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ARRANDO MI AUTOBIOGRAFÍA: UNA MIRADA HACIA MI INTERIOR


Enviado por   •  25 de Febrero de 2016  •  Ensayo  •  9.284 Palabras (38 Páginas)  •  272 Visitas

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ARRANDO MI AUTOBIOGRAFÍA: UNA MIRADA HACIA MI INTERIOR Sandra Martínez Pérez Universidad de Barcelona Unas palabras para comenzar. Pensar y reflexionar sobre los cambios que me han sucedido como profesional y personal en la Universidad desde que entré en ella como alumna, no ha sido en absoluto una tarea nada fácil. Para ello, me he remontado al escrito que realicé para la defensa de mi DEA. Y que ahora, me ha llevado a reelaborar, de-construir y re-construir constantemente el escrito que describo en las siguientes líneas. A lo largo de estas líneas describiré brevemente mi proceso como persona, alumna e investigadora en constante formación, cuál fue mi punto de partida y qué me hizo llegar hasta donde me hallo hoy1 . Este proceso de metamorfosis y de preguntarme quién soy me ha llevado a lo que he denominado como Teoría de la Pérdida2 , es decir, el querer dotar de sentido a una realidad sin ver que era aquello que tenía delante. He tenido y tengo miedo al error, a cometer fallo, pero reconozco que es a partir de ese momento de equívoco cuando una realmente aprende. A veces, me he sentido con miedo a arriesgarme a hacerme visible y a ser juzgada por los demás. 1 Quizás por eso y para poder rendir cuenta de mi proceso de formación, me considero una persona muy exigente conmigo misma: en mi trabajo, me gusta llevarlo todo organizado, controlado y cumplir con los plazos establecidos; y en mis estudios, leer, informarme, investigar, profundizar, contrastar información, empezar a elaborar primeros escritos, etc. Hecho que un momento dado de mi paso por el doctorado me ha llevado a un abismo y un punto de incertidumbre, de tener miedo a la escritura, al error, el no saber qué camino tomar, etc. Los comienzos siempre son difíciles y los caminos tienen sus propios obstáculos. 2 Denomino “La Teoría de la Pérdida” a darle sentido a aquello que me está ocurriendo. Se basaba en querer encontrar respuesta sin valorar todo el proceso que había realizado durante los dos primeros años de doctorado, me quería centrar en las clases sin tener en cuenta lo que me había ocurrido a mí como Sandra, a mí como psicopedagoga, a mí como alumna, a mí como becaria, a mí como “docente” y a mí como investigadora “junior”. Me preocupaba no hallar el hilo que uniese todo este proceso de aprendizaje, intenté que todo fuera una misma “pieza”, que encajara como un puzzle, hasta que me di cuenta que eso no era así. Me encontré en un momento en el que todo era un “rompecabezas”, hasta que fui capaz de decidir como lo quería montar, cómo deseaba que fuera la imagen final de él; una tarea difícil que estaba a punto de empezar. 1 Los efectos de los cambios sociales en la vida profesional de los docentes universitarios Ministerio de Educación y Ciencia. SEJ2006-01876. http://www.cecace.org/proj-profuni.html Grupo de investigación consolidado: Formación, Innovación y Nuevas Tecnologías (2005SGR 00431) http://fint.doe.d5.ub.es 1. ¿Quién soy? “Lo que somos no es otra cosa que el modo como nos comprendemos; el modo como nos comprendemos es análogo al modo como construimos textos sobre nosotros mismos; y cómo son esos textos depende de su relación con otros textos y de los dispositivos sociales en los que se realiza la producción y la interpretación de los textos de identidad” (Larrosa, 1996)3 . Responder a la pregunta ¿Quién soy?, como ha defendido Hannah Arendt, solo cabe hacerlo mediante el rodeo del relato de la acción realizada, que conlleva una comprensión reflexiva de sí mismo. Por lo tanto, el relato configura el propio carácter duradero de un personaje, es decir, su identidad narrativa. (Ricoeur, 1997:997 y 1999). Me llamo Sandra Martínez Pérez nací en Barcelona, aunque también me considero sevillana por mis raíces maternas, residente en L’Hospitalet de Llobregat. Me licencié en Psicopedagogía por la Universidad de Barcelona, promoción del 2002 - 2003. En el 2005 obtuve el DEA, cuyo doctorado cursado fue “Diversidad y cambios en educación: Políticas y prácticas” en el departamento de Didáctica y Organización Educativa (DOE). Y paralelamente, realicé un master en “Intervención en Dificultades de aprendizaje”, centrándome en el tema de la Atención Temprana en relación con la familia. Para hablar de mí y desde mí, es necesario partir de mi trayectoria y mi experiencia; ya que a partir de ellas se pueden entender mejor el proceso vivido a lo largo de estos años de “existencia” y cuáles fueron mis necesidades y mis intereses que me llevaron a cursar un doctorado en el departamento DOE y dentro del itinerario escogido DIPE4 . Una elección nada fácil, sobre todo en un período de transición en el que yo me encontraba. Una etapa que me marcó, me ha marcado y me seguirá marcando. Durante mis primeros años de vida asistí a un jardín de infancia, desde los 14 meses aproximadamente, porque mis padres trabajaban. Desde mi entrada en el centro hasta los 4 años estuve rodeada de niños y niñas de mi edad y con la señorita Pilar, a la que recuerdo con gran admiración y cariño. Ella fue mi primera maestra junto a mi madre, ambas compartían intereses, inquietudes, dudas, experiencias sobre mí. A los 5 años, pasé a una escuela concertada, cerca de casa, en ella permanecía desde las 8’30 hasta las 17 horas, quedándome a comer. La mayoría de los docentes que pasaron por mí fueron maestras (desde P5 hasta 5º de EGB), unas maestras de las cuales guardo ciertos recuerdos. Quizás fue este el inicio de mi interés y deseo de estudiar alguna carrera relacionada con la educación, probablemente nacía en mi instinto el gusto de estar con los niños y las niñas: enseñarles, compartir experiencias, aprender de cada uno de ellos, 3 Fragmento extraído de Bolívar, A., Domingo, J. y Fernández M. (2001). La investigación biográfica – narrativa en educación”. Cap. 3, p. 87. Madrid: La Muralla. 4 DIPE: Discurso y Prácticas Educativas. 