“Abordaje Interdisciplinario del Maltrato, la Violencia y el Abuso sexual en la Infancia”

“Abordaje Interdisciplinario del Maltrato,

la Violencia

y el Abuso sexual en la Infancia”

Campaña de difusión para la prevención de la violencia

La discusión sobre la definición de conceptos como género e igualdad de género, sigue vigente desde hace tiempo atrás. Las nuevas visiones del término, aluden a reconsiderar su definición y adaptar la misma en su visión contemporánea, y situar, frente a concepciones patriarcales y del pasado, a cada uno de los agentes, en igualdad de condiciones, en este caso, frente a situaciones de violencia y, haciendo foco en sus causas para prevenirlas a través de una campaña de difusión concientizadora hacia los niños y niñas, y por medio de ellos/as, a los hogares y a su familia con el fin de que se pueda tomar las medidas necesarias para frenarla. 

El punto de partida es respecto a ello, concebir a los niños y niñas en una misma escala, ya que su principal objetivo es prevenir y hacer prevenir situaciones de violencia desde temprana edad. Con este criterio, por otra parte se presta asistencia también en defensa y posición de la mujer frente al hombre y al hombre frente a la mujer en la pareja frente a situaciones de violencia de género. Por último,  aquellas parejas del mismo sexo, formalizadas ante el registro civil o en planes de adopción, como contención frente a situaciones sociales de discriminación y ante las objeciones y dificultades para entrar en el sistema, al casarse o intentar tener hijos.

La cultura ha formado y propiciado costumbres y prácticas que ponderan al hombre sobre la mujer, promoviendo un modelo de pareja donde el vínculo es asimétrico, desigual; donde el hombre considera que la mujer es un ser inferior y a quien debe controlar, dominar y someter. Un ser sobre el cual puede decidir y a quien debe disciplinar, utilizando métodos violentos, llegando incluso a producirle la muerte si ella intenta alcanzar su autonomía e independencia.  Producto de esta formación de la cultura patriarcal es también la violencia intrafamiliar. El proceso de crianza y desarrollo de sujetos masculinos en ambientes familiares de mayor adherencia a los patrones tradicionales de poder, autoridad y control por parte del padre, y obediencia y sumisión por parte de la madre, facilitan un mayor ejercicio de violencia masculina intrafamiliar en la vida adulta.

Estas conductas sólo han comenzado a cambiar con el cambio de actitud de las mujeres, que en los últimos años, y favorecidas por la presencia pública del tema, se atreven a denunciarlo y a frenarlo a tiempo. Tanto en su mundo privado (ante sus amistades o sus familiares) como ante la justicia o los servicios de asistencia especializados. Esto ha permitido trabajar en el entorno y ayudar tanto a las víctimas como a su familia.

El Estado debe proteger y garantizar los derechos de las mujeres puesto que el respeto de los derechos humanos es una condición esencial para el desarrollo de nuestros países y el pleno ejercicio de los derechos ciudadanos de toda la población. Por lo tanto, la existencia de las diferentes leyes y de organizaciones contra la violencia que trabajan en la promoción de derechos humanos, de las mujeres y de los niños, niñas y adolescentes diseñando proyectos y, la existencia de entidades que atienden la problemática asistiendo a mujeres víctimas de flagelo, dictando talleres y elaborando estadísticas, intenta cortar no solo con la violencia sino también con el concepto patriarcal que se tiene de violencia.

La participación de las mujeres en los diferentes ámbitos ha aumentado considerablemente. Esto, sucede en parte gracias a los cambios sociales y culturales que de la mano de  la implementación de leyes como la  de Protección Integral a las mujeres (N°26.485 de 2009) que tiene por objeto promover y garantizar la eliminación de la discriminación entre mujeres y varones en todos los órdenes de vida, el derecho de las mujeres a vivir una vida sin violencia, la remoción de patrones socioculturales que promueven y sostienen la desigualdad de género y las relaciones de poder sobre las mujeres. 

Por otra parte, la ley de Matrimonio Igualitario -N°26.618 Promulgada y Sancionada en Julio de 2010- que ayuda mucho a que la sociedad acepte las familias homoparentales entre los diferentes tipos de familias

Son leyes que se van respetando y que poco a poco se van naturalizando

Vivimos en comunidad y necesitamos que las leyes marquen lo que es bueno y lo que se incluye o lo peligroso y expulsable.  Y, es un primer paso, pero sólo el primero. Nosotros como sociedad, debemos plantearnos nuestros antiguos prejuicios, no mirar la realidad a través de ellos, sino aceptar sus cambios en el tiempo e intentar en profundidad, abrir nuestras mentes y seguir adelante.

Es por ello que se realizará a partir de este trabajo,  una campaña en una institución educativa de Nivel Inicial haciendo participar a los niños, al hacerle llegar a sus casas y dar a conocidos,  volantes en señal de BASTA.  Sin dejar de lado en ningún momento, cuestiones de protección al menor en los contenidos que se difunden.  

Al tratarse de niños tan  pequeños se procederá a realizar actividades que sean más adecuadas a la edad en el marco del Programa Nacional de Educación Sexual Integral que apunta a desnaturalizar los modos socioculturales de ser niño y ser niña, con el propósito de generar desde la infancia, modos de participación más democráticos teniendo en cuenta que los niños y las niñas llegan a la institución con creencias convencionales —propias de la comunidad en que viven—, que se asocian a la construcción de las ideas de lo femenino o lo masculino, sin que medie la posibilidad de la preferencia o elección personal.

Esto puede evidenciarse en los las elecciones de juego y en lo dichos como: “las mujeres manejan mal”,  “los varones no lloran”, “las nenas juegan juegos tranquilos”, “los varones no juegan con muñecas” y, es muy probable que hayamos escuchado otros similares, en contextos diferentes, pero con connotaciones semejantes. 

Son pautas culturales que fuimos adquiriendo desde pequeños y que van de generación en generación.

Las chicas y los chicos cotidianamente interactúan con personas, animales y objetos, y de esas interacciones obtienen informaciones y conocimientos sobre el mundo que las y los rodea. Ellos y ellas se apropian del ambiente que habitan: caminan, escuchan, lo vivencian y van aprendiendo a través de las diferentes situaciones que se les van presentando. Por ejemplo, el reconocimiento de habilidades y tareas de varones y de mujeres, etcétera. La realidad en la que viven los niños y las niñas es una realidad compleja, en la cual están en contacto con diversas formas de organización de la vida familiar, con integrantes que desarrollan múltiples y variados trabajos y tienen distintos modos de pensar y actuar. Estas diferentes situaciones de la vida cotidiana no siempre son valoradas de la misma manera y, en algunos casos, se generan situaciones inequitativas. Tal es el caso del trabajo doméstico, que  por lo general es realizado por las mujeres y que socialmente no es considerado trabajo.

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