Abstracción Pictorica

Dicen que es bueno agarrar un libro, abrirlo en alguna página, ver que nos dice e interpretarlo dentro de lo que nos está pasando. Acá se realiza un juego bastante parecido: mismo libro (por ende la temática básica siempre va a ser la misma, aunque dentro del mundo del arte las cosas no se resumen a una corriente o un artista en particular, sino que se abarca mucho más), abrimos en un lugar aleatorio y ahí está, en un libro de artistas, Morris Louis.

Cuando hablamos de artistas vanguardistas, el abanico que se abre es gigante, ya que no se los puede encasillar en una única corriente y además sus creaciones y evolución comúnmente son muy variadas y complejas, pero intentaremos plasmarlo de la mejor forma posible.

Increíblemente luego de haber manejado el “Expresionismo abstracto”, nos toca un artista que se lo podría encasillar dentro del “Arte abstracto” o mejor aún, en la corriente “Abstracción postpictórica”, la cual mencionamos cuando hablamos de Barnett Newman, ya que él participó en los comienzos de ésta como en otras corrientes que ya tratamos.

Como hicimos anteriormente, hablaremos primero de la corriente artística donde se desarrolló más que nada nuestro artista, la “Abstracción postpictórica”, y en una futura entrada hablaremos de Morris Louis con todas las letras.

La “Abstracción postpictórica” se generó a principios de los años 60 en Estados Unidos. Quien acuñó dicho término fue el crítico Clement Greenberg, aludiendo a la creación de artistas no figurativos.

Las bases de este arte son: el rechazo a la gestualidad y las calidades matéricas (trabajadas en el “Expresionismo abstracto”), la no figuración, aplicación uniforme del color sin intención de transmitir un mensaje y el formato en dimensiones excesivas, en lo que justifican su existencia.

Algunos críticos consideran que en esta corriente habitan dos grupos, uno que se caracteriza por su dominio del color, que sería la “Pintura de campos de color”, y el otro que está determinado por su nitidez en los contornos, donde entraría la “Pintura de contornos nítidos”, la “Nueva abstracción” y el “Arte frio”.

(Frank Stella, "Harran II", 1967)

Este arte atiende a la bidimencionalidad del lienzo y a los límites del mismo. La estructura o soporte son los únicos vehículos de significación; dentro de la obra no existe nada.

Se le denominó en algunos casos como un “arte inexpresivo”, ya que no contiene significación alguna determinada por el artista, o sea, no hay intencionalidad de manifestar estados de ánimo, visiones del mundo, ni nada que se le parezca. No pretende motivar “sentimientos” en el espectador, algo bastante difícil, ya que aunque no se quiera, el receptor por lo menos hará un juicio de valor

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