7 Habitos De Los Estudiantes Altamente Efectivos
Enviado por robertorg_12 • 26 de Septiembre de 2011 • 4.883 Palabras (20 Páginas) • 1.668 Visitas
COMENTARIO
Es un típico libro de autoayuda, con muchos ejemplos prácticos, y que propone siete hábitos para los adolescentes. Son interesantes, concuerdan con algunos de los recursos que nosotros estamos educando en nuestros cursos para padres. De una manera muy coloquial, el autor expone la mayor parte de las inseguridades propias del adolescente, dándoles una respuesta muy práctica: adquirir buenos hábitos de vida, saber verse a sí mismo de manera positiva, detectar dónde están los fallos o malos hábitos, todo esto les va a permitir a los chicos enfrentar mejor los desafíos vitales. No es un libro con una pedagogía muy elaborada, pero es útil para ir elaborando un mapa de los recursos de los adolescentes, de todo aquello que puede prevenir problemas y lograr una trayectoria positiva en estos años. Es interesante comprobar, según los ejemplos que da este autor, cómo los propios chicos o chicas encuentran a veces el modo de cambiar un hábito, el momento en que se les ocurre una buena solución, o detectan que hay creencias negativas perjudicándoles, porque podemos ayudarles, desde ese conocimiento de sí mismos, a fortalecer esos buenos hábitos.
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INDICE
PARTE 1: Los preparativos
Cap. 1: Adquirir el hábito: te hace o te deshace
Cap. 2: Paradigmas y principios: lo que ves es lo que tienes
PARTE 2: La victoria privada
Cap. 3: La cuenta de banco de las relaciones: comenzar con quien está en el espejo
Cap. 4: Hábito 1. Ser proactivo
Cap. 5: Hábito 2. Comenzar con la meta en mente
Cap. 6: Hábito 3: Poner primero lo primero
PARTE 3: La victoria pública
Cap. 7: La cuenta de banco de las relaciones: de lo que está hecha la vida
Cap. 8: Hábito 4. Pensar en ganar - ganar
Cap. 9: Hábito 5. Busca primero entender, luego ser entendido
Cap. 10: Hábito 6. Sinergizar
PARTE 4: Renovación
Cap. 11: Hábito 7. Afilar la sierra
CAPITULO 1. Adquirir el hábito: te hace o te deshace
Los siete hábitos que propone el autor para los adolescentes son: 1) Ser proactivo: hacerte responsable de tu propia vida, 2) Comenzar con la meta en mente: definir tu misión y tus metas en la vida, 3) Poner primero lo primero: marcarse las prioridades y hacer primero lo más importante, 4) Pensar en “ganar, ganar”: tener una actitud de “todos pueden ganar”, 5) Buscar primero comprender y luego ser comprendido: escuchar sinceramente a los demás, 6) Sinergizar: trabajar en conjunto para lograr más, 7) Afilar la sierra: renovarte con regularidad. El autor explica lo que estos hábitos no son, o lo que serían malos hábitos: 1) Reaccionar a los demás sin responsabilizarse de nada, culpando los demás o enfrentándose a ellos, 2) Comenzar sin tener claras las metas, no tener planes, no pensar en futuro ni en las consecuencias de lo que haces, 3) Dejar lo importante para mañana y hacer todo lo superfluo antes, 4) Ver la vida como una competencia perversa, no dejando que nadie tenga éxito, 5) Hablar siempre el primero y fingir que se está escuchando, hablar mucho y dar siempre tu versión de las cosas, 6) No cooperar, no llevarse bien con personas distintas, ser una isla, 7) Desgastarse, no renovarse, no superarse, no mejorar, no aprender. Qué efectos tienen estos siete hábitos, a qué ayudan a los adolescentes que los adquieren: a ejercer el control sobre sus vidas, mejorar sus relaciones con sus amigos, tomar decisiones prudentes, superar las adicciones, definir sus valores y lo que más les importa, hacer las cosas en menos tiempo, aumentar su seguridad, ser feliz, encontrar un equilibrio entre sus distintas actividades y obligaciones. El libro es una guía práctica para que la puedan consultar los adolescentes y aprender estos hábitos.
CAPITULO 2. Paradigmas y principios: lo que ves es lo que tienes
Paradigma es la manera como vemos algo, un punto de vista, marco de referencia o creencia. Pueden ser erróneos, y en algunos casos impedirnos lograr metas valiosas que sí podríamos alcanzar con otro marco mental. El paradigma es un modo de pensar sobre uno mismo, y por tanto de ver la realidad de un modo más positivo o negativo. A menudo no sabemos lo que nos estamos perdiendo, por una visión reducida de las cosas. Hay paradigmas sobre uno mismo, sobre los otros y sobre la vida. Si tienes una idea negativa de ti mismo, puedes imponerte limitaciones que no son necesarias: si estás con personas que confían en ti y que te enseñan, puedes superar las dudas y pensar de manera positiva. La mayoría de personas con éxito cuentan que en algún momento en sus comienzos alguien creyó en ellos, aunque solo fuese una persona, que da apoyo y fortalece o nutre sus aspiraciones, da consejo, y ofrece una visión positiva de las posibilidades de quien está empezando. Sobre los demás tenemos a menudo opiniones precipitadas, incompletas, imprecisas, o erróneas. Hay que ampliar la imagen que tenemos de otras personas, para comprender todos los hechos, hay que estar abiertos mental y afectivamente a nueva información, a las ideas y los puntos de vista de otros, estando dispuestos a cambiar de punto de vista cuando sea necesario. Para cambiar nuestras vidas es necesario cambiar el modo como vemos el mundo, para luego producir otros cambios.
También formamos paradigmas sobre cómo es la vida: ¿qué me impulsa, que me hace pensar, qué me obsesiona? A lo que damos más importancia es el centro de nuestra vida, formando un paradigma o visión del mundo. Qué ocupa las vidas de los adolescentes:
- Están centrados en sus amigos: necesitan un buen grupo de amigos y no sentirse excluidos. Son importantes, pero los amigos no pueden ser su centro. La identidad no puede basarse por completo en tener amigos. Los amigos son un fundamento inestable, según el autor.
- Están centrados en las cosas que tienen: el materialismo enseña a los adolescentes que gana quien tiene más cosas, también más logros y más títulos. Son valores, pero no podemos centrar toda la vida en ellos. La confianza debe provenir del interior.
- Centrados en sus novias o novios: los adolescentes tienden a centrar toda su vida en la persona que les gusta, lo cual supone que les cuesta más ser queridos por esa persona, resultan menos atractivos y pueden ser molestos, porque forman todas sus emociones alrededor de quien les gusta. Al entrelazar sus identidades, no consiguen desprenderse uno del otro, y aparecen los conflictos constantes.
- Centrados en la escuela: la educación es vital para el adolescente, para su futuro, pero las clases no pueden ser toda su vida. La obsesión por las calificaciones les puede hacer olvidar que van a la escuela a aprender.
- Centrados en los padres:
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