2 Los efectos de los cambios sociales en la vida profesional de los docentes universitarios Ministerio de Educación y Ciencia. SEJ2006-01876. http://www.cecace.org/proj-profuni.html Grupo de investigación consolidado: Formación, Innovación y Nuevas Tecnologías (2005SGR 00431) http://fint.doe.d5.ub.es de establecer lazos afectivos con ellos… A partir de 6º hasta 8º de EGB tuvimos como docentes y tutores a tres hombres, encargados de nuestros aprendizajes y de nuestro desarrollo. Mi elección académica me llevó a cursar BUP y COU. Pasé de estar en un centro familiar donde todos me conocían, a uno donde el anonimato permanecía para la mayoría de los estudiantes y profesores. Algunos de los profesores que tuve marcaron mi trayectoria. Su saber hacer, saber estar y saber ser me llevó a interesarme cada vez más por el mundo educativo. Dudaba si cursar pedagogía, psicología, logopedia o magisterio de Educación Especial, barajé todas estas alternativas, hasta que al final me decidí por pedagogía. Sentía una vocación hacia lo educativo, una vocación entendida como un placer por hacer, por enseñar, aprender, compartir, me sentía unida, no sé como calificarlo, estaba segura que era aquello lo que yo quería hacer. Gracias a estos docentes pude apreciar lo complicado y difícil que era y es el mundo de la educación, y cada vez más me sentía atraía por él, con la necesidad de formarme para él y de alguna manera poder aportar mis ideas y granito de arena para un sistema educativo mejor, o al menos diferente al que yo viví. 2. De alumna licenciada a alumna de doctorado: un gran enigma. “Lo vivido es el acontecer de las cosas que cada cual vive; la experiencia se encuentra allá donde lo vivido va acompañado de pensamiento. El saber que procede de la experiencia es, por tanto, el que se mantiene en una relación pensante con el acontecer de las cosas, el de quien no acepta un estar en el mundo según los criterios de clasificación dados sino que se va en busca de su propia medida”. (Luigina Mortari, 2002).5 Mi estancia en la universidad supuso para mí un paso significativo donde aprendí muchas cosas que desconocía, se trataba de un mundo diferente y nuevo de lo que hasta ahora había vivido. Los profesores y compañeros eran distintos, una se podría encontrar con personas de su misma edad o incluso mucho más grande, con trayectorias muy diferentes. En cuanto a la estructura física no tenía nada que ver con los edificios de la escuela ni del instituto, me hallaba ante un campus universitario. En primero de carrera, no me sentí tan sola por dos motivos: uno fue porque a la hora de formalizar la matrícula me encontré con compañeras que estaban en mi misma situación, en él aprovechamos para darnos nuestro teléfonos y quedar el primer día de clase y asistir juntas; y otro, porque en esa misma clase habían dos personas, antiguas compañeras y amigas, que habían cursado conmigo la secundaria y que ahora recorreríamos juntas el trayecto universitario. El tiempo fue pasando (mediados de curso), y yo sentía la necesidad de poner en práctica todo lo que me aportaba la teoría, así que decidir hablar con un profesor, el Dr. Salinas del Departamento Teoría e Historia en Educación (THE). Él me abrió las puertas de un centro educativo, la escuela de Educación Especial “Alba” de Molins de Rei. En él me sentía “yo”, yo misma, podía hacer lo que yo “quería”, se me consideraba una más del 5 Mortari, L. (2002). Tras las huellas de un saber. En Diótima El perfume de la maestra. Barcelona: Icaria. 3 Los efectos de los cambios sociales en la vida profesional de los docentes universitarios Ministerio de Educación y Ciencia. SEJ2006-01876. http://www.cecace.org/proj-profuni.html Grupo de investigación consolidado: Formación, Innovación y Nuevas Tecnologías (2005SGR 00431) http://fint.doe.d5.ub.es equipo, mi opinión podía tener el mismo valor que la de la maestra del aula. El contacto con las familias era diario mediante notas o en el caso que fuese necesario mediante reuniones. Fue toda una experiencia enriquecedora y de las que guardo un buen sabor de boca. La relación establecida con algunas maestras fue de amistad, de compañera y de profesional sin haber tenido todavía la titulación académica, que me “certificaba” como acta para poder ejercer esa profesión. Mi estancia en el centro duró dos años haciéndolos compatibles con mi voluntariado en un esplai del barrio en el que yo vivía. Cursé el primer ciclo de pedagogía con satisfacción, quería realizar el segundo ciclo en psicopedagogía. La decisión de pasarme de un ciclo a otro fue difícil y muy meditada, consultada por la tutora, la Dra. Ayuste, y por otros profesores. Empezaba de nuevo, nuevos profesores (aunque algunos ya me eran familiar), nuevos compañeros (la mayoría procedían de carreras como: magisterio, psicología, pedagogía…), nuevas materias; en fin, un nuevo cambio en mi vida, no sólo académica sino también profesional. Llegando noviembre de este primer año de psicopedagogía (2001 – 2002), y ante mí se me presentó una nueva oportunidad que no podía dejar escapar. Me ofrecieron poder trabajar de forma remunerada; con niños que presentaban dificultades de aprendizaje en una consulta psicológica en Barcelona. Al principio dudé, tuve que valorar durante un par de día la situación, los pros y los contras, el hacerlo compatible con la carrera. Al final me decidí y me arriesgué, era una buena oportunidad que no podía dejar escapar, significaba irme formando como profesional al mismo tiempo que aprendía dentro y fuera de la universidad. Al tomar esta decisión tuve que dejar el centro de Educación Especial y el esplai; ya que por las mañanas asistía a la facultad y por la tarde a trabajar. Este trabajo duró desde noviembre del 2001 hasta febrero del 2004 (2 años y 2 meses), del cual guardo muy buenos recuerdos, ya que fue ahí cuando yo empecé a crecer como persona y como profesional, aprendía día a día. Pude estar en contacto con niños, niñas y adolescentes, trabajar diariamente con ellos y ver cómo iban evolucionando y mejorando, a la vez que mantenía diariamente, sesión tras sesión contacto con las familias. La relación con cada una de ellas fue cordial y de colaboración, tanto el centro como los mismos implicados querían lo mejor para sus hijos e hijas. En el curso académico 2002 – 2003 acabé la carrera y me licencié como psicopedagoga. Y la pregunta que me planteé fue: ¿y ahora qué?, ¿qué haré el próximo año? Cuando cursaba pedagogía pensaba en realizar postgrados que me ayudaran no sólo a mi formación, a mi aprendizaje y mi especialización, sino que me aportaran nuevos conocimientos, planteamientos, ideas, tesituras, todos ellos, a poder ser, diferentes a los enseñados en la carrera. Este pensamiento, que al principio se quedaba en un futuro, se hizo presente; tenía que elegir si continuar estudiando o no, si buscarme otro trabajo por la mañana que fuera compatible con el de la tarde, la duda surgía: ¿qué hacer? Es una pregunta que brotaba una y otra vez; por un lado, desde segundo de pedagogía mi mayor ilusión era que cuando acabara la carrera haría un doctorado y parecía tenerlo claro; pero por otro, la cosa no era tan fácil, ¿tendría la experiencia suficiente para aventurarme en este nuevo reto de mi vida?, ¿sería capaz de responder a mis expectativas y a la de los demás?, ¿qué me conllevaría todo esto, qué cambios se producirían en mí y en mi alrededor? Eran muchos los interrogantes que me surgían y con ellos el miedo. Durante un par de semanas dudé, conversé con mis padres, y con docentes y al final me decidí. Haría todo lo posible por seguir trabajando, a la vez que me seguiría formando. 