Acerca del concepto de competencia para la educación emocional.
Enviado por Nicole Leiva Ramírez • 28 de Julio de 2016 • Documentos de Investigación • 4.208 Palabras (17 Páginas) • 235 Visitas
Acerca del concepto de competencia para la educación emocional.
Juan Casassus
(2012)
I. El uso del concepto de competencia
La incorporación del enfoque basado en competencias como respuesta a la preocupación por la calidad de la educación, recoge las ideas centrales de las políticas educativas de las últimas décadas, particularmente en la Educación Básica: garantizar aprendizajes significativos y transferibles en los estudiantes.
Sin embargo, el uso del concepto de competencia en la educación se ha prestado a confusión porque su uso cubre una amplia gama de significados. Si ubicamos las distintas concepciones y definiciones en un continuum, en un extremo situaríamos la noción estrecha de competencia basada en la tradición conductista. En la medida que nos movemos hacia el otro extremo, progresivamente emergería un enfoque más amplio basado en la tradición humanista.
Para lograr claridad en lo que se comunica y evitar confusión, es importante explicitar el enfoque del concepto que se usa. Esto es particularmente relevante cuando el concepto se aplica al campo educativo. Lo es porque, sea cual sea la opción que se adopte, su filosofía básica implica opciones pedagógicas y genera programas y prácticas educativas que le son específicas. Así, una concepción conductista genera programas y prácticas de un cierto tipo; y por el contrario, si se usa una concepción humanista, ésta conduce a programas y practicas de otro tipo.
La elección del enfoque no es algo necesariamente ideológico o arbitrario. Se trata de una opción que está ligada a las finalidades de lo que se persigue en la enseñanza que se desea impartir. Por ejemplo, los tipos de objetivos, las implicaciones curriculares, las asignaturas en que se imparten, las actividades concretas de formación, su detección y evaluación, la formación de los docentes, son asuntos prácticos que se derivan del enfoque y concepción que se adopte.
La concepción mas estrecha corresponde al uso del término que viene de la práctica profesional militar así como de ciertos campos industriales y profesionales que requieren resultados de aprendizaje estandarizados. En esta perspectiva, la competencia se expresa en una conducta o desempeño, el que es visto como un resultado. La idea que está en el centro de esta tradición es la asociación del concepto de competencia con destrezas logradas a través de una formación estandarizada, fácilmente descompuesta en actividades discretas y específicas, que se basa en una secuencia específica de contenidos. En esta visión estrecha una competencia es …. . la capacidad demostrada de que se sabe realizar una tarea específica. (Poole, et al [1]) Esta capacidad es valiosa en muchos de los ámbitos que requieren un resultado preciso y estandarizado como lo es por ejemplo en el campo de la educación técnica, cuando se requiere una pieza torneada con ciertas características específicas, o en la educación de médicos cuando se trata de enseñar algo tan preciso como la ejecución de una intervención quirúrgica. Hay algunos elementos a destacar en esta perspectiva: i) se trata de una conducta objetiva y observada, ii) es el resultado de una formación, iii) la competencia está asociada a una tarea laboral, que le es específica a ese campo. El propósito es lograr una conducta homogénea y predeterminada. En esta perspectiva el concepto de competencia tiene su centro en el resultado de la acción educativa. La evaluación de estas competencias se centra en la medición de la competencia y ésta se relaciona con un estándar de desempeño. El resultado asociado a un estándar es el fundamento para formular un juicio acerca de la competencia demostrada. Así, el juicio de competencia, expresa uno de varios niveles de competencia demostrada.
En el otro extremo, el foco está puesto en la persona. Esta concepción no está centrada en el resultado, sino en los atributos de la persona. Esta corresponde a la evolución del término que proviene de una tradición humanista y recibe nombres como integral, humanista, constructivista u holística. Por ejemplo, Noam Chomsky [2] plantea la idea de competencia lingüística para referir al conjunto de mecanismos necesarios que el ser humano moviliza para expresarse en su lengua, de aquí la idea de la competencia como el despliegue de diversas habilidades. En términos institucionales, una perspectiva similar es la de la iniciativa DeSeCo de la OCDE donde se define que “una competencia es más que conocimiento y habilidades. Implica la capacidad de cubrir demandas complejas movilizando recursos psicosociales (incluyendo habilidades y actitudes)” (OCDE, 2005; p.4).
En esta perspectiva, la competencia es vista como “una cualidad de una persona o como un estado de ser” (E. C. Short. [3]) . Se trata a una cualidad de la persona que debe ser identificada como algo deseable y que se pueda determinar si alguien la tiene o no la tiene. Se trata de una síntesis de relaciones de una persona en un contexto, como por ejemplo, la de un profesor en un aula. No se trata de conductas específicas o individuales que debe seguir un profesor de matemática o de lenguaje. Se trata de la integralidad de relaciones que tienen relevancia en el acto de enseñar. Estas pueden incluir conocimientos, desempeños, conductas, destrezas pero también, actitudes, motivaciones, intenciones, o cualidades de personalidad y de estado de ser. La concepción en esta perspectiva considera que las competencias “representan una combinación dinámica de conocimientos, comprensión, habilidades y capacidades” ((Tuning, 2010 [4]p.8).
Como se mencionó arriba, adoptar la postura mas cercana a un extremo (foco en el resultado) o mas cercana al otro (foco en la persona), conduce a enfoques, programas y practicas totalmente distintas.
II. Competencias Genéricas.
Cuando expresamos la idea de una competencia genérica, apuntamos a la idea de un competencia que se encuentra en la base, que impulsa conductas, que expresan la dinámica que “genera” valores, actitudes y conductas.
Entendemos por competencias genéricas para los estudiantes de primer ciclo básico, aquellas que aluden a su formación integral. De este modo, se trata de definir un conjunto de competencias que permitan dar cuenta de los conocimientos, habilidades, actitudes y valores, indispensables en la formación del estudiante. Se expresan desplegando y movilizando distintos saberes y su dominio apunta a una autonomía creciente de los estudiantes tanto en el ámbito del aprendizaje como de su actuación individual y social.
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