Ética profesional y derechos humanos

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Instituto IACC

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Desarrollo

En la presente semana nos hemos adentrado a la ética profesional y derechos humanos, en donde se ha logrado evidenciar la utilidad de los códigos éticos para un adecuado y pertinente desempeño profesional, identificando la importancia de la regularización, gracias a los derechos humanos, con la finalidad de orientar la conducta humana, logrando así, una adecuada inclusión al mercado laboral, como también,  lograr la adquisición de herramientas éticas para el desarrollo del trabajo, respetando la dignidad de las personas, el derecho a ser tratados con igualdad y respeto, independiente de las creencias, culturas, sexo y religión, logrando así un óptimo desempeño profesional y laboral.

En relación a la imagen seleccionada la que lleva como título Percepción de protección y Garantía de los Derechos Humanos, la que tiene como pregunta… “En qué medida en nuestro país se protege el derecho a…”

Se ha elegido los siguientes puntos:

1. Tener un trabajo y recibir un salario digno
2. Ser tratado con dignidad y respeto, independiente del sexo, raza u otra condición (INDH, 1948).

Se ha elegido como punto uno, el derecho a tener un trabajo y recibir un salario digno.

En la actualidad e independiente que aparezca este derecho en la declaración universal de los derechos humanos, lamentablemente no se respeta, como mujer, he logrado evidenciar que, al realizar un mismo trabajo, cumpliendo con las mismas obligaciones, y trabajando el mismo tiempo que un hombre, yo ganaba un 19% menos que mi compañero, evidenciando una gran diferencia en el salario y en las oportunidades de crecimiento dentro del mercado laboral, si bien es cierto en la actualidad han presentado proyectos para igualar los salarios entre los hombres y las mujeres por realizar la misma actividad, aun no se hace efectivo. Como mujer esto genera un menoscabo tanto en mi quehacer profesional como en mí persona,  ya que en reiteradas oportunidades he oído por medios de comunicación, y más aún por la marcha del 8M, que se ha estado solicitando al estado que legisle sobre esta desigualdad, que algunas veces, es abismante la diferencia de salario, y haciendo referencia a al derecho humano de tener un trabajo y recibir un salario justo, no se ha cumplido, generando menoscabo en mi persona y en las mujeres que lamentablemente aun pasamos por estas desigualdades.

Es inmensamente cuestionable que en el año 2015, año en que se realizó esta encuesta, aún existan personas que sientan que en nuestro país no se proteja nada el tener un trabajo y recibir un salario digno, siendo esto un 25,6% de nuestro país, lo que personalmente encuentro una cifra totalmente elevada y preocupante para nuestra sociedad en donde hay más mujeres que hombres, que no se protejan los derechos laborales.

Por otra parte un 59.9%  de nuestro país, menciona que el estado protege  “algo” en relación al trabajo y a recibir un salario digno, cuando a mi juicio este porcentaje debiese estar en el ítems de totalmente. Lo anterior evidencia una falta de compromiso desde las políticas públicas hacia los trabajadores y en especial a las mujeres, desde la sala cuna universal como derecho del trabajador hasta el justo salario entre hombres y mujeres y por otra parte que sólo un 7.4% de nuestro país mencione que el país protege los derechos de los trabajadores en relación a tener un trabajo y recibir un salario digno, esto evidencia que nos falta mucho por avanzar en materia de protección y derechos laborales, cuando nos venden en televisión la idea de ser un país en vías de desarrollo, creo que como profesional en formación, existe una diferencia en lo que nos venden y lo que realmente corresponde a la realidad de nuestro país.

Otro punto de la encuesta que se ha seleccionado, hace referencia a Ser tratado con dignidad y respeto, independiente del sexo, raza u otra condición, en la triste realidad de nuestro país vemos constantemente por los medios de comunicación la violencia en contra de personas que por ser de otras culturas, raza, sexo o religión, son brutalmente golpeadas, desplazadas y segregadas de la sociedad, evidenciando que aún como país, estamos en pañales en relación a la dignidad de las personas y las políticas para la protección e inclusión de los mismos.

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