4 Los efectos de los cambios sociales en la vida profesional de los docentes universitarios Ministerio de Educación y Ciencia. SEJ2006-01876. http://www.cecace.org/proj-profuni.html Grupo de investigación consolidado: Formación, Innovación y Nuevas Tecnologías (2005SGR 00431) http://fint.doe.d5.ub.es Para ello opté por la realización simultánea de un doctorado en educación y un master en “Intervención en Dificultades de Aprendizaje”. El master lo tenía muy claro, estaría vinculado con mi hacer de todos los días, es decir, con las dificultades de aprendizaje, un tema del cual me veía cada vez más en la necesidad de saber de él, de formarme, de conocer y de aprender no sólo la teoría; sino que me proporcionara estrategias, técnicas, que me orientaran y me ayudaran a poder llevar a cabo una correcta intervención. ¿Y el doctorado?, estuve visitando la página web de la facultad, fui a entrevistarme con distintos profesores, con los secretarios de tres departamentos: DOE, MIDE y THE. Recopilé los programas, los horarios y los profesores, y ¿ahora qué?, ¿cuál sería el que más se adaptaría a mis necesidades?, ¿en cuál me sentiría más identificada? Estas preguntas me llevaban a liarme todavía más, estaba inmersa en un caos, en un enredo que no le veía ni principio ni final. Hubo una primera aproximación con el DOE a través del Dr. De la Torre, pero fue realmente la Dra. Sancho quien me orientó y me ayudó. Fue gracias a ella quien me explicó junto con el secretario del doctorado, Don Juan José González, en qué consistía cursar un postgrado de ese tipo, los itinerarios dentro de él y algunos aspectos más. También, se interesó por mi temática, una temática que no estaba nada definida y mucho menos trabajada por aquellos entonces: “Escuela – familia ¿en quién recae la educación?” Aunque ahora me preocupa más saber la “Relación entre familia y escuela”. Al mismo tiempo, la Doctora Juana Sancho me ofreció la oportunidad de solicitar una beca FPU, de participar en proyectos de investigación, concretamente en uno que estaría vinculado con mi pregunta de partida: todo el tema de los cambios (políticos, sociales, económicos, legislativos,…) en la profesión y la vida del profesorado. Su propuesta me interesó y la acepté. Para ello, escribí un pre-proyecto para solicitar la beca en septiembre, accedí a formar parte de su investigación fuera o no becaria, y consentí, por fin, formar parte del DOE, haciendo el doctorado en él. Considero que la elección tomada hace cuatro años atrás fue la más correcta, o al menos positiva. Una decisión, por aquellos entonces, nada fácil a la que tuve que adaptarme, estaba delante de mí una nueva oportunidad, una nueva etapa en mi vida. Se presentaba un gran reto al que estaba dispuesta hacerle frente y recorrer un largo camino para conseguirlo: primero la obtención del Diploma de Estudios Avanzados y posteriormente la tesis doctoral. 2.1. El primer año de doctorado: cambios significativos en mi persona Durante los primeros años de doctorado fueron meses de duro trabajo en los que no paré ni un solo segundo, semanas más cansadas y repletas de trabajo y semanas más desahogadas y tranquilas. Es decir, semanas en las que todos los profesores se ponían de acuerdo para que se le entregara algún escrito sobre el propio proceso de aprendizaje, sobre lo ocurrido en la sesión anterior, o los propios trabajos para la evaluación del curso. Aunque todos mis escritos estuvieran volcados a las lecturas, profundización de la información sobre la “relación familia – escuela”, cada uno de ellos fue especial, ya que todos ellos fueron elaborados a partir de lo expuesto en cada una de las clases, sesión tras sesión. Una tarea compleja en su momento, pero que retomé en un momento determinado para poder orientar no sólo mi memoria de doctorado; sino también mi proyecto de investigación. Este proceso que he vivido, como ya he mencionado anteriormente, lo describo como un proceso de metamorfosis, porque no sólo he podido cambiar por fuera, sino por dentro: el modo de reflexionar que tengo ahora no corresponde con el de meses atrás; creo que el tener que moverme por mí misma, 5 Los efectos de los cambios sociales en la vida profesional de los docentes universitarios Ministerio de Educación y Ciencia. SEJ2006-01876. http://www.cecace.org/proj-profuni.html Grupo de investigación consolidado: Formación, Innovación y Nuevas Tecnologías (2005SGR 00431) http://fint.doe.d5.ub.es buscar y sembrar mi propio camino me ha hecho madurar no sólo a la hora de estudiar e investigar; sino también a la hora de escribir, saber ser y saber estar. Antes, en mi formación inicial, hablaba por boca de los demás, de otros autores o investigadores, mi voz apenas tenía eco, y quizás por eso, pocas veces he dicho lo que me parecía, bajo mi punto de vista, lo más correcto. Ahora sin embargo, y tras el paso por el doctorado, siempre que se ha considerado pertinente y siendo prudente con lo que digo, doy mi opinión de cómo percibo las cosas. He aprendido que debo arriesgarme si quiero y puedo y hacerme visible cuando lo crea conveniente. Respecto a mis compañeros puedo decir que de ellos he aprendido mucho, he conocido otras miradas sobre una misma realidad, he vislumbrado aspectos de la educación que hasta ahora desconocía. Ha sido necesario que los otros (docentes, compañeros y amigos) estuviesen presentes o ausentes y continúen estándolo, porque es a partir de la relación que se establece cuando uno aprende, le otorga sentido y significado a las cosas, las valora y las respeta. Es a partir de ésta, de la relación, cuando uno nace como ser, como persona. Y por último, mi lugar de trabajo en el Departamento DOE. En él se ha creado un clima de compañerismo e incluso de amistad. Hecho que te impulsa a seguir investigando colectiva e individualmente, el poder compartir puntos de vista en los diferentes proyectos en los que participamos, compartir, debatir, consensuar, conocimientos, planteamientos, dudas, etc. “No crea que puede existir ninguna experiencia de pensamiento sin experiencias personales. Todo pensamiento es meditación, pensar como consecuencia de algo” (Hannah Arendt, 1990:26; en Diótima, 2002:22). “La meditación de la experiencia se orienta por medio de un sentimiento vivo. Ello hace que el pasado sea recordado con la misma intensidad que el presente… Nunca se olvida lo que nos ha emocionado… El sentimiento, rico en calidad de emociones, ha guiado el recuerdo y hace que hablemos de él como si estuviéramos en el acontecimiento que nos capturó para siempre.” (Diótima, 2002:23-24).6 Durante estas líneas intento recuperar el significado que para mí tuvieron: a) seguir siendo alumna; b) continuar con mi formación y; c) estar abierta para dialogar con nuevas lecturas, con nuevos conceptos, con antiguos y nuevos autores, a la vez que reflexionar y debatir con mis profesores, profesoras, compañeros y compañeras de itinerario y de otros. Todos estos elementos me ayudaron a encontrar el sentido de seguir formándome, de encontrar un espacio en el mundo de la educación y replantearme muchos de los conocimientos que hasta ahora consideraba como únicos e incluso universales. El paso por el doctorado y esta etapa de nuevos aprendizaje supusieron para mí: cambios, transformaciones, movimientos, cuestiones, dudas, etc. Por ello, creo que estoy en el comienzo de lo que es y significa investigar. 