Argumentos a favor de la eutanasia.

La vida es el sustrato de los derechos. La libertad y la vida son bienes del humano que no pueden eliminarse ni aunque el individuo lo pida ya que son derechos irrenunciables, nadie puede pedir su muerte. (Declaración Universal de los D.D.H.H.)

La eutanasia no es un respeto a la libertad ya que implica la actuación y/o decisión de un tercero sobre qué vida merece o no ser vivida, es decir, se estaría hablando de una discriminación ya que esa determinación habla de una calidad y/o utilidad de la vida del individuo.

La eutanasia puede terminar expandiéndose, e infaltablemente aparecería el respectivo negocio y lucro de esta. Antecedentes de esto es el aborto, en un principio tenía aspectos restrictivos según la situación y de ello se llevó al libre aborto o aborto libre a la carta, y sobre la comercialización de la eutanasia en Zúrich (Suiza) existe el suicidio asistido llamado turismo fúnebre desde 1941 donde mucha gente va solo a poner fin a sus vidas, mayormente enfermos terminales, pero debido al “éxito” de aquello, se ha datado que hay muchas personas sin enfermedades ni si quiera terminales que concurren cada vez más a ponerle fin a sus vidas. El Gobierno y los partidos políticos dominantes suizos se oponen a tal prohibición.

La eutanasia es en cierto modo un fracaso de la sociedad, muchas veces cuando el individuo pide ayuda a través de este método es porque necesita ayuda y/o más cariño. Si se le concede el deseo de la muerte implícitamente se está diciendo que el individuo es un estorbo, que su vida ya no merece la pena, que ya nada se puede hacer con y por él.

La eutanasia pervierte la ética médica ya que la medicina se centra en curar la enfermedad y si no se puede curar por lo menos reducir el dolor, no eliminar al paciente.

Legalmente la eutanasia no es un derecho. (Declaración de los D.D.H.H.)

La eutanasia legal dificultará el trabajo de terapeutas que tratan con minusválidos deprimidos o enfermos ya que habrá cierto deseo por escoger la eutanasia sin tratar de arreglar el problema.

Es interesante considerar lo que plantea la Conferencia Episcopal Española en un documento difundido el 19 de febrero de 1998, con motivo de una campaña realizada en aquel país para despenalizar la eutanasia:

"Hoy la eutanasia resulta de nuevo aceptable para algunos a causa del extendido individualismo y de la consiguiente mala comprensión de la libertad como una mera capacidad de decidir cualquier cosa con tal de que el individuo la juzgue necesaria o conveniente. "Mi vida es mía: nadie puede decirme lo que tengo que hacer con ella." "Tengo derecho a vivir, pero no se me puede obligar a vivir." Afirmaciones como éstas son las que se repiten para justificar lo que se llama "el derecho a la muerte digna", eufemismo para decir, en realidad, el "derecho a matarse". Pero este modo de hablar denota un egocentrismo que resulta literalmente mortal y que pone en peligro la convivencia justa entre los hombres. Los individuos se erigen, de este modo, en falsos "dioses" dispuestos a decidir sobre su vida y sobre la de los demás.

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