Análisis Critico. La doctrina de Dios

Analisis

1. Introducción

El objetivo del presente trabajo es analizar la importancia del libro “Las 28 creencias de los Adventistas del Séptimo Día”, el propósito del libro es apoyar las 6  doctrinas de los adventistas sirviendo como aporte seleccionado de la biblia referente a 28 temas determinados, como refuerzo para el crecimiento en cristo y el entendimiento de la biblia.

Este trabajo estará dividido en 6 partes (Doctrinas) analizando cada una mediante su contenido para ir ordenadamente de inicio a fin así mismo al final se tratara de llegar a una conclusión personal.

1. Desarrollo

1. La doctrina de Dios

Empezando por “la palabra de Dios” la cual el libro indica que fue inspirada por Dios e impulsada por el Espíritu Santo comunicando el conocimiento necesario sobre todo los temas necesarios para poder alcanzar la salvación (2 Ped. 1:20,21; 2 Tim. 3:16,17; Sal.119:105; Prov.30:5,6; Is.8:20; Jn.17:17; 1 Tes.2:13; Heb.4:12.). Prosiguiendo con “la Deidad” donde nos da a conocer que Dios está compuesto por: Padre, Hijo y Espíritu Santo, que es inmortal, todopoderoso, omnisapiente, superior a todos y omnipresente por tanto es digno de reverencia, adoración y servicio por parte de todo lo que ha creado (Deut.6:4; Mat.28:19; 2 Cor. 13:14; Ef.4:4-6; 1 Ped.1:2; 1 Tim.1:17; Apoc.14:7). Continuando con el análisis de cada uno de los que componen a Dios empezando por “Dios Padre” como es el Creador, Originador, Sustentador y Soberano de toda la creación. Es justo y santo, misericordioso y clemente, tardo en airarse y abundante en amor y fidelidad luego “Dios Hijo” el cual se encarnó en Jesucristo. Por medios de él se crearon todas las cosas revelando el carácter de Dios llevando a cabo la salvación de la humanidad y como se juzgaría al mundo finalizando con “Dios el Espíritu Santo” el Espíritu Eterno que desempeñó una parte activa con el Padre y el Hijo en la creación, enviado por el Padre y el Hijo para estar siempre con sus hijos, concede dones espirituales a la iglesia, la capacita para dar testimonio a favor de Cristo y, en armonía con la Escrituras. Por tanto en esta doctrina se habla sobre “el Dios” y la manera de actuar de cada uno de los que lo componen en el cual creen los adventistas.

1. La doctrina del Hombre

En la cual el tema principal es el hombre tanto en “La Creación” y “La naturaleza Humana” Relatando como el Señor hizo en seis días “los cielos y la tierra” y todo ser viviente que la habitan mencionado el día de reposó en el séptimo día de esa primera semana. De ese modo estableció el sábado como un monumento perpetuo conmemorativo de la terminación de su obra creadora. Haciendo al primer hombre y a la primera mujer a su imagen como corona de la creación, los cuales posteriormente fueron expulsados del paraíso denominado “La caída del hombre”. Asimismo como “Dios Hijo”  reconcilia al mundo consigo mismo y por medio de su “Espíritu Santo” restaura en los mortales penitentes la imagen de su Hacedor (Gen.1:26-28; 2:7; Sal.8:4-8; Hech.17:24-28; Gen.3; Sal.51:5; Rom.5:12-17; 2 Cor.5:19,20; Sal.51:10; 1 Jn.4:7, 8, 11, 20; Gen.2:15).

1. La doctrina de Salvación

Inicia con “El gran conflicto”  indicando toda la humanidad está ahora envuelta en un gran conflicto entre Cristo y Satanás en cuanto al carácter de Dios, su ley y su soberanía sobre el universo desde su inicio en el cielo prosiguiendo con “los mundos” y como se desarrolla ahora mencionándonos como el pueblo al cual Cristo envía al Espíritu Santo y los ángeles leales para guiarlo, protegerlo y sostenerlo en el camino de la salvación (Apoc.12:4-9; Is.14:12-14; Ez.28:12-18; Gen.3; Rom.1:19-32; 5:12-21; 8:19-22; Gen.6:8; 2 Ped.3:6; 1 Cor.4:9; Heb.1:14). “La muerte y Resurrección en Cristo” o también el camino hacia a la salvación donde la vida en Cristo así como la perfecta obediencia a la voluntad de Dios el cual proveyó como único medio para expiar el pecado humano continuando con “La experiencia de Salvación” de como Dios en su gran  amor y misericordia infinitos hizo que Cristo que no conoció pecado fuera hecho pecado por nosotros, para que nosotros pudiésemos ser hechos justicia de Dios para así ejercer una fe en Jesús como Señor y Cristo como sustituto y ejemplo. (2 Cor.5:17-21; Jn.3:16; Gal.1:4;4:4-7; Tit.3:3-7; Jn.16:8; Gal.3:13,14; 1 Ped.2:21,22; Rom.10:17; Luc.17:5; Mr.9:23,24; Ef.2:5-10; Rom.3:21-26; Col.1:13,14; Rom.8:14-17; Gal.3:26; Jn.3:3-8; 1 Ped.1:23; Rom.12:2; Heb.8:7-12; Ez.36:25-27; 2 Ped.1:3.4; Rom.8:1-4;5:6-10).

1. La doctrina de la Iglesia

Continuando con “Crecer en cristo” donde habla de cómo Jesus triunfa sobres las fuerzas del mal por su muerte en la cruz subyugando los espíritus demoníacos durante su ministerio terrenal quebrantando su poder y asegurando su destrucción definitiva. (Sal. 1:1,2; 23:4; 77:11,12; Col. 1:13,14; 2:6,14,15; Luc. 10:17-20; Efe. 5:19,20; 6:12-18; 1 Tes. 5:23; 2 Ped. 2:9; 3:18; 2 Cor. 3:17,18; Fil. 3:7-14; 1 Tes. 5:16-18; Mat. 20:25-28; Juan 20:21; Gál. 5:22-25; Rom. 8:38,39; 1 Juan 4:4; Heb. 10:25). “La Iglesia” como una comunidad de creyentes que confiesan que Jesucristo es Señor y Salvador y continuadores del pueblo de Dios de Antiguo Testamento se invitándonos a recibir instrucción en la palabra  para la celebración de la “Cena del Señor “como un tipo de comunión con Dios, para servir a toda la humanidad y para proclamar el evangelio en todo el mundo. La iglesia recibe su autoridad de Cristo, que es la Palabra encarnada y de las Escrituras que son la palabra escrita mencionando un “Remanente” (Iglesia verdadera) la cual cumple con todo lo indicado en la biblia mediante un constante estudio, para pertenecer a esta iglesia se trata el tema del “Bautizo” como una parte esencial de comunión y aceptación de Dios. Finalizando con “Los Dones y Ministerios Espirituales” donde nos indica que Dios concede a todos los miembros de su iglesia, en todas las épocas, dones espirituales para que cada miembro los emplee en amante ministerio por el bien común de la iglesia y de la humanidad. Destacando entre ellos “El Don de Profecía” como una señal identificadora de la iglesia remanente y se manifestó en el ministerio de Elena G. de White. (Rom. 12:4-8; 1 Cor. 12:9-11,27,28; Ef. 4:8,11-16; Hech. 6:1-7; 1 Tim. 3:1-13; 1 Ped. 4:10,11; Joel 2:28,29; Hech. 2:14-21; Heb. 1:1-3; Apoc. 12:17; 19:10).

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