6 Citas trabajadas en las Asignaturas de primer curso: “Políticas organizativas del trabajo docente”, Doctor José Contreras; “Diferencia, diversidad y subjetividad en las prácticas educativas”, Doctora Nuria Pérez de Lara; y “Etnografía, biografía y narración en la investigación educativa”, Doctora Asunción López. 6 Los efectos de los cambios sociales en la vida profesional de los docentes universitarios Ministerio de Educación y Ciencia. SEJ2006-01876. http://www.cecace.org/proj-profuni.html Grupo de investigación consolidado: Formación, Innovación y Nuevas Tecnologías (2005SGR 00431) http://fint.doe.d5.ub.es El inicio de la nueva aventura Como he citado anteriormente, la aventura por el doctorado y el master comenzó en octubre del 2003. Ambos postgrados y formaciones eran compatibles con mi trabajo. Paralelamente a mi proceso de aprendizaje, me inicié en el proyecto, Los efectos de los cambios sociales y profesionales en el trabajo y la vida de los docentes, de la Doctora Juana Sancho, porque en aquellos entonces lo consideraba como una experiencia positiva y enriquecedora para mí como alumna y persona, que no podía dejar pasar la oportunidad que se me había brindado. Las clases de doctorado comenzaron a principios de octubre. Para ello tuve que tener claro qué itinerario seguir y qué materias cursar. Por lo tanto, el mapa de mi primer año de formación quedaría de la siguiente manera: A lo largo de las diferentes sesiones y de las distintas materias cursadas puede apreciar en mí un cambio en mi saber y saber hacer. Vi como poco a poco mi voz iba siendo escuchada, mis conocimientos eran iguales de valiosos que los que otra persona pudiera aportar, mi palabra era valorada y mi escritura se transformaba. El cambio iba hacia una madurez académica, personal y profesional, todo ello me aportaba confianza en mí misma y la necesidad de seguir aprendiendo y entretejiendo mi propio camino. Empecé a escribir, a elaborar relatos que sustentaran mis ganas y deseos de ser leía y escuchada, de poder reflejar cuáles eran mis conocimientos adquiridos, de poder desvelar mis dudas, incertidumbres, poder luchar por lo que creía. Comencé a encontrar un espacio de relación y de encuentro tanto con profesores como con compañeros. A lo largo de estas líneas he intentado explicar mi trayectoria personal y personal. Plasmar en papel mi experiencia, mis aprendizajes, mis cambios, mi relación con el presente y el pasado. En este apartado quiero centrarme en el paso que doy de alumna universitaria a alumna de doctorado, un rol similar pero a la vez diferente. En este nuevo ciclo de mi vida y como aprendiz en formación, te posicionas de otra manera, tu voz es respetada y escuchada, te pones en juego, te “desnuda”, haces lo visible lo que ante era invisible. Las sesiones de cada una de las materias son presentadas y realizadas de forma diferente a las que una había vivido en su formación inicial. En cada una de ellas, tu opinión, tu experiencia, tu voz tomaban sentido y valor en el grupo, empezabas a hacerte visible, a dejarte notar, a actuar. En la primera asignatura cursada: “Del discurso a la práctica en investigación educativa”, a cargo de la Dra. Sancho; al igual que en la mayoría de las otras, me dejé ver, me hacía sentir, compartí mis conocimientos, mis pensamientos, mis dudas, mis preocupaciones, mis inquietudes a mis compañeros – compañeras y docentes. Por ello, me pregunto: ¿Qué me ha pasado? Para hallar respuesta a la pregunta formulada busco en mí para que nazca de mí y desde mí. El primer año de doctorado lo viví como un periodo de transición y de transformación. Algunos de los conocimientos adquiridos durante la carrera se habían puesto en duda; ya no eran universales o únicos como afirmaban mis antiguos docentes; sino que más bien podían ser relativos y cambiantes. Para llegar al final de un proceso no tienes que seguir un camino lineal, sino que éste 7 Los efectos de los cambios sociales en la vida profesional de los docentes universitarios Ministerio de Educación y Ciencia. SEJ2006-01876. http://www.cecace.org/proj-profuni.html Grupo de investigación consolidado: Formación, Innovación y Nuevas Tecnologías (2005SGR 00431) http://fint.doe.d5.ub.es puede ser cíclico, en forma de espiral. Se trataba por lo tanto de un proceso de constante reconstrucción. Aquello que pensaba que era o podría ser cierto, pasó a ser cuestionado descubriendo que no existe una realidad absoluta; sino más bien una interpretación de la misma, observada bajo un prisma con miles de cara. También, a lo largo de este primer año, aprendí a posicionarme, a saber conocer que cuando uno habla lo hace bajo su punto de vista y en forma de voz escuchada; y que todo ello te llevaba a un debate dialógico con el otro. Lo que para mí podía ser “real”, para el otro era relativo o cuestionable. Por eso, es a partir de, la experiencia, lo compartido con las otras personas y lo vivido lo que hace que relaciones el pasado con el presente y mires hacia el futuro. Retomando las palabras de Luigina y recuperando mi propia experiencia y vivencia a lo largo de este período, ahora soy consciente de mi propia “metamorfosis”. Esta transformación no sólo me ha hecho ver lo importante que ha sido el paso de pasar de ser un tipo de alumna a otro, con lo que implica poder reflexionar por ti misma, escribir tus palabras, notar y sentir tu voz; sino también me ha proporcionado, con la ayuda de docentes y compañeros, el acompañamiento de mi propio camino de aprendizaje, formación e inicio de la investigación. ¿Quién afirmaría, a priori, hace años atrás que Sandra podría llegar a un grado de madurez y autonomía similar al de ahora? Seguramente, serían pocas las personas que hubieran apostado por mí, hubieran depositado su confianza en una alumna recién licenciada; pero quienes me conocen y han vivido de cerca mi proceso, saben que he progresado y que he ido sufriendo pequeños cambios en tanto en mi manera de escribir y hacer las cosas; eso sí sin negar en ningún momento mi propia identidad. Hubo un primer momento que esa trasformación la viví como un ser humano, un ser pensante que veía su memoria como una especie de “ordenador”, es decir, percibía y registraba las ideas, definiciones, palabras, experiencias de cada uno de los profesores, a la vez que eran contrastadas con las mías y con las de mis compañeros. Ese proceso de metamorfosis parte de la metáfora del “huevo”. Un huevo inmaduro que con el paso de los años irá creciendo y madurando para llegar a su máximo objetivo el ser “mariposa”. Para conseguir tal finalidad será necesario crear un espíritu arriesgado, luchador, innovador, creador, investigador, indagador procurando no forzar la maquinaria para no caer en el desgaste, en la muerte, en el estancamiento y por lo tanto en el estancamiento7 . Durante el primer año de doctorado y de relación con la investigación me he considerado que me hallaba “Cerca del comienzo8 ”, entendido como un período de constantes cambios, caos, complejidad que han cuestionado muchas de las ideas ya concebidas y que han servido para replantear la manera de percibir el mundo. Este proceso es como si se tratara de un tornado en nuestra memoria, en mi memoria, como si fuera arrasando las ideas, conceptos que una ya tenía asentadas dejando paso a la espiral de cambio. Un cambio que ha sido evidente que se ha ido 7 La idea de metamorfosis y la metáfora del huevo y la mariposa que representa a la persona en su globalidad y proceso desarrollo, fue trabajada en la asignatura de la Dra. Juana Sancho y recuperada en la de Nuria Pérez de Lara, que posteriormente fue plasmada en el Ensayo Integral Monográfico (EMI) del itinerario del D.I.P.E para poder conocer el grado de maduración y aprendizaje llevado por cada uno de los estudiantes. 