Andrés de Aragón y Peralta
Enviado por catizitad • 19 de Septiembre de 2013 • 2.281 Palabras (10 Páginas) • 408 Visitas
Capítulo I.- Se inicia con la presencia del viejo don Andrés de Aragón y Peralta, quien anuncia su suicidio desde la torre de la Iglesia del pueblo de San Pedro de Lahuaymarca. Califica de ladrones a sus hijos, don Fermín y don Bruno, por apoderarse de sus tierras. Regresa a su casa y cumple su amenaza: se envenena y muere. Don Fermín y don Bruno se odian mutuamente; el primero tiene una mina llamada Aparcora, y el segundo es dueño de la hacienda «La Providencia», que hace trabajar a indios siervos. Aparece también en escena Rendón Wilka, un indio comunero que ha vivido en Lima donde asimiló ideas nuevas.
Capítulo II.- Don Fermín quiere explotar su mina y solicita a su hermano don Bruno que le conceda sus indios. Don Bruno acepta y llama al primer capataz, don Nemesio Carhuamayo, para que reúna a todos los indios. Demetrio Rendón Wilka empieza a trabajar como capataz de la mina de don Fermín, de quien se hace hombre de confianza. Se relata la vida de Demetrio, quien siendo un indio comunero de Lahuaymarca pasó a Lima, donde trabajó en diversos oficios, vivió en barriadas y aprendió a leer y escribir; intelectualmente asimiló las ideologías revolucionarias, aunque sin renunciar a su identidad andina.
Capítulo III.- Hernán Cabrejos es el ingeniero jefe de la mina de Apar’cora, pero actúa como agente encubierto del consorcio internacional Wisther-Bozart para boicotear las labores y obligar así a que don Fermín venda la mina a dicho consorcio. Cabrejos habla secretamente con Demetrio confiándole sus planes y pidiéndole que se sume a él, pero Rendón no acepta. Cabrejos es llevado por su chofer Gregorio al pueblo para que visite a la joven Asunta de La Torre a quien la describe como una aventurera, pero Cabrejos descubre que Asunta es virtuosa y se da cuenta que Gregorio está enamorado de ella. Cabrejos promete a Gregorio ayudarlo a conquistar a la joven, pero a cambio le pide sumarse a sus planes para boicotear las labores de la mina. Gregorio acepta.
Capítulo IV.- Los 500 indios de don Bruno empiezan a laborar en la mina de don Fermín, con el propósito de llegar a la veta principal. Don Bruno visita a su hermano don Fermín y a su cuñada Matilde; conversa también con Demetrio, a quien pide que cuide a sus indios. Mientras tanto, Gregorio, en conveniencia con Cabrejos, ingresa al fondo de la mina, desde donde hace ruidos simulando al Amaru o serpiente de la mitología andina; lo hace para ahuyentar a los trabajadores indios y de esa manera hacer fracasar las labores. Pero solo unos pocos se asustan; para desgracia de Gregorio, justo en ese momento explota una carga de dinamita dentro de la mina y muere despedazado. Sus restos son sepultados, mientras Demetrio sospecha del ingeniero Cabrejos como promotor de esa muerte.
Capítulo V.- Los vecinos del pueblo de San Pedro se reúnen en cabildo presididos por el alcalde; en esa reunión la señora Adelaida pide a los propietarios que no vendan más tierras a don Fermín, que las necesitaba para la explotación de su mina. Una de las participantes del cabildo, la joven Asunta de La Torre recibe un papelito donde alguien secretamente le informa que el ingeniero Cabrejos es responsable de la muerte del músico Gregorio. Mientras tanto, luego del entierro de Gregorio, Cabrejos acompaña a don Fermín y doña Matilde hasta la casa patronal; allí don Fermín interroga a Cabrejos y le pide que confiese que envió a Gregorio a la mina para simular al Amaru; le pregunta también bajo qué intereses actuaba. Cabrejos se muestra burlón y evasivo, y entonces don Fermín llama a Demetrio, quien informa todo lo que sabe. Cabrejos admite finalmente estar al servicio de un consorcio internacional,la Whistert-Bozart, y le informa a don Fermín que dicho consorcio compraría el 80 % de la mina dejándolo solo el resto; que ya todo estaba planificado, pues don Fermín no llegaría a reunir jamás el dinero necesario para explotar la mina industrialmente. Don Fermín no acepta su situación y cree poder reunir el dinero necesario. Por intermedio de Demetrio, don Bruno se entera de todo lo sucedido en la mina.
Capítulo VI.- Don Bruno recibe la visita de tres hacendados: don Adalberto Cisneros, de origen indio; don Aquiles Monteagudo y Ganosa, blanco pero de familia empobrecida; y don Lucas, abusivo propietario que tenía a sus indios hambrientos y famélicos. Estos patrones reclaman a Bruno el haber comerciado con los colonos indios de sus haciendas. Don Bruno les responde diciéndoles que cada señor es libre de hacer lo que quiera y que no haría nada para variar la situación. Los visitantes se sienten ofendidos ante tal respuesta y amenazan desatar una guerra de hacendados; entonces don Bruno los expulsa de su hacienda. Dichos hacendados estaban al tanto de la situación de los hermanos Aragón y confían en que
don Bruno sucumba absorbido por la voracidad del consorcio que explotaría la mina. En otra escena aparece la Vicenta, una mestiza amante de don Bruno que espera un hijo suyo; pero otra amante del
patrón, Felisa, llena de celos ataca a Vicenta con un cuchillo, ante lo cual don Bruno la dispara, matándola. A partir de entonces don Bruno cambiará, dejando de lado su vida disipada y procurando ayudar a los indios.
Capítulo VII.- Fallece la madre de los hermanos Aragón y ningún vecino de San Pedro asiste a los funerales; solo lo hace la señorita Asunta de La Torre. Los indios, encabezados por Demetrio, entierran a la señora. Un antiguo empleado de los Aragón, el indio Anto, ocupa un terreno que le cediera el viejo don Andrés; don Fermín le ofrece cambiarlo por otro terreno, a lo que se opone tenazmente Anto, a pesar de ser amenazado con una pistola; finalmente don Fermín, maliciosamente, felicita a Anto por su valentía y le regala dos vacas. El mismo Fermín le regala a Asunta un brillante; todo lo hace para ganarse aliados en su lucha contra el consorcio. En el trayecto de vuelta a su casa, don Fermín le expone a Matilde la situación en la mina y dice saber quienes son sus amigos y enemigos.
Capítulo VIII.- El ingeniero Cabrejos es despedido de la mina, pero promete volver con el consorcio. Don Fermín se entera que el cholo Cisneros ha adquirido la hacienda de don Aquiles y le propone hacerlo socio de la mina con un 40 % de acciones a cambio de un aporte de diez millones de soles, pero Cisneros se niega a participar de ese negocio. Mientras tanto don Bruno visita a los comuneros de Paraybamba, que se hallaban empobrecidos por culpa de la ambición desmedida del hacendado Cisneros; don Bruno les ayuda a elegir sus autoridades y es testigo de la humillación pública que recibe dicho hacendado, que es azotado y paseado desnudo, y su mula volada con dinamita. Cisneros se va, amenazando volver para vengarse. Don Bruno
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