ACEPTEMOS NUESTRO DESTINO

La vida del hombre se caracteriza por la búsqueda de algo duradero, algo que pueda permanecer a lo largo de los años. Durante esa gran búsqueda surgen todas las preguntas que no dejan ser feliz al hombre ¿Por qué nacemos? ¿Para qué venimos al mundo? ¿Qué es la vida? ¿Por qué si nacemos debemos morir? ¿Qué es la muerte? Todas estas preguntas nos agobian desde el momento que llegamos a la tierra, desde que somos conscientes y podemos analizar las cosas.

La curiosidad fue la principal causante de todo el sufrimiento del hombre, la pregunta ¿Por qué? Fue la que hizo que el hombre sea el único ser que debía mortificarse día a día para poder tratar de entender la vida.

El hombre posee alma y cuerpo, el saber que el alma de cada persona no morirá sino que gozará de la vida eterna es un alivio para muchos, pero otros se resignan a saber que su cuerpo sí morirá y que será enterrado y comido por los gusanos por tanto, tener la idea de un hombre que estaba con vida, respiraba y sentía y que repentinamente dejó de hacerlo puede llevar a que una persona piense que el hombre no vale nada, que no vale la pena esforzarse, que no se debería luchar, que todo es en vano. Todas estas cosas llevan a que muchas personas dejen de considerar su vida como lo que es, algo muy valioso, incomparable y único.

En el momento de su muerte, el hombre ve la vida como un montón de momentos pasajeros y la muerte como el fenómeno permanente, pero lo que el hombre nunca se ha puesto a pensar es que la vida es el fenómeno permanente y firme que cada uno de nosotros debe aprovechar mientras que la muerte es algo pasajero y temporal; todos los recuerdos que podamos tener son parte del periodo en el que vivimos y perduraran por siempre a pesar que podamos estar muertos.

Démonos cuenta ¿Qué sentido tiene dudar de casi todo y entender casi todo? Si las mejores cosas de la vida no tienen explicación.

Ha llegado el momento de que nos quitemos la venda de los ojos y veamos las cosas como realmente son valorando cada una de ellas, buenas o malas, alegres o tristes. La vida es sólo un paso entre el ahora y el mañana es el tiempo que tienes para amar, ser feliz, llorar y sentir cada una de las emociones; pues a pesar que no pedimos existir con el hecho de vivir aceptamos la vida aceptemos pues también la muerte, cuando esta se nos aproxime salgamos a su encuentro porque la muerte no es el final, es simplemente el inicio de algo nuevo que durará para siempre.

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