8 Idea trabajada en la asignatura del Dr. José Contreras. 8 Los efectos de los cambios sociales en la vida profesional de los docentes universitarios Ministerio de Educación y Ciencia. SEJ2006-01876. http://www.cecace.org/proj-profuni.html Grupo de investigación consolidado: Formación, Innovación y Nuevas Tecnologías (2005SGR 00431) http://fint.doe.d5.ub.es produciendo a lo largo de este tiempo como motivo del paso por las distintas asignaturas y el trabajo propio de indagación y búsqueda bibliográfica sobre el tema en cuestión que me interesaba, y que continúa siendo objeto de estudio hoy en día. En estos momentos, también considero que estoy cerca del comienzo, de otro comienzo, de ese seguir naciendo, del que habla María Zambrano (2000:138): “…el inicio de despertar de la madurez, la expresión misma de la libertad”, ya que me hallo en un período de diseño de mi proyecto de tesis para dar paso a lo que será mi propia investigación. Evocando al pasado: partir de sí Los diferentes docentes que tuve en el doctorado nos comentó que durante el primer curso pretendían que lleváramos a término un proceso de escritura que nos condujera, como fruto final, a un texto en que fuéramos capaces de mostrar nuestros intereses. Esto significaba partir en primera persona, mostrando nuestras experiencias y vivencias, y dejando entrever cuál sería nuestro tema de estudio. Pero, ¿qué significa partir del sí?, ¿qué nos aporta? Para responder a estas preguntas me apoyo en el texto de Luisa Muraro: “La práctica de partir de sí es una deconstrucción del yo y del mundo y cada movimiento de deconstrucción, no debemos ocultarlo, pone en tela de juicio el sentido de la realidad y la posibilidad de un sentido alternativo. Pero, la práctica del partir de sí lleva al sujeto a deshacerse sin deshacerlo en una mirada de instancias descoordinados; me deshace en las relaciones que me hacer ser aquella que soy y devenir aquella que deseo ser, sin que yo pueda nunca instalarme en el centro de ese ser y de ese devenir. Esta es la puerta pequeña, el pasaje que me “desmarca” del nihilismo del pensamiento postmoderno. De un modo figurado podríamos decir que el tipo deconstruccionista se parece a alguien que siega la rama sobre la cual se encuentra sentado” (Luisa Muraro)9 . En este sentido, partir de sí, teniendo en cuenta la experiencia y los textos elaborados (ideas, preguntas, reflexiones, diarios de cada una de las clases) a lo largo de las diferentes sesiones me han servido como modo y práctica de escritura: como una manera de conocerme a mí misma y de buscarme. Los textos que producía al inicio del doctorado no tienen las mismas características con los textos que realizo ahora, mi escritura ha ido cambiando, evolucionando. La necesidad que he tenido y tengo por escribir es debido a mi necesidad de búsqueda de sentido, de búsqueda de mi temática, de mi deseo de estudio, de mi inicio en mi proceso de investigación y la importancia de establecer relación con el otro. Por lo tanto, la escritura está en concordancia10 con los contenidos obtenidos hasta ahora basados en mis lecturas y al contexto en el que me hallo día a día y en cada momento. De este modo, el poder dialogar con los distintos autores trabajados hasta ahora dentro y fuera del programa de doctorado, hacerme notar, decir mis ideas, exponer mis propias conclusiones son importantes para poder 9 Pérez de Lara, N. (1998). La capacidad de ser sujeto: Más allá de las técnicas en educación especial. Barcelona: Laertes. 10 El término de concordancia dentro de este párrafo es sinónimo de relación. 9 Los efectos de los cambios sociales en la vida profesional de los docentes universitarios Ministerio de Educación y Ciencia. SEJ2006-01876. http://www.cecace.org/proj-profuni.html Grupo de investigación consolidado: Formación, Innovación y Nuevas Tecnologías (2005SGR 00431) http://fint.doe.d5.ub.es seguir en mi proceso de formación, y por lo tanto, para producir textos más elaborados y fundamentados con es el proyecto de investigación y la propia tesis en sí. Con lo vivido hasta ahora, el paso de alumna universitaria a alumna doctoranda no ha sido un proceso fácil y lineal; puesto que el papel que desempeñaba en la carrera no me ha servido como modelo a seguir en el postgrado; sino más bien, que a partir de la base ya construida me he tenido que ir re-construyendo y desconstruyendo nuevos y viejos aprendizajes. Por lo tanto, “el desaprendizaje como proceso no tiene final y su forma es espiral y no lineal. Es un ciclo que se va repitiendo de manera constante y se conforma en la manera de pensar y actuar del sujeto reflexivo.” (Medina, 2003). 3. De alumna a investigadora en constante formación: una tarea compleja. “La vida ni puede ser vivida sin una idea. Mas esta idea no puede tampoco ser una idea abstracta. Ha de ser una idea informadora, de la que se derive una inspiración continua en cada acto, en cada instante; la idea ha de ser una inspiración”. (María Zambrano). Sabías palabras las de María, que vuelven a mí recurrentemente, sin una idea o una preocupación que me inquiete yo no estaría en esta situación, mi observación, las voces de familias y docentes y mi estancia en dos instituciones: familia y escuela, han sido suficientes para crear en mí una inspiración y una necesidad de ser investigadora. ¿Por qué investigar la relación familia y escuela?, ¿para qué?, ¿qué sentido tiene? Todo parte años atrás, primero como alumna y luego como docente. Esta doble faceta: hija – alumna, alumna – docente, me ha llevado a interesarme por el tema en cuestión, aunque mis inicios no se hallan tanto en mi inserción en ambas instituciones; sino más bien en las voces de ciertos familiares y docentes preocupados por la relación que se establece entre ambas: familias y escuelas. Mi interés por el tema me llevó a recopilar bibliografía e información relativa, en un principio, sobre la “relación familia - escuela y la participación de los padres en los centros educativos”. He podido conocer la situación de estos años atrás, los cambios sufridos en la sociedad y por lo tanto, en ambas instituciones. Todo ello me ha conducido a seguir indagando, a poder investigar e interpretar una realidad educativa que está ante nosotros, a preguntarme ¿qué está pasando?, etc. Me he cuestionado algunas hipótesis de algunos autores donde acusan a los padres de delegar toda su responsabilidad educativa a las escuelas, y donde los docentes señalan a las familias como despreocupadas por la educación de sus hijos. A la vez que intento comprender qué se esconde bajo el fenómeno relación familia – escuela, llegando a la conclusión de que me queda un largo camino que recorrer. Siento la necesidad de investigar, de conocer, de introducirme en el campo, de poder validar algunas de mis concepciones tales como: ¿la escuela tiene en cuenta las nuevas configuraciones familiares?, si es cierto que la escuela tiene una representación desdibujada de las responsabilidades de las familias, ¿qué le ha llevado formar tal representación?, y viceversa. Y, ¿qué tipo o tipos de relaciones se dan entre familia – escuela? 