ALejandrpo
Enviado por • 22 de Abril de 2013 • 2.416 Palabras (10 Páginas) • 332 Visitas
Introducción
Para conceptualizar lo que el juego es, consideraremos de importancia transcribir el pensamiento expresado por brillantes teóricos de diferentes épocas.
Johan hizinga de Holanda decía que el juego es una acción o una actividad voluntaria, realizada en ciertos limites fijos de tiempo y lugar, según una regla libre consentida, pero absolutamente imperiosa, provista de un fin en si, acompañada de una sensación de tención y de jubilo y de la conciencia de ser de otro modo que en la vida real. Para Roger Caillois de Francia la función propia del juego es el juego mismo ocurre que las aptitudes que ejercita son las mismas que sirven para el estudio y para las actividades serias del adulto. El juego aun bajo su forma de juego de dinero, resulta rigurosamente improductivo. En una de las características: el no crear ninguna riqueza, ninguna obra. Pero esto se diferencia del trabajo o del arte. Al final de la partida todo puede y debe quedar igual que como estaba, sin que haya surgido nada nuevo. Florencio Escardo de Argentina el juego comienza por ser, el bebe, una actividad vital muy poderosa que encausa al entrenamiento motor, postural sensorial y la comunicación con el mundo externo, poco a poco va adquiriendo poderosas cualidades psíquica y centra la época del pensamiento mágico y de la simbolización, para llegar por fin a ser la escuela de la actividad organizada y la aceptación de reglas, compromisos y sensaciones.
Visto esto, pasaremos a definir el juego desde varios puntos.
“EL JUEGO”
Punto de vista antropológica
Ya desde finales del siglo XIX, los primeros antropólogos comenzaron a plantearse cuáles eran las funciones del juego en la sociedad, intentando asimismo llegar a una definición del juego. El considerado por muchos como padre de la antropología, Burnett Tylor, fue uno de los primeros en hacerlo, al considerar que las actividades deportivas aportaban al antropólogo indicios muy interesantes sobre la naturaleza del contacto de la cultura prehistórica. Tylor afirmaba que, junto a los juegos simples, como podían ser el lanzamiento de pelota o la lucha, que por su propia naturaleza surgían espontáneamente, había otros difícilmente repetibles y que aparecían de un modo más artificial.
Varios años después, Mooney escribe un artículo sobre el juego de raqueta o pelota de los cherokee, y ya en el siglo XX Culin clasifica los juegos y fomenta el debate sobre su origen, evolución y distribución.
A partir de ese momento se vive un cierto auge en relación a la antropología del juego, con autores como el alemán Weule -que afirma que existen grandes diferencias entre los deportes del hombre primitivo (que los realiza por necesidad) y los del hombre moderno (que los desarrolla por gusto y que estarían, por tanto, más cerca de la noción de juego)-, Best, Firth y otros varios.
Pero es quizá la aparición de la obra de Johan Huizinga Homo Ludens, a mediados del siglo XX, la que cambia la situación y marca un nuevo punto de partida para los estudios posteriores sobre el juego. Huizinga comienza su obra con la afirmación de que el juego es más antiguo de la cultura, lo cual supone una auténtica revolución para la época. Poco a poco va desgranando las características del juego, hasta llegar a una definición del mismo como una “acción libre ejecutada como sí y sentida como situada fuera de la vida corriente, pero que, a pesar de todo, puede absorber por completo al jugador, sin que haya en ella ningún interés material ni se obtenga en ella provecho alguno, que se ejecuta dentro de un determinado tiempo y de un determinado espacio , que se desarrolla en un orden sometido a reglas y que da origen a asociaciones que propenden a rodearse de misterio o a disfrazarse para destacarse del mundo habitual”.
Según esta definición y el desarrollo de las mismas en dicha obra, se pueden establecer una serie de características del juego, que serían:
• Es una actividad libre (el juego por mandato no es propiamente un juego)
• carácter desinteresado, en relación con la función cultural del mismo
• limitación temporal y espacial
• presencia de un cierto grado de incertidumbre o azar, lo cual genera tensión en el desarrollo del mismo e implica la existencia de una serie de reglas
• Tendencia a perdurar el equipo de jugadores (en el caso de juegos por equipos) aun después de terminado
• frecuente misterio y secretismo en el desarrollo del mismo.
Otro autor de la misma época y con teorías muy distintas de la de Huizinga, Caillois, define sin embargo el juego como una “actividad libre, separada o delimitada en el tiempo y en el espacio, y de antemano incierta, improductiva, reglamentada y ficticia” (3), definición muy similar a la del anterior a pesar las divergencias entre ambos.
Posteriormente se vive una etapa poco prolífica en lo que a la antropología del juego se refiere, hasta que en 1986 surge la obra de Blanchard y CheskaAntropología del deporte, que se centra en el estudio del juego deportivo.
Otro punto de vista de la antropológica
Distintos teóricos han intentado explicar cual es la esencia del juego. Ante las múltiples interpretaciones, Manuel Gutiérrez Delgado agrupa las distintas teorías en cuatro categorías: biológicas, psicológicas, antropológicas o socio-culturales y evolutivas.
El juego es universal dentro del reino animal, no se trata de algo exclusivo de los humanos. Así, el niño al igual que el animal juega por instinto, por una fuerza interna que los obliga a moverse, manipular, gatear, ponerse de pie, andar, etc.
Dentro de las teorías biológicas, varios especialistas han realizado sus investigaciones a través de la comparación del hombre con el animal.
Uno de ellos es Karl Groos quien elaboró una teoría naturalista basada en que "Los animales no vienen preparados para la vida de adulto, y el juego para estos animales es un acto preimitativo de carácter instintivo". Esta teoría del Ejercicio Preparatorio no tiene en cuenta los juegos de ficción que son considerados por Claparéde, quien realizando una síntesis de todos sus estudios entorno al juego elaboró la Teoría de La Derivación por ficción en la que "El juego es para el niño un substituto de la actividad que realiza el adulto”.
Una postura similar a la de Karl Groos es la de Henry Bett que sostiene que los juegos son un resurgimiento involuntario de instintos vitales que han perdido hoy su significación.
En contraste, Herbert Spencer define el juego como una actividad de los seres vivos superiores como medio de eliminación del exceso de energía expresándolo de la siguiente manera: “El juego
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