Aborto en mujeres violadas
Enviado por martigodoy • 16 de Noviembre de 2015 • Documentos de Investigación • 1.975 Palabras (8 Páginas) • 279 Visitas
Psicología de la mujer abortera
- Fundamentación:
Muchos definen a la mujer abortera como cruel e inhumana, pero la mujer no toma la decisión de abortar porque le guste. Si toma la decisión de abortar es después de haber considerado profundamente todas las opciones que tenía y finalmente llegó a la conclusión de que este sería el mejor camino. Puede haber muchas razones por la cual una mujer decida abortar. Puede ser que ella no quiera tener a un hijo, porque la violaron, no está lista, no lo puede mantener económicamente o porque simplemente no quiera tener hijos. La maternidad no debería ser un cargo o una culpa que pagar, además cada mujer debería ser capaz de decidir sobre su propio cuerpo. Un ejemplo que podríamos usar es el caso en el que ocurre una violación, hay varios casos los cuales muestran que la mujer que tuvo al hijo lo mira con desprecio, odio o pena y eso hace que el hijo no se sienta querido por la madre. Como consecuencia esto produce un mal estar psicológico tanto para la madre como para el hijo también, ya que estos se merecen el amor de su mamá. Las mujeres merecemos una maternidad libre, deseada y segura.
- Problemática desarrollada:
Como todos sabemos el aborto es la forma que tenemos las mujeres de acabar con el embarazo cuando no deseamos que este continúe, esto ha generado diferentes opiniones en nuestra sociedad, positivas y negativas. Una de las problemáticas que más genera debate alrededor de este tema es la presión social sobre las mujeres que desean abortar, varios estudios recientes muestran que la mayoría de las mujeres que abortaron un embarazo no deseado sienten alivio, quedando así psicológicamente hablando, en un estado mejor que aquellas madres que continuaron con el embarazo no deseado. Si a una mujer no se la culpabiliza por abortar, si se le practica el aborto sin juzgarla y en condiciones no traumáticas, y si aborto un embarazo no deseado no tiene por qué estar traumada.
A continuación mostraremos un testimonio que demuestra la psicología de las mujeres aborteras
- Su nombre es Altelia y publico su testimonio el 17 de noviembre de 2013. En una página francesa “IVE, me siento bien, gracias!”
“Yo aborté tres veces, cuando yo era más que terrible, yo no sabía cómo cuidar de mí, así que cuidar a alguien nuevo ... Eso fue en 1990, 1991 y 1992 ... sin anestesia. El día de la cirugía, me hizo llevar la anestesia, y cuando llegué me dijeron que era demasiado tarde para utilizarlo. En el hospital solo me trataban como una pu**. Fue sin anestesia, recuerdo el dolor, y como me daba mucho miedo, lloré y la enfermera me dijo que "era necesario pensado en eso antes ". Ahora estoy bien, no tengo hijos (historia de las circunstancias), pero he hecho mi vida de otra manera. Y estoy muy orgulloso de tener un aborto, porque veo a muchas personas que tienen hijos que no son deseados y veo el daño que puede hacer en los llamados niños.”
Otro aspecto importante dentro de la problemática es la violación. La psicología de la mujer que ha quedado embarazada como consecuencia de una violación.
¿Qué es la violación?
La violación es una agresión de tipo sexual que se produce cuando una persona tiene acceso sexual hacia otra, mediante el empleo de violencias físicas o psicológicas o mediante el uso de mecanismos que anulen el consentimiento de los ofendidos. También se habla de violación cuando la víctima no puede dar su consentimiento, como en los casos de incapaces mentales, menores de edad, o personas que se encuentran en estado de inconsciencia. El embarazo por violación es la más específica de las violencias de género y tanto éste como sus consecuencias están poco documentadas, a pesar de su incidencia y de que la violencia contra las mujeres es una constante en nuestra sociedad.
La violación afecta a la mujer en su integridad personal, social, sexual y existencial. Altera su historia y sus proyectos de vida y, cuando la víctima aún se encuentra en una etapa crítica, la confirmación del embarazo resultado de la misma se convierte en otro choque emocional intenso; en una crisis múltiple. Así, el embarazo por violación es para la mujer un traumatismo y una herida a su existencia. Por eso es necesario que ella pueda decidir que camino tomar y no ser juzgada por ello, para poder psicológicamente “salir” de esa situación lo mejor posible y, si continua con su embarazo que en futuro su hijo no sufra las consecuencias de esta violación.
A continuación una resumen de la noticia publicada en “Página 12” en el año 2012.
“Yo soy eso que le pasó a mi mamá”: “Madrugada de invierno en la guardia de un hospital público. Se escucha la sirena de un patrullero seguida del sonido de la ambulancia. Ingresan una camilla con una joven adolescente, con ataduras en sus muñecas. Sangra mucho, los cirujanos corren a atenderla. Carolina ha intentado suicidarse. No es la primera vez. Lo hace a menudo.
Al día siguiente, se la entrevisto: ella tiene ganas de matarse; desde los doce años lo intenta, y lamenta que la descubrieran. Ha probado ya distintas maneras de quitarse la vida. Habla de su madre: “Nunca me quiso”; “De parte de ella, sólo he sentido odio”. No soporta la mirada de la madre, que describe como “de desprecio”. Dice que no tiene fotos de bebé. Y que, de tanto preguntar los motivos por los que siempre se ha sentido sola y vacía, su madre le confesó que era producto de una violación. Un familiar, abusó sexualmente de la madre, a los 14 años, hasta que la dejó embarazada. Su madre, continúa Carolina, no supo qué hacer. No quería tenerla, ocultó el embarazo hasta que la panza resultó evidente. Cuando el padre de la madre se enteró, le dio una paliza, sin creer que era por una violación. Ella quiso regalar a Carolina, pero no la dejaron. Así fue como se la quedó. Carolina dice: “Yo soy eso que le pasó a mi mamá, y no quiero vivir más”…
Como se ve, la violación no sólo trae consecuencias tremendas para el psiquismo de la mujer violada: también tiene consecuencias sobre el hijo, producto de la violación, en relación con el lugar que ha de ocupar en el deseo materno; en relación con esas miradas, a veces odiantes, a veces despectivas, a veces hasta piadosas, de las que el niño puede ser objeto sin ser consciente.. Carolina quiere matarse, no hay vida posible para ella. Su marca de origen signa su destino y la condena a vivir con un inmenso pesar que le resulta insoportable. Nadie quiso que ella viviera; ella tampoco quiere. Es el recuerdo permanente del horror padecido.”
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