10 Los efectos de los cambios sociales en la vida profesional de los docentes universitarios Ministerio de Educación y Ciencia. SEJ2006-01876. http://www.cecace.org/proj-profuni.html Grupo de investigación consolidado: Formación, Innovación y Nuevas Tecnologías (2005SGR 00431) http://fint.doe.d5.ub.es Durante el primer año de doctorado no lo dediqué exclusivamente a la búsqueda bibliográfica y de otros estudios en relación con mi tema en cuestión; sino que sentí la necesidad de ir al campo, de comenzar a indagar. Pues bien, en una hoja me escribí posibles preguntas a realizar, como si de un guión se tratase. Y seleccioné a tres personas: a una madre, mi madre; a una maestra que a la vez era madre, Helena; y recuperé mi propia experiencia por el paso de ambas instituciones, di mi visión como alumna y como hija. En este primer intento de encuentro con la realidad caí en el error que todo investigador “novel” y sin experiencia comete: realizar preguntas en función de aquello que yo, como propia investigadora, quería oír. Quería confirmar de alguna manera mis conocimientos previos sobre el tema y sacar mis propias conclusiones; pero hoy en día, me doy cuenta que investigar es un hecho mucho más complejo, cambiante y de constante reformulación. Y sobre todo cuando estás colaborando con personas e instituciones educativas. Teniendo en cuenta mi propio recorrido vital dentro de ambas instituciones, recojo algunas palabras de Nuria Pérez de Lara sobre la experiencia mencionadas en sus clases, las cuales tienen un significado para mí en el sentido de poder entender mejor todo lo que acontece a la relación familia y escuela. ¿Por qué? Porque no puedo olvidar que vengo marcada de una experiencia, la mía. La que he vivido en mi familia y en la escuela, traigo en mí unos conocimientos, unas ideas, quizás también unos “prejuicios”, unos pensamientos que pueden ser contrastados con la realidad en la que me quiero sumergir, de la que quiero formar partícipe en ella desde otra perspectiva, no como alumna y/o hija, sino como investigadora. “La experiencia de saber es aquella que a ti te ha dejado huella, ha promovido algo en ti. Tiene que ver con la mediación que haces con el libro y tu experiencia personal”11 . Por lo tanto, ¿Cuál ha sido mi punto de partida? El punto de partida que yo he deseado escoger para poder hablar e hilvanar el tema en cuestión, se ha movido y creado entorno a un eje: mi propia experiencia. Esto me ha llevado a recuperar el pasado, el contrastarlo con el presente y enfocarlo cara al futuro. Ha sido una tarea enriquecedora, con la que disfrutado, aprendido, me he ordenado, he reflexionado, me he sentido en la necesidad de ir hacia delante y hacia atrás, de evocar mi pasado para traerlo a mi presente. Cuando me planteé que estudiar la “relación entre familia y escuela, en presencia o en ausencia12”, era de obviar que no podía negar una parte de mí, de mi vivencia. En mis inicios eran muchos los tópicos que se tenían acerca de la relación familia – escuela, por eso, me paré a preguntar, ¿qué hay de cierto en todo esto?, ¿cómo lo he vivido yo cuando fui alumna e hija?, ¿qué he podido observar de todo esto? En un principio, eran muchas las preguntas que me inquietaban y que rondaban por mi cabeza, cosa que me llevó a pensar que algo estaba fallando, no terminaba de funcionar cuando a menudo oyes una y otra vez respuestas, pensamientos, hipótesis, de este tipo. En mi interior pude notar que algo se movía, que aparecía el desasosiego y el miedo, la incertidumbre, el ir más allá, en mí nacía el deseo por aprender, por investigar, por averiguar 11 Idea surgida en clase de Nuria Pérez de Lara y de Juana Mª Sancho, que después se ha ido viendo y trabajando en las diferentes asignaturas. 12 Como bien diría la Dra. Caterina Lloret. La ausencia y la presencia como analizadores de esa realidad educativa. 11 Los efectos de los cambios sociales en la vida profesional de los docentes universitarios Ministerio de Educación y Ciencia. SEJ2006-01876. http://www.cecace.org/proj-profuni.html Grupo de investigación consolidado: Formación, Innovación y Nuevas Tecnologías (2005SGR 00431) http://fint.doe.d5.ub.es qué estaba ocurriendo. Todos estos aspectos me llevaron a iniciarme en esta temática tan delicada y compleja y a la vez bonita, y con la que después de cuatro años de doctorando sigo disfrutando y con deseo de continuar investigando. Ideas que vienen e ideas que van “… porque nacemos para poco tiempo, porque discurre velozmente, con tal rapidez ese espacio que se nos concede que, si exceptuamos a unos cuantos, pocos, la vida abandona a los demás en pleno disfrute. Y no sólo ante esta desgracia común, según creen, se lamenta la masa y el vulgo ignorante. No tenemos poco tiempo, sino que perdemos mucho. La vida es lo bastante larga, y se ha concedido esta amplitud para lograr cosa muy interesante. Cuando se nos escapa en medio del lujo, cuando no se dedica a nada bueno, en la angustia de los últimos momentos percibimos que se marcha lo que no comprendimos que pasaba. Así es: no recibimos una vida corta, sino que la hacemos corta, y no somos pobres de ella, sino derrochadores. (…) La vida, si sabes usarla, es larga”. (Séneca, Sobre la brevedad de la vida). El paso de alumna licenciada a alumna de doctorado y el paso de alumna universitaria a investigadora en formación son dos tareas complejas y de transformación. Se trataba de ir más allá de lo que simplemente se podía ver, no valía solamente ser alumna; sino que tenía que comenzar a adoptar otro papel paralelo al que estaba desempeñando hasta ahora, tenía que hallar el puente de ser sólo una alumna a ser también investigadora, una tarea nada fácil para mí. Aquellos momentos tenía la sensación de que me perdía, que me movía por grandes mares, por arenas movedizas, que me iba por las ramas, que no sabía por donde caminar, me sentía desorientada en un gran desierto: el de la investigación en la educación. Todo lo que tenía delante era diferente para mí. Habían ideas que iban y venían, a medida que me fui adentrando en el tema, tuve la sensación de un ir y venir; percibía que caminaba un paso hacia delante e iba