ADOLESCENCIA

Adolescencia

G. Stanley Hall

La enorme importancia que representa la niñez y la juventud con el desarrollo de la raza humana, cada vez es mayor. El conocimiento de las nacientes etapas y de los intereses colectivos en las diferentes edades es la mejor salvaguarda contra muchos de los frecuentes errores de la educación y la vida. El aspecto mas amplio posible de todos los hechos de la vida y la mente es educativo, y la única historia completa es la de influencias que han hecho avanzar o retroceder el desarrollo del hombre hacia su realización, siempre ideal y perpetuamente hacia el futuro.

Como la belleza y la bondad, la verdad no tiene otra prueba de validez que la de internarse por satisfacer ciertas necesidades profundas, las cuales son muchas.

El niño desarrolla una vida propia fuera del circulo del hogar y sus interés naturales nunca son tan independientes de la influencia de los adultos. Todo en una palabra sugiere la culminación de una etapa de la vida, como si representara lo que alguna vez fue, por un extenso y relativamente estacionario periodo.

Rousseau entregaría los años prepubescentes a la naturaleza y a estos impulsos hereditarios primitivos y admitirá el brote de los rasgos fundamentales del salvajismo a los doce años de edad. El arte del maestro debe de animar todo lo que los recursos de la literatura, la tradición, la historia ofrecen, lo cual representa las exuberantes e imperfectas virtudes de la niñez A si mismo, en nuestra vida de invernadero urbano que tiende a madurar todo antes de tiempo debemos enseñar naturaleza.

Los libros y la lectura son desagradables para el niño, pues el alma y el cuerpo mismos calman por una vida más activa y objetiva, y por conocer de primera mano a la naturaleza y al hombre. Esto hay que someterlo a disciplinas especiales y formarlo en las más elevadas cualidades de la edad adulta ya que no es nada más un producto de la naturaleza, sino un candidato a desarrollar ampliamente una humanidad.

El joven ansia mayores conocimientos del cuerpo y del alma que lo asistan en contra de las constantes tentaciones, y lo apoyen en la elección de una profesión y, su intelecto es normal, no hostiga a su alma en exceso respecto al carácter lógico del universo o al mando último de la verdad y la virtud.

Los instintos sociales sufren un desarrollo repentino y despierto la nueva vida del amor. El interés por la vida adulta y las vocaciones se desarrollan. El joven despierta a un nuevo mundo y no lo comprende ni se comprende a si mismo.

La adolescencia son años que constituyen la mejor década de la vida. Ningún edad es tan sensible a las mejores y mas sabios esfuerzos del adulto.

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