Acompañado De Soledad

ACOMPAÑADO DE SOLEDAD

Y llegaba entonces al “dulce hogar” que afuera denominaba y que no era más que un montón de paredes en donde moraba su soledad, y es que Isaac había estado siempre rodeado de gente pero únicamente acompañado de soledad. Isaac es un joven muchacho alto, de cabello negro como la obscura noche, piel blanca y muy apuesto. Su vida se desarrolla en un humilde pero a la vez pujante pueblo serrano llamado Pedregal, su natal terruño, un lugar con atractivos naturales exuberantes, calles angostas, gastronomía exquisita y gente amable.

Sus padres, nativos de la capital, habían adquirido una hacienda en este pequeño pueblo y luego de unos años de habitarla murieron trágicamente en un accidente que dejó como único sobreviviente a Isaac, a sus cortos 16 años había quedado huérfano, la vida le había arrebatado a sus únicos familiares, tuvo que desarrollar a pasos agigantados grandes habilidades para ejercer las responsabilidades que implicaba ser el único heredero de una gran hacienda.

Mientras fue poderoso y asediado de riqueza, amigos nunca le faltaron sobre todo en los momentos de alegoría y regocijo pues en los lapsos en os que el pasado lo invadía de nostalgia no existía nadie más que su propio "yo" escuchando el llanto de su corazón.

Cansado de tanta responsabilidad y el desasosiego de su vida, comenzó a despilfarrar su dinero de bar en bar con sus amigos, perdió la hacienda que fue el legado de sus padres por no haber cancelado el crédito que la hipotecaba, el dinero y el poder lo habían abandonado, entonces perdió también a los amigos que en los bares lo escoltaban y que ahora tenían ocupaciones que les impedían acompañarlo. Convirtió la cabaña que en la Hacienda usaban como establo, y que por fortuna no estuvo contemplada dentro de la hipoteca, como su nuevo hogar, lleno de fuerza como lo caracterizaba guardaba su tristeza y la llamaba su “dulce hogar”.

Recientemente había arribado al pueblo una muchacha llamada Melisa, una joven muy alegre y optimista que entró a trabajar en el bar del pueblo en donde Isaac la conoció, al mirarla se quedó parapléjico pues era la mujer más bella que sus ojos hayan podido ver, su largo y ondulado cabello castaño brillaba deslumbrante con el sol y sus grandes ojos verdes lo dejaron totalmente hipnotizado. Poco a poco se fue desarrollando entre ellos una amistad, y paso a paso Isaac notaba que tras esa belleza física había un gran corazón. Y fue así como le llegó a tener tanta confianza que por primera vez pudo expresar lo que sentía, el dolor que guardaba y la soledad que lo asechaba, le comentó las múltiples responsabilidades que tuvo que asumir desde tan corta edad y las desventuras que se encontraba atravesando actualmente como consecuencia de sus errores, su vida en definitiva se estaba desmoronando, le dijo.

Melisa le

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