Alternancia Del Proyecto Educativo En Chihuahua
Enviado por chulepuma • 6 de Septiembre de 2011 • 4.369 Palabras (18 Páginas) • 1.275 Visitas
Alternancia, descentralización y proyecto
Educativo en Chihuahua
El trabajo forma parte de una investigación más amplia sobre los fenómenos de alternancia a nivel estatal. Se hace un análisis de los procesos sociales previos a un proyecto educativo: por una parte, la crisis del Estado de bienestar que abrió la posibilidad a la descentralización y, por la otra, la crisis del régimen de partido de Estado que permitió la alternancia política. Estos amplios procesos son referencias necesarias, pero no suficientes, para la emergencia de un nuevo proyecto educativo.
En la segunda parte del trabajo se entra a las condiciones necesarias, es decir, la relación política entre el gobierno panista y el sindicato de maestros, del cual se hace un seguimiento en las distintas fases de un conflicto que fue como el prólogo al proyecto educativo que se encuentra en elaboración.
1. Estado de bienestar y régimen de partido de Estado
En algún lugar y en algún momento histórico se juntan la crisis del Estado de bienestar y las crisis del régimen de partido de Estado, como los dos procesos macro sociales que hoy nos sirven de base para entender lo que pasa con experiencias educativas como la de Chihuahua.
Pero no se puede pasar de estos grandes procesos al concreto; necesitamos de dos mediaciones, que sirven de puente para acercarse al caso. Estas son: la alternancia política y la descentralización administrativa, desde las cuales quiero mirar esta experiencia.
Cada crisis generó su proceso. Sin la crisis del Estado benefactor difícilmente estaríamos hablando de proceso de descentralización, porque ése fue su origen; y sin la crisis de un sistema político de partido de Estado en México, sería casi imposible pensar en una alternancia de poder a nivel de un estado. Son estas dos crisis y estos dos procesos los que generan un campo de fuerzas nuevo, una serie de posibilidades para el desarrollo político y educativo de esta región.
Más que adentrarme en la lógica sustantiva de lo que puede implicar un análisis propiamente educativo, para lo cual hay aquí colegas más expertos, quiero adentrarme en el análisis político de lo que implica la convergencia de los dos procesos: alternancia y descentralización, como condiciones necesarias, pero no suficientes, para la construcción de un proyecto educativo.
Sin la descentralización sería prácticamente imposible que los actores regionales del proceso educativo (alumnos, padres, maestros, autoridades y la sociedad en general) pudieran enfrentar, diseñar o perfilar un proyecto con objetivos propios. Ahora existe esta descentralización, pero se puede quedar exclusivamente en la parte administrativa, al más puro estilo de la lógica neoliberal, y no impactar la parte sustantiva del proyecto educativo mismo: agentes, dinámicas, contenidos y recursos.
Por otra parte, la alternancia política puede ser un factor que lleve, facilite y sirva de escenario para transformar un proceso educativo. La alternancia puede ser a veces necesaria, pero no es una condición suficiente; puede haber otras regiones del país en las que no exista un partido distinto al PRI en el poder y, sin embargo, se puedan generar nuevos proyectos educativos, innovadores. En vez de la alternancia podemos tener otros factores políticos que puedan promover este cambio de proyecto educativo; por ejemplo, la democratización del sindicato de una determinada sección del SNTE, o la intervención de ciertos agentes o procesos como elementos desencadenantes de nuevas experiencias educativas.
En este caso —en Chihuahua—, lo que tenemos son las dos condiciones: descentralización y alternancia. Veamos brevemente cómo han operado.
2. La alternancia
Los grandes procesos, descentralización y alternancia, no llevan por si solos a un cambio. Apuntemos muy brevemente algunos rasgos de los efectos de la alternancia.
Después de hablar mucho de transición política y de ponerle el adjetivo de democrática, un presupuesto inicial de esta exposición es que las experiencias de transición son las que tienen que ver con la alternancia en el poder de otro partido diferente al PRI, lo cual se ha venido dando de forma irregular, en un gradualismo lleno de sobresaltos. Desde finales de los años setenta comienza la alternancia en algunos municipios, como el principio de un cambio político, pero es hasta la década de los ochenta cuando se puede hablar en realidad de una competencia electoral más cerrada.
Los hechos que tenemos para analizar los procesos de cambio político, de transición, pueden ser de diversa índole: reformas políticas, reformas electorales, niveles de participación ciudadana, registro de nuevos partidos, mayor acceso político a los medios masivos, mecanismos de solución de conflictos políticos, engrosamiento de la opinión pública, contrapesos de poder, acrecentamiento de
la crítica al poder y al gobierno central, movimientos sociales más fuertes y organizados, reformas urbanas, reformas educativas, etc. Ese mundo cívico y ciudadano que la sociedad ha construido en los últimos 25 años, y que ha logrado ocupar importantes espacios en la lógica de una transición.
En este marco es donde se pueden ubicar y entender los procesos de descentralización.
Es a partir de esa alternancia cuando empieza propiamente una recomposición del régimen de partido de Estado, en un doble sentido: una reforma del Estado a nivel de las instituciones y una reforma del régimen, es decir, la relación entre instituciones del Estado y la sociedad civil. Ése es el presupuesto.
Una hipótesis puede ser la siguiente: en Chihuahua se lleva a cabo un proceso de transición democrática cuya expresión más directa y visible ha sido una importante recomposición de la estructura de poder regional que ha tenido diversos componentes, que a continuación se detallan como hipótesis particulares, pues cada una de ellas afecta e impacta lo que pasa con el proceso educativo y con los actores:
a) Una descorporativización de las relaciones de poder que producen una recuperación ciudadana del espacio público; un Poder Ejecutivo con contrapesos sociales, que recupera la función gubernamental y la ejerce por fuera de la dinámica del partido que lo llevó al poder; y al mismo tiempo, se construye un gobierno, un actor político central, con importantes contrapesos que rompen una vieja verticalidad en la que se desarrollaba el Poder Ejecutivo; ése es el nuevo marco de las relaciones entre el gobierno y el SNTE.
b) Una nueva institucionalización de las relaciones políticas que se genera por el rompimiento del régimen gobierno-partido, el cual tiene sus principales manifestaciones en la relación entre el gobierno y los municipios, entre el Poder Ejecutivo y el
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