dos hacia tras. Era un proceso en el cual recorría mi propio camino que me ayudaba a relacionar el pasado con el presente constantemente para visionar el futuro, cuando veía que me perdía intentaba volver al punto de partida, así sentía y me aseguraba que retomaba mi propio trayecto. De esta manera, se podría decir que me hallaba inmersa en la metáfora de “entretejer”, parecía que iba hilvanando mi aprendizaje, el hilo iba y venía por el sendero de familias y escuelas. Y ¿cómo se forma un investigador? Bajo mi punto de vista un investigador se va formando día a día y en relación con el otro y los otros. Uno no nace sabiendo, sino más bien se trata de un proceso de construcción y reconstrucción constantemente; la persona, por lo general, forma parte de un grupo, en mi caso el FINT13, con el que va creciendo y aprendiendo con la experiencia de los miembros que lo componen a la vez que va comenzando a indagar y a conocer todo lo que envuelve el mundo de la investigación. Este proceso de aprendizaje te lleva a moverte, a la necesidad de seguir conociendo y experimentando, y a involucrarte profundamente en un tema que te apasiona como deseo de estudio, en mi caso la relación 13 Grupo consolidado FINT: Formación e Innovación en Nuevas Tecnologías. 12 Los efectos de los cambios sociales en la vida profesional de los docentes universitarios Ministerio de Educación y Ciencia. SEJ2006-01876. http://www.cecace.org/proj-profuni.html Grupo de investigación consolidado: Formación, Innovación y Nuevas Tecnologías (2005SGR 00431) http://fint.doe.d5.ub.es familia y escuela. El hecho de formar parte de un grupo de investigación me ha ayudado a guiar mi camino hacia la indagación y el estudio, a comprender e interpretar una realidad y a comenzar a tomar tus propias decisiones que serán la que marquen tu trayectoria investigadora dentro del problema a estudiar. Por lo tanto, el paso de alumna universitaria a investigadora en formación es un paso complejo, difícil, lento pero a su vez enriquecedor y lleno de nuevos saberes. Se trata pues de un proceso de constante aprendizaje. 4. De discente a docente en continuo aprendizaje: aprendiendo de todos. “…. el conocimiento no se transmite si no que se construye en la relación, que la propia relación ya es construcción de conocimiento y que no se puede separar el conocimiento de la relación porque entonces la vida carece de sentido y carece de sentido el aprender a vivir, que es una parte fundamental de lo que tienen que aprender las niñas y los niños.” (Marisa del Carmen Martín, 2002)14 . Con esta cita, lo que pretendo transmitir es que la educación se realiza en cualquier escenario por el que el ser humano transita a lo largo de su vida. En el caso de la universidad, educar adopta un sentido que le otorga al espacio dedicado para tal fin. Se trata de un espacio de relación con el otro. Por lo tanto, educar es estar en relación, encontrarse con él - los otros, de ahí la necesidad de que exista un puente de relación entre los otros y una misma para que el “fenómeno” educar se dé. En febrero del 2004 y con el inicio del segundo cuatrimestre, paralelamente con mis clases de doctorado comencé a colaborar con la Dra. Sancho en la docencia. Comenzamos a trabajar juntas, a planificar la asignatura “Recursos Tecnológicos para las Necesidades Educativas Especiales” de la enseñanza de Psicopedagogía, los viernes de 15’30 – 18’30h. Especialmente las prácticas, de las que yo, de algún modo, sería la responsable de llevarlas y supervisarlas, todo ello bajo las pautas de la profesora titular. Para mí, en aquel primer año, se trataba de un paso más en mi proceso de formación, pasaría de ser alumna a ser “docente”, una docente en constante formación. A pesar de haber dado clases a niños, niñas y adolescentes a nivel particular y a grupos reducidos en la escuela de Educación Especial o fuera de ella, no era lo mismo o al menos yo no lo percibía así. Me hallaba bajo otra mirada, el papel que impartía en aquellos tiempos nada tenía que ver con el que se aproximaba; y la responsabilidad, el saber hacer y el saber estar eran diferentes a como lo percibí con mi nueva entrada al mundo de la docencia universitaria. Sin embargo, en el contexto universitario, debía ponerme en juego, tenía que hallar mi espacio y tiempo, era necesario saber cual sería mi posición, el lugar que ocuparía en clase ante las alumnas y el tipo de relación que se establecería con ellas15 . Sabía que estaba bajo unas miradas, unas miradas que me evaluarían en cada uno de mis movimientos y las que me servirían para poder guiar mi camino hacia la enseñanza universitaria. 14 Cita extraída del DEA de Elda Aranda, compañera de investigación y amiga. 15 Hablo en femenino porque tanto en Pedagogía, Psicopedagogía y Magisterio, el tanto % del alumnado son chicas. 13 Los efectos de los cambios sociales en la vida profesional de los docentes universitarios Ministerio de Educación y Ciencia. SEJ2006-01876. http://www.cecace.org/proj-profuni.html Grupo de investigación consolidado: Formación, Innovación y Nuevas Tecnologías (2005SGR 00431) http://fint.doe.d5.ub.es Uno de los objetivos primordial era conseguir que las alumnas no se cansaran y que las clases les fueran lo más enriquecedoras posibles, objetivo que sí conseguimos. Se trataba de unas sesiones dinámicas, participativas donde cada una tenía su lugar de expresión, cada una de las voces era escuchada y respetada, cada una compartía su opinión y su experiencia. Mis alumnas me recordaban a mí, sólo había pasado un año, yo aún me veía en esas sillas sentada como una más de ella; pero sin embargo, me situaba en otro plano, bajo un papel a desempeñar distinto al que realicé en el curso anterior. Intenté que mi lugar fuera el de compañerismo, de tú a tú, que me vieran como una persona que las podía ayudar, guiar, orientar en su proceso formativo, estar a un nivel más paralelo al suyo y no de superioridad / de autoridad entendida como poder. Iban pasando los días y algunas de ellas me hacían sentir más próxima, les interesaban lo que yo podía trasmitirles sobre mi experiencia, aconsejarlas en la realización de las prácticas y del proyecto. La Dra. Sancho también me brindó la oportunidad de llevar a cabo una sesión sola: teoría y práctica a la vez, tenía bajo mí la responsabilidad de la asignatura en su totalidad y la dinámica de la clase. Fue un reto muy interesante y al que estuve dispuesta a aceptar. En ese momento me puse en juego y tanto las alumnas como la profesora, de formas distintas, me evaluaron bajo su atenta mirada y bajo mi discurso. Durante un semana me estuve preparando la clase, busqué información sobre las aulas hospitalarias (libros, documentos, páginas por Internet, entrevista a algún profesional, etc.) quería hacerlo bien y demostrar que estaba documentada respecto al tema, que sabía de lo que estaba hablando, que si alguna de mis “alumnas” me preocupaban pudiera responderle sin miedo a equivocarme, segura de mis palabras, pero sin caer en el error de ser una experta en