ANTECEDENTES DE ISR, IETU
Enviado por alevazquezur • 12 de Abril de 2013 • 3.954 Palabras (16 Páginas) • 587 Visitas
1.1 ANTECEDENTES DE LA TRIBUTACIÓN EN MÉXICO
Se dice que en la edad antigua el hombre satisfacía sus necesidades de supervivencia por medio de la naturaleza. Con el paso de los años y el crecimiento de la población el hombre empieza a organizarse y decide vivir en sociedad, lo cual da origen a un estado, quien tiene la necesidad de ser conducido por un gobierno, y este a su vez para satisfacer las necesidades de sus comunidades, le es necesario la implantación de las contribuciones.
Los Aztecas
En México aparece la primera manifestación de la tributación en el códice azteca, con el rey Azcapotzalco que pedía tributo a cambio de beneficios a la comunidad, aunque en realidad estos tributos en un principio se destinaban para las necesidades de los gobernantes y del pueblo dominante.
El cobro de los tributos era tan importante para los aztecas que se organizaron para facilitar su recaudación y es cuando aparecen los primeros recaudadores que eran llamados “calpixqueh”, los cuales eran identificados por el pueblo porque llevaban una vara en una mano y un abanico en la otra. La recaudación requería que estos funcionarios realizarán un registro pormenorizado de los pueblos y ciudades tributarios, así como de la numeración y valuación de las riquezas recibidas. El tributo que recibían los calpixqueh se le conocía como “tequiámatl” o matrícula de tributos.
Al consolidarse Tenochtitlán surge un período de dominio militar el cual sometía a los pueblos imponiéndoles cargas tributarias en productos que debían entregar como mantas de algodón, plumas de ave, telas, cigarros, bolas de caucho, metales preciosos, águilas, serpientes e incluso mancebos a los cuales por motivos religiosos se les sacrificaba arrancándoles el corazón para ofrecerlo a sus dioses. Los pueblos sometidos tenían que pagar dos tipos de tributos, los cuales eran en especie o mercancía que variaban según la provincia, población, riqueza o industria; o tributos en servicios especiales que estaban obligados a prestar los habitantes de los pueblos sometidos.
En esos tiempos la sociedad azteca se encontraba profundamente estratificada, pues cada clase social tenía reglamentado el uso de las diversas calidades, colores y decorados de las prendas de su indumentaria. El simple hecho de ser mexica obligaba al soberano a una redistribución de los bienes en beneficio de los habitantes del imperio, lo cual ser traducía en una importante obra pública que daba facilidades al tránsito, el comercio y las artes.
El pueblo azteca podríamos decir que marca la pauta para lo que en nuestros días se conoce como impuestos ordinarios y extraordinarios, pues ellos manejaban impuestos normales y los famosos impuestos de guerra o para celebraciones religiosas. Como dato histórico del pueblo azteca puede citarse que básicamente sus tributos fueron desarrollados en especie y posteriormente encajados por el tributo en dinero o monedas con la llegada de los españoles.
La Colonia
Al llegar Hernán Cortés a México, se inicia la guerra de conquista de territorios, la cual se convirtió en una deuda con los soldados que participaron en tal empresa militar, así que repartió el oro que encontró y ofreció tierras e indios para que trabajasen en su provecho. De las tierras, el oro y las especies que conquistaran correspondía la quinta parte a la monarquía española, a esto se le llamó “el Quinto Real”.
Cortés, en sus cartas de relación describe sus hazañas y el gran número de pueblos que tributaban al emperador Moctezuma. Esto lo descubre en el libro de tributos de los aztecas, en el que obtuvo información para localizar y explotar los yacimientos de minerales.
Estas cartas de relación son el primer documento fiscal en la historia de la real hacienda de la nueva España. Cortés cambió el pago de tributos del pueblo azteca de flores y animales por alimentos, piedras y joyas.
Después de la caída de México, se creó la Real Hacienda que se dedicó al cobro de impuestos. Estaba constituida por un tesorero, un contador que llevaba el registro de las contribuciones en libros, un factor que cobraba los impuestos, un veedor que inspeccionaba, y oficiales de la real hacienda que eran una especie de judiciales fiscales.
El tesorero recibía las barras de oro, plata o monedas y las guardaba en la caja real, ésta se abría con tres llaves, que por seguridad estaban en manos de tres personas distintas: el tesorero, el contador y el gobernador. A su cargo estaba resguardar el Quinto Real.
El diezmo y la primicia eran otros impuestos solicitados por el clero a las provincias. Gracias a ellos la Iglesia acumuló grandes riquezas. Un ejemplo de la forma en que cobraban la primicia y el diezmo era si una vaca daba a luz, su primer crío pasaba al clero; del segundo, el dueño sólo aportaba el 10%.
Establecida la colonia, los indígenas pagaban impuestos con trabajo en minas, haciendas y granjas. En 1573 se implantó la alcabala, tributo que se pagaba sobre el precio de una compra-venta y después el peaje, derecho de paso. La principal fuente de riqueza para el conquistador fueron las minas y sus productos, por lo que fue este el ramo que más se atendió y para el que se creó un sistema jurídico fiscal con el objeto de obtener el máximo aprovechamiento de su riqueza para el estado.
México Independiente
En 1810, la orden real de la Nueva España dictó que los indios quedaban eximidos del pago de contribuciones. Entre las proclamas de los insurgentes se observan las siguientes:
1. Que todos los dueños de esclavos deberán darles libertad dentro del término de diez días, bajo pena de muerte si no se cumpliera.
2. Que cese la contribución de tributos respecto a las castas que lo pagan y toda exacción que a los indios se les exija.
3. Que en todos los negocios judiciales, documentos, escrituras y actuaciones, se haga uso de papel común para dejar de pagar impuestos por el papel sellado.
En 1812 se organiza la hacienda pública, que indicó que en cada provincia debería existir una tesorería que recaudara los caudales o recursos del erario público.
En 1814, con Fernando VII, se complementó el sistema fiscal para las provincias, estructurándose la hacienda. Se encargó a cada ayuntamiento la administración para distribución de las recaudaciones, convirtiéndose las diputaciones locales en autoridad suprema.
Al consumarse la Independencia en 1821, México tuvo que enfrentarse al doble problema de reparar los daños causados por la guerra y establecer las bases sobre las que debía operar el nuevo gobierno.
En 1821 se suprimen por decreto los siguientes impuestos:
1. 1% de diezmo y real señoraje.
2.
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