AGUAS SUPERFICIALES

El Recurso Hídrico Superficial se corresponde principalmente con los ríos y arroyos que escurren en superficie y configuran una de las fuentes principales de vida y desarrollo.

No es solamente un productor de agua potable sino también vía de navegación, producción ictícola, generación de hidroelectricidad, centro turístico u otros tantos usos para los cuales conviene preservarlo.

No es casual que en la historia de la humanidad las grandes ciudades se han formado siempre a las orilla de algún curso de agua importante, pues desde tiempos remotos, éste ha sido el factor principal de producción y transporte.

Un buen ejemplo es Buenos Aires, cuya gran orbe evolucionó a la vera de uno de los más formidables: el Río de la Plata.

Este posee una longitud de 320 Km., con sección creciente al SE de 2 Km. de ancho en sus nacientes hasta llegar a 220 Km. en su desembocadura.

Sus corrientes son el resultado de la onda de marea astronómica y meteorológica y de la descarga de los Ríos Paraná y Uruguay.

A la altura de la Capital Federal las corrientes se orientan en el sentido de su propio eje y los mayores valores de velocidad (60 cm/s) se obtienen sobre la margen argentina mientras que en la costa uruguaya no superan los 40 cm./s.

Sin embargo este coloso se halla amenazado por la acción antrópica, es decir por el hombre que, poco respetuoso del principio de desarrollo sustentable, vierte sus desechos industriales, cloacales javascript:formSubmit()y otros contaminantes en su lecho, a través del Riachuelo, el Reconquista, el arroyo Medrano, etc.

Por todo esto siempre es importante disponer de un buen asesoramiento y de una mejor gestión en todo tipo de emprendimiento, ya que los recursos hídricos son renovables pero no infinitos.

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