Analisis De La Declaracion De Los Derechos Humanos

REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION

UNIVERSIDAD LATINOAMERICANA Y DEL CARIBE

(ULAC)

COORDINACION COJEDES.

ANÁLISIS DE LA DECLARACIÓN

DE LOS DERECHOS HUMANOS

PARTICIPANTES:

ANA CHIRIVELLA

CARMEN VELÁSQUEZ

NANCY DÍAZ

San Carlos, marzo 2010

La declaración de los derechos humanos, señala que todos los seres humanos tienen los mismos derechos, “nacen libres e iguales en dignidad”; (Art. 01) que “todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de la persona; (Art. 03); que “nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o denigrantes”; (Art. 05) que “todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica”; (Art. 06) que “todos son iguales ante la Ley”; (Art. 07) y que “nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado” (Art. 09).

Cabe señalar que, Los Derechos Humanos son universales y pertenecen a todos los seres humanos, incluyendo a personas con discapacidad, tanto física, psíquica o sensorial; pues a estas personas les corresponde gozar de sus derechos humanos y libertades fundamentales en términos iguales con otros en la sociedad, sin que sean segregados por nadie.

Tienen derecho a la no distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en su condición de discapacidad, basada en el efecto de deteriorar el disfrute de los derechos humanos y libertades fundamentales. Además tienen derecho a una completa igualdad y protección ante la ley; tienen derecho a un alta estándar de salud para un tratamiento médico, psicológico y funcional, de igual manera a una rehabilitación médica y social y otros servicios necesarios para el máximo desarrollo de las capacidades, habilidades y autoconfianza; además también tienen el derecho a trabajar, de acuerdo con sus capacidades, a recibir salarios iguales a todos y que contribuyan a una condición de vida adecuado; y sobre todo tiene el derecho a ser tratado con dignidad y respeto.

La declaración de los derechos humanos como se menciono en el primer párrafo señala entre otras cosa sobre la firme convicción, de que todos nacemos iguales, pero es necesario creer que en ella se habla de la igualdad que nace de la unión de todos y cada uno con respecto a los demás; de la que se multiplica en el cumplimiento conjunto de los deberes comunes. Esa es la que debería predominar en las relaciones sociales que nos rigen hoy en día. Es decir, que esta se refiere a una igualdad activa, surgida del seno de la acción conjunta, del compromiso colectivo, de manos y espíritus unidos labrando, construyendo, creando y pensando juntos, y además dentro de la que cada uno es tal cual es y aporta a los demás en la medida de sus capacidades.

Se trata de una igualdad concebida como condición para el desarrollo de la individualidad, porque con su accionar potencia la realización del individuo. Le abre espacios para que en ellos exprese su capacidad de dar y por ende de amar. Se trata de una igualdad que se nutre y enriquece de las infinitas diferencias que la conforman, y que entiende las diferencias de las personas con discapacidad como aportes y no como fuentes de antagonismo ni de segregación. Una igualdad basada en la premisa de que cada uno, al ser un individuo diferente, entrega a su vez aportes diferentes, y es a partir de esa realidad que como humanidad crecemos.

Esta igualdad se basa, además, en el reconocimiento de que, por encima de aquellos elementos en los que somos diferentes, existe un muchísimo mayor conjunto

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