12 años de exclavo

12

  AÑOS DE

  ESCLAVO

Solomon Northup, intérprete del violín, es un hombre negro libre que vive en Nueva York con su familia en 1850. Mientras su esposa viaja unas semanas a visitar a unos familiares, dos hombres blancos le proponen a Solomon que les acompañe en una gira en la que ganará mucho dinero tocando, él acepta y cae en una trampa, es drogado y vendido como esclavo. A partir de ese “suceso” empiezan 12 años de esclavitud, en los cuales tendrá varios dueños, y en donde se enfrentará a crudas situaciones. Después de más de una década, consigue su libertad encontrándose con un canadiense quien no está de acuerdo con la esclavitud, este accede a enviar una carta a Nueva York buscando pedir sus papeles de hombre libre.

Este caso no es lejano a la actualidad, pues a pesar de existir “libertad”, se presentan casos en donde ilícitamente se priva de esta a personas en contra de su voluntad con la finalidad de exigir por su liberación obteniendo un provecho ilícito o cualquier utilidad de tipo económico u otro beneficio de orden material, o a fin de obligar a alguien a que haga o deje de hacer algo^[1].

Según la ONU, en la resolución 2002/16, se distinguen nueve tipos de secuestro, los cuales son; con fines de extorsión, con fines políticos o ideológicos, entre grupos delictivos, vinculados a disputas familiares o domésticas, con fines de explotación sexual, simulado o fraudulento, exprés, virtual, y por último, venta de la víctima de un secuestro a otro grupo, estos últimos tres son secuestros en constante evolución, pues a pesar de las estrategias de prevención, los delincuentes buscan nuevas maneras de superarlos.

En Colombia, entre 1970 y 2010, se han presentado 39.058 víctimas en los casos de secuestro, atribuidos la mayoría de estos a la delincuencia común, seguido por las Farc, el ELN y las bandas criminales como autores de estos sucesos. Al encontrar los altos índices de estos casos, se enciende la alarma de temor, pues no se está exento de pasar por la misma situación, ningún ser humano debe estar privado de su libertad en contra de su juicio, de no ser así, se estaría atentando a la integridad de los derechos humanos, ya que perder la libertad, es dejar de ser uno mismo, y de esta manera se estaría perdiendo la capacidad de elección, de toma de decisiones.

En conclusión, bajo ninguna circunstancia, ningún ser humano debe ser tratado como una mercancía, denigrando su dignidad, pues todos los seres humanos por naturaleza somos libres de pensamiento, cuerpo y alma.

ÉTICA Y POLÍTICA-GRUPO 55

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