Alfredo era un adolescente de 16 años, era un tanto inseguro e indeciso

Alfredo era un adolescente de 16 años, era un tanto inseguro e indeciso. Ingresó a la preparatoria gracias a que sus padres lo obligaron.  En el transcurso de sus estudios en dicha institución, conoció a  Elena y más pronto de lo que pensó se volvieron novios. Fueron creciendo, y con el tiempo cada uno se especializo en una carrera diferente, ambos  maduraron, cada uno a su modo.  A los 20 años, Elena quedó embarazada... Alfredo, estaba asustado y la noticia le había hecho cambiar por completo su plan de vida; pues se casaron lo más pronto posible.

Constantemente entraba en conflicto, de si podría con el compromiso que implicaba tener un bebé; “todo saldrá bien” se decía continuamente.

Finalmente, llegó el tan esperado día, Elena y Alfredo estaban hechos un manojo de nervios; bueno, en realidad era Alfredo quien estaba a punto de desmayarse, mientras que Elena quería que el bebé viniera al mundo de una vez por todas, pues ya no soportaba el dolor y las contracciones que tenía.  Alejandro, fue el nombre que le dieron a su hijo.

Alfredo y Elena  vivían sumamente felices, contra todos los problemas que habían tenido, ambos terminaron sus carreras, Alfredo consiguió un buen empleo en poco tiempo, por lo que no les iba tan mal para cubrir sus gastos.

Después de un año de matrimonio nació su hija Amelia.

Luego de un tiempo, los problemas iban en aumento,  a veces Alfredo simplemente se hartaba del carácter tan difícil de Elena. Las cosas eran cada vez más duras y ninguno de los 2 encontraba una salida a tanto conflicto. Sin importar todas las diferencias que la pareja tenía entre ellos, a los niños nunca les hizo falta nada, sus padres siempre los atendían, en especial Alfredo, quien era un papá amoroso y jamás defraudaba a sus hijos a los que consentía y amaba con toda su alma, para él, sus hijos eran lo único que valía la pena en su vida.  

Cierto día en la mañana luego de que Alfredo sostuvo una gran discusión con Elena, se fue al trabajo verdaderamente enfadado, pero entonces al llegar a la oficina vio por primera vez  a la suplente de su asistente, llamada Bertha Esquivel se sorprendió al verla, él volvió a sentir eso como “mariposas en el estómago” algo que ya no le provocaba tan seguido su esposa. Pasando otro año, Alfredo y Bertha lograron tener una comunicación tan fuerte que Alfredo llegó al punto de tener amoríos con Bertha quien ya sabía que él era casado lo mantenían muy en secreto pues parecía que se querían tanto uno al otro sin embargo, un “imprevisto” entre ellos sucedió: Bertha quedó embarazada.

Alfredo y Bertha decidieron seguir manteniendo su relación y por colmo a su hijo a escondidas puesto que Alfredo no quiere decepcionar a sus hijos con Elena, no les fue tan fácil pero día a día Alfredo trabajaba mucho más para poder mantener a sus hijos, a lo que a Elena se le hacía muy raro porque veía a Alfredo más agotado de lo normal, Elena en veces le cuestionaba porqué tanto esfuerzo en el trabajo si ellos ya no les hacía falta nada a lo que Alfredo sin lógica y excusa alguna respondía “Porque quiero y me gusta” dada esa respuesta, Elena y Alfredo comenzaban a discutir como normalmente lo hacen.

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