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Agua bendita de Motupe


Enviado por   •  17 de Diciembre de 2012  •  Tesis  •  35.502 Palabras (143 Páginas)  •  558 Visitas

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Agua bendita de Motupe

C

uentan los pobladores que hace mucho tiempo, un joven fraile que se llamaba “Juan

Abad” llegó a Motupe y que a él le gustaba peregrinar.

Entre sus peregrinaciones llegó a un pueblito muy cálido llamado “Chalpón”, en un sitio

llamado “El Zapotal” en donde el fraile le gustaba caminar.

Se le veía subir y subir los montes muy empinados. Al comienzo nadie sabía por

qué a veces se le veía por lo alto del monte y desaparecía por muchos días para luego

regresar. Para subir a ese monte que era muy alto y pedregoso, usaba un bastoncito que él

mismo hizo.

Un día, le dijo a la gente que él hacía ese sacrificio porque Dios le había dado

una misión que tenía que cumplir.

Pasó mucho tiempo y el fraile antes de despedirse dijo a algunos de sus amigos que busquen un madero de guayacán con

el que había construido una cruz, que había dejado en lo alto del

empinado cerro, también dijo que allí encontrarían algo que iba a ser la

prosperidad del pueblo.

Muchos intentos hubo hasta encontrar la cruz.

Cuentan que el día 5 de agosto de 1868, subieron varios hombres

entre ellos un joven llamado José Mercedes Anteparra, de 22 años, quien

trepando con sogas llegó hasta una piedra donde brotaba agua, que era

transparente, pura y cristalina; esta agua se podía beber, pero lo sorprendente es que no se sabe de dónde podía venir. Al lado encontraron unas

ollitas y se piensa que era ahí donde cocinaba el fraile.

12Lo increíble es que no se encuentra ningún río por ahí, porque está en lo alto del cerro.

La gente dice que allí debe existir un volcán de agua que brota de adentro de la tierra.

Después, encontraron más arriba una gruta, en un monte con pocos árboles y ahí encontraron la Cruz. Desde entonces el pueblo la venera en ese mismo lugar porque el fraile dijo que

ahí debe permanecer.

Desde entonces la gente católica del Perú y hasta del extranjero la visitan y cuentan los

milagros con los que han sido bendecidos.

Cuentan los pobladores que esa agua bendita nunca se ha secado, a pesar de que allí

llueve muy poco, ha habido muchos años de sequía y los visitantes que llegan a diario beben,

se refrescan y hasta la llevan en botellas para bendecir a sus familiares o a sus casas.

No encontramos bibliografía escrita referente a este manantial que se le ha llamado el

agua “Bendita de Motupe”; todas las referencias hablan de la Cruz y la historia de cómo nace

la devoción de los creyentes en la “Santísima Cruz de Motupe”, sin embargo esta agua ha sido

una fuente importante para que tanto los pobladores como los visitantes se abastezcan con este

líquido elemento, que inclusive sirve para beber.

Para poder llegar hasta el sitio donde se encuentra “El agua bendita de Motupe”, hay que

ir desde Chiclayo hasta Motupe (capital del distrito), luego se toma otro carro para “El Zapotal”, que es un pequeño asentamiento donde viven algunas personas que tienen sus pequeños

negocios de venta de recordatorios alusivos a la Cruz de Motupe y algunos restaurantes. De allí

hay que subir caminando un cerro empinado donde permanece la “Santísima Cruz de Motupe”.

El recorrido es de más o menos dos horas a pie.

Fuente oral: César Salazar Contreras; Motupe, Lambayeque.

Escolar: Erick Daniel Ricse Lara; 11 años; Chiclayo, Lambayeque.

Asesor: Deysy Lara Carretero.

13

Recopilado por escolares peruanos para las generaciones presentes y futurasAgua para dar de comer a los pobres

D

esde tiempos inmemoriales los naturales aposentados en estos lugares aledaños al lago

Titicaca, lado sureste contiguo a la línea limítrofe con Bolivia, en épocas de ausencia

de precipitaciones pluviales practican, como sus ancestros, hacer que el medio ambiente o la

atmósfera se llenen de nubes para llover y humedecer la pachamama o la santa tierra, para que

dé fruto.

Por costumbre estas prácticas se realizaban en los ayllus del actual territorio del distrito

aymará de Conima, provincia de Moho, a cargo de una autoridad llamado Marani (dueño del

año). Eran elegidos en asamblea para cada ciclo agrícola, o sea, para el cuidado riguroso de

todas las chacras del ayllu desde la siembra hasta la cosecha, personas de mayor edad que todos

debían respeto.

Cuando ya existían indicios de sequía o no llovía para comenzar con los preparativos para

la siembra, esta autoridad llamaba a una asamblea, en esta reunión se nombraba una comisión

que se trasladaba hasta la cordillera llamada Callisani Kunka, ubicada en la cadena oriental de

nevados perpetuos, en la misma cadena de montañas donde está situado el nevado Palomani,

contiguo al río Suches, en el territorio de Bolivia.

La finalidad era acarrear agua en un cántaro entre quince a veinte litros; a esta porción de

líquido los naturales la conocen con el nombre de Tullqha Uma (tullqha = yerno / uma = agua).

La cordillera se encuentra a una distancia de dos jornadas y más desde Conima.

La caminata comenzaba al primer canto del gallo, más o menos a la una de la madrugada

para llegar a la entrada del sol al día siguiente de la partida, en las proximidades de la cordillera

Callinsani Kunka; en esta cordillera se encuentran situados varios pozos o cochas de agua

diseminados indistintamente. Los principales eran tres juntos: en uno de ellos la masa de agua

era de color verde–azul; en el otro de color blanco; y en el tercero de color negro.

1Para sacar el agua de uno de los pozos la delegación en plena cordillera debe cumplir con

una ceremonia ritual como pidiendo la autorización o licencia con mucho respeto y fe de los

achachilas, auquis (abuelos o ancianos) y de la concha ahuicha o Mama Concha (abuela),

dueños de esos lugares y del agua. Entregaban una ofrenda o mesada que era preparada por los

yatires (yatires = sabedores). La mesada constaba de hojas de coca, cebo de llama, piel de gato

montés, flores de clavel rojo envueltos en lana de llama, brindando con coca ahuicha y achachilas con chicha de quinua y maíz en dos queros grandes de madera de quinua. Toda esta ceremonia era pidiendo permiso para llevarse un cántaro de agua como yerno para regar sus tierras.

Cumplidos con cariño dichos menesteres, en el momento menos pensado los pozos de

agua producían

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