Análisis literario de "El viejo y el mar"
Enviado por Sure Oner ECK • 20 de Noviembre de 2015 • Síntesis • 1.522 Palabras (7 Páginas) • 1.168 Visitas
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El viejo y el mar
Santiago es un pescador muy muy viejo de Gulf Stream, llevaba ochenta y cuatro días que no pescaba nada. Le ayudaba un compañero que era joven llamado Manolín, quería siempre pescar con él y aprender cosas del viejo, pero sus padres no lo dejaban, le decían que era un viejo con mala suerte, tuvo que dejar a otros pescadores con más fortuna en sus pescas pero él seguía acompañándolo, le tenía un gran aprecio. El joven era muy bueno con el viejo, siempre lo ayudaba y lo cuidaba.
Había días que el viejo solo salía, a mirar la costa, a echar un ojo a los demás pescadores, se preguntaba porque tendrán más fortuna que yo, siempre navegaba con gran cantidad de carnada, pero para su mala suerte nunca pescaba nada, el joven fue a la casa del viejo, se había preocupado por él, cuando llego a su casa lo encontrado dormido en una silla, lo abrigo y espero ahí mismo, después de un buen rato, el muchacho despierta al viejo, el sonrió al despertar, y le pregunta al muchacho –¿Que traes?, -Comida dijo el muchacho le invito a comer, -No tengo mucha hambre, Vamos, tenemos que comer, un pescador como usted no puede pescar sin antes haber comido, hay muchos pescadores muy bueno y otros pescadores con grandes pescas, pero como usted ninguno –dijo él muchacho. Gracias, me haces muy feliz muchacho, espero y no se nos presente un pez tan grande que nos haga quedar mal, pero conozco muchos trucos y tengo voluntad –dijo el viejo.
Admiraba mucho las Tortugas verdes, por su elegancia, velocidad y su gran valor, las tortugas llamadas Caguamas, a él le daba lastima la gente que no le tiene piedad a las tortugas, aunque ya muertas, su corazón sigue latiendo por varias horas; pero él pensó; también yo tengo un gran corazón, brazos y piernas como los suyos, así que se comía los huevos blancos de las tortugas para así darse más fuerza. Se los comía durante un tiempo para según el darse fuerza y fe, para después salir a buscar peces ordinalmente grandes. No solo eso siempre diariamente tomaba aceite de hígado de tiburón, todos los pescadores lo hacían, y detestan mucho su sabor, pero ayudaba mucho en las horas que se tenían que levantar, era muy bueno contra todas las gripes y catarros, igual ayudaba mucho a la vista, que serviría para una mejor visión en la hora de navegar y así lograr pescar algo bueno. Su vida dependía de los peces que lograra llevar al puerto, él no se rendirá en sus intentos de conseguirlo, pues ya llevaba 84 días de malas sin haberlo conseguido. De ahí la importancia y la urgencia del viejo poder lograr capturar un pez.
Y ese día “el día 84” el viejo se fue solo al mar con la esperanza de pescar algo, así romper la mala racha en la pesca. Durante varias horas de navegar en el mar, se pierde de vista la costa, y de repente el viejo se sorprende porque un pez pico el anzuelo. Se trataba de un pez muy grande, el viejo trataba de sacarlo, pero este con su fuerza y grandeza, hacían voltear el bote, si no también hasta podía perder la vida durante la batalla, pero al viejo no le importaba nada de eso si no lograr sacar y capturar al pez en el intento. Esta batalla duro mucho tiempo, hasta que el viejo pudo capturarlo, pero su suerte habría terminado, después de haberlo capturado, y amarrarlo a un costado de la barca “La grandeza del pez era como si amarra un bote más grande que el costado de su propia barca”. Su objetivo era llevar su captura a tierra firme, sin eso todo sería inútil para él. Navego por el mar un buen rato, para su desilusión apareció un tiburón, tratando de comerse su pez. El viejo le daba golpes con un arpón, muy graves en la cabeza del tiburón hasta lograr abatirlo, pero la sangre que salía del pez, a traía a más tiburones, por la sangre que derramo el pez, los tiburones lo seguían y era un gran problema para el viejo ya que se querían comer su prueba de gloria y triunfo, el gran pez sufría de las heridas que le dejaban los tiburones, el viejo ya estaba cansado de la lucha contra todos los tiburones que se encontraba a camino de regreso a la costa. Por la noche los tiburones seguían tratando comerse al pez ya herido, hasta que acabaron con él.
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