15 años - Ensayo

Desde mi punto de vista, creo que las fiestas de quince años no difieren mucho de los rituales de transición de la niñez a la adultez africanos o asiáticos, excepto que éstos últimos implican un grado de dolor que en este lado del mundo describiríamos como “salvaje”. Pese que las quinceañeras también lo sufren pero con el objetivo de verse “más bellas” ese día; ¡por favor!, no vamos a negar que la depilación de brazos, piernas, cejas y bigote no duele nada. La diferencia está en que esas tradiciones que calificamos como “salvajes” tienen un significado que hace que todo el “show” no sea, por así decirlo, en vano. Seamos realistas, ¿Qué significa el quince años para una joven?, simplemente el gran momento donde todos los invitados veremos el cambio de niña a mujer por el que ella está pasando; no hay que ser un erudito para darse cuenta de éste hecho, y menos cuando en toda la fiesta el Dj se la pasa repitiendo una y otra vez esa canción tan trillada de Thalía, en la cual se pregunta que qué le pasa, que no sabe, que su cuerpo cambia y luego descubre ¿Qué?, exacto, se convirtió en mujer; démonos una pausa; ninguna chica es “mujer” a sus 15 años; según el desarrollo humano, se alcanza la adultez a los 25, mientras que a los 15 todavía somos “púberas” pasando a la adolescencia, ¡ni siquiera votamos!. Ahora en un sentido más estricto y moderno de lo que esta fiesta pretende ser, los padres están dando a conocer a una mujer que es adulta y por tanto madura en todo sentido, eso quiere decir que tiene decisión completa sobre sus actos y si quiere tiene relaciones intimas, estudia, no estudia, se la pasa trabajando o “farreando”, se casa, o no y un montón de cosas más de las que se supone una mujer puede ser capaz de responsabilizarse, pero… ¿Los padres lo permiten? Claro que no, ninguno se imagina a su hija haciendo esas “barbaridades” a tan corta edad. Entonces es aquí que nos preguntamos ¿Dónde quedó esa gran fiesta en la que gastaron miles de bolivianos, tiempo y energía diciéndonos que su retoño ya es una flor? Así es como nos damos cuenta que ésta “tradición” es hueca e hipócrita, lo primero porque con el tiempo el verdadero significado se desvaneció; aquél que presentaba a la sociedad una señorita lista para casarse; ahora es un gasto banal de recursos y lo segundo porque sabiendo que éste es el verdadero objetivo no se atreven a aceptarlo por ningún lado; todos sabemos que los tiempos cambian así que a estas alturas deberíamos ser más racionales y en todo caso celebrar una fiesta de 21 años.

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