12 Hombres En Pugna
Enviado por amilsosa • 11 de Febrero de 2014 • 1.000 Palabras (4 Páginas) • 340 Visitas
Introducción
En la década de 1950, todavía no se filmaban y proyectaban filmes a color como en nuestro tiempo, es decir, con la influencia de la tecnología como hoy día nos deleita la pantalla grande. Aclaro, el que estén en blanco y negro no le resta esencia a cualquier trama, un ejemplo claro es la película “12 hombres en pugna”, la cual me mantuvo pegado a la silla de principio a fin –aunque se haya proyectado en 2 partes, por cuestiones de tiempo-.
Luego entonces, vayamos directo al grano, el guión pretende demostrar que los actos del hombre –para bien o para mal-, resulta determinantes tanto en lo personal como en lo colectivo, sin embargo, tristemente el hombre, al ser egoísta por naturaleza, su objetividad y parcialidad –para sí, su familia y con sus correligionarios- muchas veces lo llega a poner contra la pared, por lo que en el ámbito de la equidad, respeto y justicia, jamás estará conforme y convencido de la acción del otro desconocido, de ahí que la “justicia sea ciega; no sorda”.
L
a película “12 hombres en pugna”, nos habla de la imperiosa situación jurídica, -a consecuencia de un parricidio- que vive un joven estadounidense –apenas entrando a la mayoría de edad-, y que está siendo sometido a un proceso penal para decidir su suerte en la voz de un jurado y, a quienes el juez conminó a decidir entre: liberarlo o ejecutarlo en la silla eléctrica.
Dicho relato nos lleva al Nueva York de los años ´50 y con personajes totalmente dispares ya sea en cuanto a su profesión u ocupación, como en lo referente a su carácter y apreciación. He aquí algunos:
Perfil del chico:
El chico, motivo de la discusión, se le considera un sujeto peligroso, a consecuencia de la dura vida que tuvo durante su niñez y juventud, como el haber estado en reformatorios y ser excluido del ambiente social, como consecuencia del desequilibrio emocional y familiar. De ahí, es como aparentemente justificara su acción. Sin embargo, en su rostro se reflejaba el desasosiego por el destino que le deparaba saber que probablemente su vida habría de acabar brutalmente.
El viejito, en un principio votó por la “culpabilidad” del joven, sin embargo, igual fue de los que prontamente modificó su criterio a “inocente”, a consecuencia de los detalles minuciosamente planteados por el jurado # 8, y que a la postre apoyó de manera prudente e inteligente, a lo largo de la discusión creada en torno al proceso.
Henry Fonda (Jurado # 8), su actuación -debidamente argumentada- fue el detonante que orilló de manera paulatina al resto de los integrantes del jurado, a cambiar su fallo respecto a la culpabilidad del joven, al ir colocando piezas y situaciones que a la postre causaron controversia en relación a las causas probables y acciones vertidas en la consumación del ilícito; sin omitir la forma desinteresada en que su defensor se condujo para refutar durante el procedimiento todas y cada una de las evidencias y testimonios vertidos en su contra.
Su interés radicó no en llevar la contraria a sus compañeros, sino en, incitarlos a utilizar un criterio justo, congruente y apegado a la lógica en cuanto a las versiones ahí vertidas, quienes desde el principio arrearon la idea de su “culpabilidad” sin necesidad
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