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-¿A Qué Edad Los Niños Comienzan A Cuestionarse Sobre Temas Sexuales?


Enviado por   •  16 de Marzo de 2014  •  2.144 Palabras (9 Páginas)  •  627 Visitas

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-¿A qué edad los niños comienzan a cuestionarse sobre temas sexuales?

La educación sexual debería comenzar desde la más temprana niñez, especialmente cuando el niño comienza a desarrollar el lenguaje y puede realizar preguntas. Para un pequeño, la sexualidad es un tema más entre tantos otros. Un principio pedagógico afirma que se debe enseñar a partir del interés del niño. Puede indagar por qué tiene vagina o pene igual como le preocupa por qué hay estrellas.

Si se escuchan sus inquietudes como cualquier otra, el tema sexual pasa también a ser natural, sin más importancia que la que poseen otras preocupaciones y sin la carga de la tabú y misterioso que habitualmente tiene para los adultos. Si, en cambio, no se le responde o se inhibe su curiosidad (¿Por qué preguntas tonteras? Eres muy chico para esas cosas), puede fijarse en él la inquietud, sentirse inseguro y creársele dificultades en su forma de relacionarse con los demás.

No sólo importa la información que se le dé al niño, sino también que los padres comuniquen sentimientos y juicios valóricos a sus hijos. Los niños reciben mensajes de libros o televisión, pero éstos suelen ser neutros o, peor aun, confusos. Es función paterna ser orientadores, transformando, por ejemplo, un aviso publicitario en una oportunidad educativa.

-¿A qué edad los niños ya definen completamente su rol sexual?

El resultado final del proceso de desarrollo será un conjunto de actitudes acorde con la edad, ambiente, las relaciones familiares y otros factores, distintos unos de otros, en

cada individuo.

Al cabo de los cinco o seis años, en el niño estará establecido su rol sexual. La figura de los padres es el eje principal de la identificación sexual, ya que ellos, como modelos o referencias principales son el estimulo suficiente para un desarrollo normal. Son el espejo a través del cual aprende su rol sexual, es decir, la conducta que se espera en un varón o en una mujer. El niño se siente semejante al padre o a la madre y actúa como si fueran modelos.

-¿Es bueno esperar a que ellos planteen sus dudas?

No hay que inquietarse. Cada niño tiene su propio ritmo y hay que esperar que surja la inquietud

-¿Qué hacemos si pasa el tiempo y el niño no demuestra interés?

La curiosidad debe aparecer alrededor de los tres años.. Si eso no ocurre, hay que aprovechar la maternidad de algún familiar o amistad para abordar el tema y conversar sobre el origen de la vida.

¿Es imperioso utilizar desde el comienzo las denominaciones correctas para referirse a los órganos sexuales?

Siempre es útil en los menores ayudarse con todo tipo de gráficos o dibujos, ayuda mucho en la pedagogía el escuchar y ver para captar mejor el mensaje.

-En un ambiente social cargado de sexualidad, ¿qué tanto afectan los medios de comunicación en el mensaje sexual que reciben los niños?

Comenzar por dar al menor la confianza emanada de la certeza de que los padres no tienen nada que ocultarle y siempre dicen la verdad. De este modo, no sólo se prepara al niño para una adolescencia serena, sino que se establece una relación de confianza, afecto, colaboración y respeto mutuos.

-¿Cuáles son los conceptos más importantes que los niños deben comprender cuando comienzan las primeras preguntas?

La familia, indiscutiblemente. Es el núcleo principal donde se les debe entregar un marco de referencia ético, moral, social y especialmente sexual, puesto que la relación afectiva que une a los padres genera un clima propicio para la comunicación y el aprendizaje. Otro escenario favorable es el jardín infantil, por la presencia de distintos profesionales que pueden abordar el tema en propiedad, siempre y cuando en el hogar se haya tratado el asunto previamente.

La educación sexual en el colegio debe ser sólo una extensión de la que se imparte en el hogar.

Lo importante es que entre la información entregada en uno y otro escenario no haya disonancia y tenga como finalidad que el niño se sienta acogido y, además, se aclaren sus dudas.

-¿Cómo hacerlos diferenciar entre la realidad y la fantasía?

A partir de los tres años comienzan además a vivir la edad lúdica: florece la imaginación, la fantasía, las inquietudes y surge el juego como la dinámica esencial en el proceso de crecimiento.

Entre los tres y cinco años lo sexual comienza a ser parte de los juegos. Se invitan a bajarse los pantalones, conversan, juegan al doctor o al papá y la mamá en la cama. Esto es parte del descubrimiento natural de ser hombres y mujeres, por lo tanto es esperable esta clase de actividades. Una dosis de juegos sexuales es parte normal del desarrollo infantil y si se les entregan conocimientos apropiados, incluso es factible que los niños no loS utilicen como válvulas de escape de sus inquietudes internas. A esta edad les intriga, por ejemplo, el porqué de las diferencias anatómicas, la importancia de las distinciones, cómo hombre y mujer se complementan en la reproducción.

-¿Cuál es el mejor ambiente en que un niño debe recibir esta enseñanza? (casa, colegio)

Existe consenso entre los educadores y padres que una de las funciones principales de la familia es el cuidado de los hijos, lo que involucra también su crianza y educación. Sin embargo, una de las quejas más habituales de los padres frente a los medios de comunicación y especialistas, es que no siempre cuentan con las herramientas necesarias para realizar adecuadamente su función, lo que se. hace profundamente patente en el tema de la educación sexual.

Son muy pocos los padres que conversan sobre sexualidad con sus hijos. Muchos por vergüenza, otros evitar temas que les resultan incómodos, otros por conocimiento, independientemente de las creencias religiosas que posean y de lo trascendente que consideren la educación sexual.

Los profesores tampoco se sienten bien capacitados. Así las cosas, no debería sorprender que los niños y jóvenes se perciban poco informados. ¿Por qué no se habla? Quizás porque no se sabe cómo y por ello antes de enseñar a los hijos propios se debe educar el padre primero. En general se parte de un principio equivocado: la sexualidad identificada sólo con la genitalidad, como se piensa popularmente. Sin embargo, aquella no apunta solamente a un hecho biológico, referido a que las personas tienen órganos genitales que permiten a la especie reproducirse y sentir placer, sino que abarca una concepción mucho más amplia. Implica asumir una identidad y rol sexual; dar y recibir afecto, comprometerse, amar y gozar. Sólo teniendo esto en cuenta se asumirá responsablemente. La sexualidad es constitutiva del ser

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