él, porque no lo era y no lo soy. Después de esa experiencia, el tener que planificar la sesión, buscar la información, seleccionar aquello que querías y deseabas decir, etc.; le pedí a la Dra. Sancho poder llevar otra sesión, me había sentido bien, me llené de satisfacción ante la actitud de mis alumnas y ante la posición de la profesora. A ella no le importó, consideraba que era parte de mi proceso de formación y que debía tener iniciativa como alumna, docente y como persona. Así que, me volví embarcar en otro tema, la inserción sociolaboral de personas con necesidades educativas especiales, disfruté mucho, no podía olvidar lo que ocurrió en clase: las alumnas presentaron el tema en power point, yo iba aportando mis ideas, pero el grupo se animó llegando incluso a hacer un recorrido desde que la persona nace hasta ahora. Cada una de las alumnas aportaba sus ideas a partir de su situación: laboral, de estudiante, de su formación, etc. El tiempo pasó tan rápido que cuando nos quisimos dar cuenta teníamos que cerrar la primera parte dejando abiertas muchas preguntas que podían continuarse debatiéndose en el forum virtual creado para tal ocasión, el espacio microcosmos16. No solo disfruté con ellas, sino que me apasioné con su propio trabajo y con mi labor. La recompensa de asistir a clase los viernes por la tarde no fue sólo la formación y experiencia que yo pude y continuo entretejiendo día a día; sino también el grupo de alumnas que asistió viernes tras viernes hasta el último día a clase, dispuestas a aprender y a compartir sus ideas, conocimientos y experiencia con nosotras. Eso hizo que cada vez más me apasionara con la asignatura “Recursos Tecnológicos para la Necesidades Educativas Especiales”, con el fin de seguir estudiando, leyendo, investigando todo lo 16 Plataforma surgida a raíz del proyecto School +: http://fint.doe.d5.ub.es/mic3js 14 Los efectos de los cambios sociales en la vida profesional de los docentes universitarios Ministerio de Educación y Ciencia. SEJ2006-01876. http://www.cecace.org/proj-profuni.html Grupo de investigación consolidado: Formación, Innovación y Nuevas Tecnologías (2005SGR 00431) http://fint.doe.d5.ub.es que envuelve a esta temática y seguir colaborando no sólo en el entretejido de mi propio aprendizaje, sino también en la compleja tarea de impartir docencia. Pensando y reflexionando lo que ocurrió durante el primer año de colaboración y continuo aprendizaje lo puedo resumir como un enfoque vivido desde otra situación. Por un lado me sentía alumna, continuaba con mis clases del doctorado, formándome y relacionando mis conocimientos con todo lo que me estaba sucediendo; pero por otro, esa posición iba cambiando, los viernes pasaba de ser alumna a ser considerada como docente. Una doble “cara” que iba formando a una misma persona: Sandra. Recuerdo cuando la profesora me preguntó ¿qué te ha parecido esta experiencia?, ¿crees que te ha servido para tu formación? A la primera debo responder que ha sido una gran experiencia, con la que me he sentido satisfecha, bien conmigo misma, he sabido encontrar mi lugar dentro del aula, una tarea nada fácil y a la vez compleja, pero que he conseguido. Respecto a la segunda pregunta, considero que toda experiencia te sirve para tu formación, ya sea en positivo o en negativo; parto de la concepción de que toda vivencia te enseña algo y que hay algún detalle o aspecto de esa situación que la guardas con “recelo”. En concreto, esta experiencia tan satisfactoria de dar clase paralelamente a mi formación cómo doctoranda, me ha servido para tener en cuenta aquellos pasos importante en la elaboración de una asignatura: qué significa planificar, organizar, prepararse las clases, cómo se tienen que evaluar las prácticas y los proyectos, bajo qué criterios; y principalmente, darme cuenta que ante mí habían personas, personas en relación. La diferencia de ser docente a ser alumna es muy distinta, en cuanto a responsabilidad, formación, habilidad y actitud, entre otras características. El paso de ser alumna a ser docente en formación es un paso abismal, sino se lleva a cabo un proceso de tránsito, asimilación, de orientación, de ayuda y de comprensión tanto por las personas que estás formando como futuras profesionales como por parte de la docente titular que te ha brindado la oportunidad. Este primer paso de colaboración me ha llevado a trabajar y formarme con otros docentes, e impartir otras asignaturas como “Tecnología Educativa” e “Intervención Educativa en alumnos con Retraso Mental”. Por ello, me interrogo: ¿Qué ha significado la construcción con los otros? He de decir que el espacio que se me abrió hace unos años dentro de un grupo de investigación que comenzaba a formarse y compartir y vivir una nueva experiencia, en constante construcción y acercamiento a una realidad educativa, significó aprender con y de los demás gracias a la confianza, los conocimientos y la relación que se estableció entres todos sus miembros. Se trataba, y sigue siendo así, de un grupo heterogéneo donde la diversidad es valorada y respetada, donde la jerarquía no existe, cada uno de nosotros buscaba su propio lugar dentro del grupo y su voz era siempre escuchada. Con él no sólo he aprendido a “amar” la investigación, a hacerla mía y sentirla viva; sino también, con él nació una bonita relación, aprendimos a crear y cuidar un entorno de amistad, de saber hacer, saber ser y saber estar. Factores que hoy en día valoro, ya que gracias a ellos, no sólo compartimos intereses profesionales e investigativos, sino también intereses personales. 15 Los efectos de los cambios sociales en la vida profesional de los docentes universitarios Ministerio de Educación y Ciencia. SEJ2006-01876. http://www.cecace.org/proj-profuni.html Grupo de investigación consolidado: Formación, Innovación y Nuevas Tecnologías (2005SGR 00431) http://fint.doe.d5.ub.es En resumen, a lo largo de estos años, no sólo he ido creciendo como persona e investigadora, madurando en mi escritura, elaborando escritos propios y redactando las actas; sino que también, me ha brindado la oportunidad de trabajar con un magnífico equipo, aprender de cada uno de mis compañeros y compañeras y construir un espacio de relación y de aprendizaje. Un espacio creado no de antemano sino que lo hemos ido construyendo día a día entre todos nosotros. 5. La incertidumbre de la actualidad. Y, ¿ahora qué me reparará el futuro? El 31 de enero del 2008 se me acaba el contrato como becaria contratada; ¿Qué me pasará? ¿Qué cambios me reparará el futuro? ¿Qué significado tendrá estos 4 años de formación como becaria sino pudiera continuar en la “Academia”? ¿Cuál será mi carrera profesional? ¿Qué importancia tendrá ser investigadora “junior” sino podré llegar a ser “senior”? Éstas y otras preguntas me rondan por la cabeza. Hasta aquí, he podido narrar los cambios más significativos desde que entré en la Universidad. He pasado por diferentes etapas y cada una de ellas me ha marcado de un

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