Alex Mar

No hay ser vivo en este planeta con más experiencia que el mar …………..

Su misma inmensidad ha reflejado su experiencia, pues ha visto pasar a una infinidad de generaciones las mismas que ha abrazado en sus aguas tranquilas , ha estado presente desde las navegaciones de los más antiguos barcos hasta los más modernos yattes, ha sido testigo de nacimientos y muertes, de amores y desamores, pero lo que nunca imagino, fue haber sido su propio testigo de …………...

Cuenta la historia que cierta tarde en la que el mar se encontraba un tanto inquieto, sintió entre sus arenas un liviano caminar, al retroceder la mirada se percató de que era una mujer de tez blanca, cabello largo y rubio, ojos azules y delgada muuuuuy delgada, tenía una silueta perfecta, tan perfecta que al verla, se enamoró perdidamente.

Alejandra era su nombre, a partir de ese momento el sintió que comenzaron a vivir un gran amor; todas las tardes ella platicaba con su amado, y al mismo tiempo el la acariciaba tiernamente entre sus aguas, ella a su vez lo tocaba con aquellas tiernas manos blancas como la espuma, sola, sentada en la orilla de su barca, bajo los abrazadores rayos del Sol, Alejandra decidía entrar en sus aguas, al refrescarse le decía: - Solo tu me entiendes, solo tu me comprendes, gracias por estar conmigo. El mar entonces alzaba sus olas en señal de júbilo y ella se divertía.

Conforme pasaba el tiempo, la mujer volvía en su barca, algunas veces a pescar y otras más a contemplar la belleza e inmensidad insuperable del mar, para cortejarla al mar se le ocurrió darle compañía y le mostro un gran espectáculo de delfines, eran de diferentes tamaños, cruzaban sobre su barca de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, ella no podía creer lo que veía! , su felicidad era inmensa, y agradecía aun más al mar por esa gran alegría que sentía.

Pero al paso del tiempo sucedió lo inesperado, ahora el mar no sentía un caminar ligero, sino uno más fuerte y más pesado, cuando volvió la vista, observo a su gran amor tomada de las manos de aquel hombre, entonces el mar sintió : rencor, odio, rabia, celos, no podía describirse todo el dolor que paso, pues aquel pescador seria el motivo de su separación.

El mar entonces fue quedándose cada vez más triste por ese cruel destino, a pesar de su inmensidad se sentía muy solo y lloró amargamente.

Conforme pasaban los días empezaron a haber cambios en él, sus

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