Alfred Adler
Enviado por Vero25 • 12 de Agosto de 2013 • Informe • 621 Palabras (3 Páginas) • 314 Visitas
En esta unidad también se estudia la teoría de Alfred Adler sobre la psicología individual quien postula una única “pulsión” o fuerza motivacional detrás de todos nuestros comportamientos y experiencias. Con el tiempo, su teoría se fue transformando en una más madura, pasando a llamarse a este instinto, afán de perfeccionismo. Constituye ese deseo de desarrollar al máximo nuestros potenciales con el fin de llegar cada vez más a nuestro ideal. Es, tal y como ustedes podrán observar, muy similar a la idea más popular de actualización del self.
Para él la perfección y los ideales son, por definición, cosas que nunca alcanzaremos. De hecho, muchas personas viven triste y dolorosamente tratando de ser perfectas.
El afán de perfección no fue la primera frase que utilizó Adler para designar a esta fuerza motivacional. Recordemos que su frase original fue la pulsión agresiva, la cual surge cuando se frustran otras pulsiones como la necesidad de comer, de satisfacer nuestras necesidades sexuales, de hacer cosas o de ser amados. Sería más apropiado el nombre de pulsión asertiva, dado que consideramos la agresión como física y negativa. Pero fue precisamente esta idea de la pulsión agresiva la que motivó los primeros roces con Freud. Era evidente que éste último tenía miedo de que su pulsión sexual fuese relegada a un segundo plano dentro de la teoría psicoanalítica. A pesar de las reticencias de Freud, él mismo habló de algo muy parecido mucho más tarde en su vida: la pulsión de muerte.
Otra palabra que Adler utilizó para referirse a esta motivación básica fue la de compensación o afán de superación. Dado que todos tenemos problemas, inferioridades de una u otra forma, conflictos, etc.; sobre todo en sus primeros escritos, Adler creía que podemos lograr nuestras personalidades en tanto podamos (o no) compensar o superar estos problemas. Esta idea se mantiene inmutable a lo largo de su teoría, pero tiende a ser rechazada como etiqueta, por la sencilla razón de que parece que lo que hace que seamos personas son nuestros problemas.
También estudiamos el arte del diagnóstico y de la percepción que se define: esta en reconocer síntomas o señales cuando para otras personas no son evidentes.
La primera impresión se inicia cuando aún no se ha hecho el primer contacto con la persona, ni se ha intercambiado la primera palabra: Por la forma en que habla de ella, las otras personas, cómo se anuncia, cómo escribe, cómo camina, etc. Se forman la primera impresión
Todas las personas, a cada momento, en cada circunstancia, estamos haciendo diagnóstico, es decir, haciendo una evaluación interna de todas y cada una de las situaciones ante las cuales nos encontramos. El diagnóstico basado en la primera impresión es infalible, aunque no por eso “correcto”. Es decir, que al igual que una computadora procesa inequívocamente los datos que se le incorporan,
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