Análisis de las cinco fuerzas y la creación de valor.

Análisis de las cinco fuerzas y la creación de valor

Sandra Sánchez Saldaña

Según Porter (2009), existen 5 fuerzas que determinan la rentabilidad de un sector industrial: La intensidad de la rivalidad en la industria, la amenaza de nuevos entrantes, la amenaza de productos y servicios sustitutos, el poder de negociación delos compradores y el poder de negociación de los proveedores. Estos compiten entre sí para apropiarse de la mayor porción posible de los beneficios generados en el sector. Por medio del conocimiento de estas fuerzas y su intensidad en la industria, se pueden generar estrategias que permitan competir de una mejor manera y poder establecer claramente las oportunidades y amenazas que se le presentan a la empresa.

Rodriguez, C. (2016) se preguntó ¿Entonces, qué es lo más importante en una empresa? Porter aclara que siete de cada diez directivos responderían que es dar valor al accionista. Y da su opinión determinante al respecto: “Es absurdo vivir pendiente de la cotización bursátil, porque nunca refleja la realidad”. Recientemente, en sus intervenciones, Porter está manejando cuatro principios para el diseño de una estrategia efectiva: (a) Una propuesta de valor única, (b) Tener una cadena de valor a la medida; Son esas diferencias las que nos permiten hacer algo bueno, (c) Tener alternativas claras para decidir lo que no hay que hacer y (d) Continuidad; Se puede ser brillante, pero si se está cambiando cada año, no sirve. Las propuestas deben durar al menos cinco años.

Porter (2009) mencionó que pensar de forma global en la estructura de un sector puede destapar una serie de oportunidades; las diferencias en los clientes, los proveedores, los sustitutos, los aspirantes y los rivales que pueden convertirse en la base de distintas estrategias que conduzcan a una mejora en el rendimiento. Las cinco fuerzas competitivas revelan si una industria es realmente atractiva y ayudan a los inversores a anticipar cambios positivos o negativos en la estructura industrial antes de que sean demasiado graves, por ello el inversionista y el ejecutivo deben centrarse en lo estructural y no en lo transitorio para la creación de valor.

Sin embargo, Aktouf (2008) indicó que le parece que Porter utiliza las reglas de la indiferencia a partir de observaciones empíricas demasiado limitadas y cuya validez de generalización es nula y de ningún modo probada. Por ello, hace mención a los siguientes puntos que carecen de faltas científicas y epistemológicas.

1. Un exagerado positivismo por la aplicación de cánones del método científico duro, propio de las ciencias naturales y de lo inerte (biología, física) a un objeto no inerte, que compete a las decisiones e interacciones humanas y que se desprende natural y “ontológicamente” de todo lo que se encuentra implicado en el estudio de las organizaciones, de los actos de management, de planificación, incluso los de estrategia.
2. Una también exagerada objetivización-reconstrucción de las organizaciones y de los “grupos” dirigentes organizacionales, tratándolos a la vez como sujetos activos y como objetos del mismo estudio de los mecanismos de definiciones, de planificaciones, de selecciones y de estrategias.
3. Una proyección sistemática del modelo de Harvard (construido por la interacción tradicional de esta universidad con las grandes consultoras de la región de Boston) en su pretendida teorización de los mecanismos de la estrategia de las ventajas comparativas.
4. Una fusión entre la problemática de su propia construcción teórica y el objeto mismo de esta teoría, a saber, plantear a priori a las empresas como lugares de ventajas comparativas para luego buscar sus ventajas competitivas, • una simbiosis entre la arquitectura de su teoría y los servicios que pueden ofrecer las consultoras con las cuales él y Harvard han estado parcialmente comprometidos.

Se podría continuar con una lista de reproches que el autor Aktouf  menciona en su artículo, pero finalmente indicó, al convertir al planeta en un gran campo de batalla para la competitividad infinita, bajo el sólo apremio de la maximización de los beneficios y los dividendos, Porter nos conduce tan simplemente a hacer depender lo macroeconómico de lo microeconómico y las políticas nacionales de las decisiones del mundo de los negocios. El tratamiento de la economía sólo se concibe en un muy corto plazo, agravando exponencialmente los desequilibrios, ya desastrosos, entre el Norte y el sur, y entre los factores de producción mismos (capital, trabajo y naturaleza).

Por otro lado, Argandoña (2011) indicó que la teoría de la creación de valor en un modelo de stakeholder, supera una visión limitada que pone como único fin a la empresa en la maximización del valor económico para los accionistas.

La creación de valor para todos los stakeholder permite ampliar el marco de gestión de la empresa, aproximándolo a un mayor beneficio económico y realista, generando nuevas capacidades de creación cooperativa de valor y superando conflictos. Para ello, la teoría de la creación de valor en un modelo de stakeholder implica lo siguiente:

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