necesidades
y que éstas se vean reflejadas en el resultado
final no es lo mismo que el hecho de
que sea un proyecto impuesto, que esté diseñado
por unos pocos y que se encuentre muy
lejos de la realidad que se está analizando.
El objetivo final de un proyecto CRM es satisfacer
y fidelizar a los clientes, y esto se consigue,
en gran medida, gracias a las personas,
que son las que los atienden y las que, gracias
a su actitud, al trato que dispensan y a los servicios
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