ANÁLISIS DE "EL PERRO Y EL FRASCO"
Enviado por angelasamaniego • 20 de Marzo de 2012 • 1.007 Palabras (5 Páginas) • 854 Visitas
ANÁLISIS DE “EL PERRO Y EL FRASCO”
El título de este texto encierra dos elementos fundamentales. Ambos elementos son antitéticos, ya que el perro es un animal tosco y vulgar, mientras el frasco, al que hace referencia, contiene el perfume más exquisito y delicado del mejor perfumista. Podemos ver también una antítesis en la imagen olfativa que ambos elementos proponen. El primero tiene un olor particular que no es precisamente agradable, y el perfume es un olor exótico y delicado, que despierta y agrada los sentidos. Sin embargo, podríamos encontrar una relación entre ellos si pensamos que el perro se caracteriza por tener un olfato privilegiado, pero esto no alcanza para apreciar al perfume, porque el perro no pierde su esencia de perro. Ambos elementos son metáforas que se irán descubriendo en el texto.
El tema de este texto es la relación publico y artista. Por más que el artista trate de darle lo mejor de sí, el público no puede acceder a la obra, porque no pierde su esencia mediocre. Así como el perro desprecia el arte, el artista desprecia su público. No olvidemos que Baudelaire se encuentra a finales del siglo XIX, donde el artista siente que su público no comprende su arte y termina aislándose de la realidad, algo que en el siglo XX se criticará, pero no podrán evitar hacer lo mismo.
El perro tiene la característica de ser un animal fiel y esa fidelidad lo vuelve tonto, porque termina siendo fiel no a su dueño sino a la mediocridad que es su esencia. Su fidelidad no será tal a la hora de reconocer el perfume. A su vez el perfume es un misterio que solo se descubre cuando se destapa el frasco. Lo que nos haría pensar que el título también es simbólico porque ambas son metáforas del público y la poesía, y la poesía sólo se descubre cuando tenemos la actitud del alma que nos permite acceder a ella.
Podríamos encontrar en este texto tres partes. La primera sería el llamado al perro, la segunda la actitud del perro al acercase al perfume y la tercera la reflexión del poeta.
En la primera parte de esta prosa poética el personaje llama a su perro con una serie de nombres cariñosos, buscando una repuesta positiva del animal. En esa enumeración trata de halagarlo llamándolo, primero “lindo” apelando un aspecto estético, luego “bueno” sugiriendo la cualidad de su personalidad y por último buscando lo afectivo al decirle “pichicho”.
Todas estas estrategias tienen el propósito de hacerle conocer lo exquisito lo único lo original lo mejor que se puede encontrar. Así es para el poeta la poesía que construye, un perfume exquisito que solamente puede apreciar un alma preparada para ese encuentro, pero que el poeta inocentemente supone que puede ser apreciada por cualquiera. Este desencanto se transforma en el tema tan romántico de la soledad del creador y a su vez de la incomprensión que vive y que lo lleva siempre a un aislamiento.
En la segunda parte el perro se acerca obediente y confiado al llamado
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