Simbolismo Ritual en la cultura Tumaco-La Tolita
Enviado por Jazmin Soto • 22 de Noviembre de 2015 • Informe • 1.504 Palabras (7 Páginas) • 640 Visitas
SIMBOLISMO RITUAL EN EL ARTE DE LA CULTURA TUMACO-LA TOLITA
Jazmin Nicole Soto Rodríguez
Ensayo Expositivo para Composición I
Profesor: Yudi Buitrago
Universidad San Francisco de Quito
01/11/2014
La cultura Tumaco-La Tolita fue una sociedad que guardaba una fascinación profunda hacia la ritualidad de la muerte y al plano metafísico de la existencia; por ello, desarrollaron complejas elaboraciones estéticas que hacían referencia a las mismas. El descubrimiento de diferentes objetos de carácter suntuario en los centros ceremoniales, mostró la transición sobre cómo se realizaban los mismos, desde un alto grado de perfección hasta un trabajo repetitivo de moldeamiento[1]. Dado lo anterior, mi ensayo busca describir la importancia de los objetos de arte en los ritos mortuorios y el poder simbólico que conllevaban.
En primer lugar creo importante introducirnos a esta sociedad del periodo del Desarrollo Regional. Conocida en Ecuador como La Tolita y en Colombia como Tumaco, esta civilización se estableció en el territorio entre el río Saija (Colombia) hasta la Bahía de San Mateo (Ecuador), una extensión costera de aproximadamente 500km. Su ecosistema es considerado como selvático-marino, ya que está en estrecha relación con ríos, manglares y el bosque tropical. Debido a esta ventaja ecológica, la población Tumaco-La Tolita estuvo rodeada de una flora y fauna impresionante. Aquí se encuentran diversas especies de animales, ya sean terrestres, marinas o áreas. Asimismo, el área estaba rodeada de una gran vegetación, especialmente de ciertas plantas alucinógenas. Al estar situados cerca de depósitos aluviales a lo largo de las cuestas del Pacifico, tenían una gran variedad de oro nativo. Además, esta cultura es reconocida por la construcción de montículos de tierra artificiales o tolas, donde se llevaban a cabo importantes ritos y ceremonias. Gracias a todas estas características y en especial a que la isla La Tolita gozaba de una ventajosa ubicación en la confluencia de tierra y mar, esta región se convirtió en un centro de comercio, de difusión cultural, y en una de las principales sedes políticas-religiosas de la época.
La relevancia de la Isla La Tolita, no solo radicaba en su excelente ubicación: asentada en la desembocadura del río Santiago, sino en el gran centro ceremonial construido en aquella zona. Con una peculiar forma de U, el centro estaba conformado por diversos montículos artificiales de tierra (tolas), los cuales llegaban hasta los 7 metros de altura. Los especialistas que los edificaron tenían una técnica muy compleja, que iniciaba con la quema del piso natural para compactar el material arcilloso del suelo y finalizaba con el recubrimiento del último piso con tiestos. Aparte de este complicado proceso de construcción, los peritos sabían la relevancia simbólica y espacial del diseño de las mismas, al estar en orientación este-oeste, se hacía alusión a los movimientos del sol y este hecho forjaba que su función esté íntimamente relacionada a la actividad ritual. Aquí se llevaban a cabo grandes ceremonias. Los entierros eran una de las principales actividades del lugar, donde se rendía homenaje al difunto dotándole de ornamentos, cerámicas y oro para facilitar su paso a la otra vida. Debido al propósito mortuorio y de protección que tenían todos estos objetos, ellos estaban elaborados con el mayor ahínco por artesanos profesionales, sobretodo en la fase La Tolita Clásico. Del mismo modo, se consumaban la celebración de las festividades, las cuales constituían enlazamientos comunitarios en ideales económicos, políticos, sociales y religiosos. Estas galas buscaban de igual forma educar a la sociedad y se regular la conducta social.[2]
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