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Enviado por   •  4 de Octubre de 2015  •  Apuntes  •  1.810 Palabras (8 Páginas)  •  137 Visitas

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TEJIDOS ONÍRICOS. MOVILIDAD, CAPITALISMO Y BIOPOLÍTICA EN BOGOTÁ

Santiago Castro-Gómez es Investigador y docente de la Universidad Javeriana. Profesor invitado en distintas universidades de  Colombia, Estados Unidos y Latinoamérica, actualmente es investigador del Instituto Pensar de la Javeriana. Ha publicado varios artículos sobre filosofía social, pensamiento latinoamericano, estudios culturales y teoría poscolonial. Autor de libros como Crítica de la razón latinoamericana (Barcelona: Puvill Libros 1996), La Hybris del Punto Cero. Ciencia, raza e ilustración en la Nueva Granada, 1750-1816(Bogotá: Instituto Pensar 2005) y La poscolonialidad explicada a los niños (Popayán: Universidad del Cauca 2005). Actualmente trabaja en su último libro  Tejidos Oníricos. Movilidad, capitalismo y biopolítica en Bogotá (1910-1930).  Castro-Gómez tiene un doctorado en filosofía y letras de la  Universitat Frankfurt .También tiene una maestría en filosofía de la Universität Tübingen.

En esta ocasión hablaré sobre su libro Tejidos Oníricos. Movilidad, capitalismo y biopolítica en Bogotá, que nos habla de la transformación mental de los habitantes de Bogotá (y sus métodos) para unirse a la “modernidad”, movimiento que se escuchaba por todo el mundo, durante el periodo comprendido de 1910-1930.

Santiago Castro nos plante una hipótesis sobre los imaginarios que son necesarios para que el pueblo bogotano y colombiano pueda abrirse camino hacia la modernidad, el capitalismo y la industrialización, sugiere que el cambio de las tradiciones coloniales a las industriales no es solo en el sentido económico, sino que primero se sentaron unos imaginarios que se fueron arraigando en la mayoría de la población para convertirlos en un pueblo donde el capitalismo pudiera sentar sus bases y llevarlos a la modernidad. Castro utiliza para este fin una narrativa que nos inmiscuyen en la realidad de la época y en los anhelos e inconformidades de la misma, para esto recurre a citaciones de revistas como “Cromos” e imágenes de la misma, entre otras fuentes. Para sustentar sus argumentos vemos en el libro una amplia bibliografía donde resalta trabajos de otros historiadores y escritores que profundizan un poco más en ciertos temas que se tratan en el libro.

Castro divide su libro en cinco capítulos (que subdivide para tratar diferentes enfoques a profundidad) que son en su orden:

“SEÑALES EN EL CIELO, ESPEJOS EN LA TIERRA” este es el primer capítulo del que se presenta a manera de una introducción a la época y sus realidades. El capitulo toma un hecho en particular como referente para explicarnos como empieza a llenar el imaginario de la gente al idea de “industria y de progreso” y este hecho es la celebración del centenario de la independencia (1910). En esta celebración se realizaron unas exposiciones de las iniciativas de desarrollo económico con la implementación de maquinarias, y para esto se construyen pabellones en el parque de la independencia, esta exposición guiada por la realizada en Paris en el año de 1889, pretendía producir una ilusión de modernidad en las elites y en general en toda la población, aunque como bien resalta el autor esta situación estaba lejos de ser la realidad del país y de la ciudad pues todavía no habían industrias como tal, sin embargo con estos festejos se buscaba también promover la tecnificación en la producción proponiendo concursos para la creación de maquinas que ayudaran con este fin.

Las fantasías empiezan a cobrar poder en la mente de los ciudadanos a un después de la festejo, sin que cambiara en algún sentido su realidad, pero ya se iba maquinando la idea de ir hacia la modernidad, y al final del capítulo se muestra como estos imaginarios empiezan a convertirse en planes e ideas para seguir los pasos de los “países desarrollados”.

“EL DISPOSITIVO DE MOVILIDAD”, segundo capítulo del libro, muestra los efectos de la revolución en los medios de transporte sobre las ideas de movilidad en la ciudad, la invención del carro, el ferrocarril, el tranvía y el avión suponían un cambio en la forma de conectar la ciudad y el mundo en general. Por lo cual es gobierno tenía que generar planes para incorporar estos nuevos dispositivos de transporte a la ciudad y con ellos ir borrando poco a poco el sedentarismo de nuestra población y empezar a movernos y a mover las mercancías como lo de manda el capitalismo industrial.

Vemos como la idea de “tiempo” cobra un significado distinto, el tiempo ahora es valioso y no se debe desperdiciar, se de aprovechar, los medios de transporte dinamizan es te ir y venir de personas esta movilidad. El automóvil ahora es el emblema del sujeto de la modernidad, ese que es libre de moverse a partir de sus propias fuerzas.

Este nuevo ideal de movimiento crea la necesidad de transformar la ciudad, de adecuar/construir andenes y calles para el tránsito de estos medios de transporte, para facilitar e impulsar el deseo de movilidad en los individuos, lo cual era un requerimiento más que primordial para el capitalismo.

“ÉTICA Y CINÉTICA DEL HOMO URBANO”, tercer capítulo, aquí Castro analiza el cambio que implica en el ciudadano esta nueva idea de movilidad y como busca romper con las esferas tradicionales y primarias heredadas de la colonia, pero para esto no sólo tenían que haber medios de transporte agiles, sino que la misma ciudad debía cambiar, tenía que crear un espacio artificial, un medio ambiente controlado que favoreciera a la salud y el movimiento del ciudadano, vasado en el “confort, la higiene y el goce de vivir”. Pero no solo se busca cambiar la ciudad sino que estos cambios procuran producir a la “persona moderna”.

El ideal de ciudad ya no es la Atenas imperial y estática, esta es remplazada por Nueva York cinética y con poder económico, la ciudad tenía que ser organizada y para esto tenían que utilizarse biopolíticas eficaces, para construir una ciudad amplia con luz y aire, que eliminaran los focos de infecciones y la monotonía, una ciudad que permitiera el moviente de sus gentes y más que todo que lo impulsara, entonces era necesario “planear la ciudad”. Ciudad que se había divido en norte (encajando con la modernidad y la concentración de las elites criollas) y sur (la colonialidad y gentes atrapadas en las esferas primarias), por tanto esta planeación debía impulsar la adición de estos últimos a los primeros y favorecer las condiciones del obrero pieza fundamental de la industria y la economía y generar en él un deseo de incorporación a este nuevo ritmo de vida, la ciudad tenía que ofrecer medios alternativos de esparcimiento y diversión para alejar a esta nueva clase el “obrero” de los vicios y actitudes de su pasado.

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