Arte Rupestre En El Peru
Enviado por magasz • 29 de Marzo de 2013 • 1.451 Palabras (6 Páginas) • 1.342 Visitas
ARTE RUPESTRE EN EL PERU
1. ¿Qué es el arte rupestre?
Son los rastros de la actividad humana o imágenes que han sido grabadas o pintadas sobre las superficies rocosas.
En su paso por el mundo, el hombre ha dejado plasmadas en cuevas, piedras y paredes rocosas, innumerables representaciones de animales, plantas u objetos; escenas de la vida cotidiana, signos y figuraciones geométricas, etc., obras consideradas entre las más antiguas manifestaciones de su destreza y pensamiento.
2. Historia del arte rupestre en el Perú:
El estudio técnico de las quilcas o arte rupestre peruano empieza definitivamente en el siglo XX con dos sucesos transcendentales: el descubrimiento, en 1925, del sitio arqueológico con petroglifos de Checta ubicado en el valle del Yangas (río Chillón), Lima, que fuera realizado por el Catedrático de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Monseñor Pedro E. Villar Córdoba (1935). Y en segundo lugar con el descubrimiento, en 1926, de las líneas de Nasca, realizado por el arqueólogo peruano Toribio Mejía Xesspe dentro de programa de expediciones arqueológicas a la Península de Paracas y a los valles de Nasca, que fueran dirigidos por el famoso arqueólogo y gran sabio nacional Dr. Julio C. Tello, auspiciado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
A partir de estos extraordinarios hallazgos las quilcas del Perú, el arte rupestre peruano, ha sido objeto de numerosas investigaciones, posteriores. Así tenemos que en año de 1925 Luis E. Valcárcel publica uno de los primeros trabajos sobre las quilcas del Cusco, iniciando una larga historia de investigaciones en la cuenca del río Urubamba y el valle de la Convención. Por su parte en 1936, el amauta Javier Pulgar Vidal establece la primera asociación directa entre el término “Quilca” y arte rupestre al explorar la roca de “Quilla Rumi” ubicada sobre el río Higueras en Huánuco, y donde descubriera cientos de “signos ideográficos” (pinturas rupestres). En 1937 Julio C. Tello va a descubrir y estudiar el canal de Kumbemayo donde encuentra numerosas quilcas, las que registra como parte de los trabajos del Programa de la Expedición al Marañón, una de las empresas arqueológicas más brillantes de la historia peruana. En 1947 Pulgar Vidal funda el Departamento de Investigaciones Toponímicas en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos iniciando así el más importante proyecto de investigación rupestre en el Perú, descubriendo, gracias al uso del topónimo “quilca”, decenas de “centros de quilcas” (sitios arqueológico con arte rupestre) principalmente en las exploraciones que dirigió en los departamentos de Huánuco y de Lima (Pulgar 1962-1963). En 1951 el Dr. Eloy Linares Málaga va a realizar el descubrimiento científico del sitio de Toro Muerto o Hatumquilcapampa en la cuenca del rio Majes, auspiciado por la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. En 1954 el Dr. Federico Kauffmann Doig estudia las quilcas coloniales de la arquitectura estilo Cusco imperial de Huamanga, con lo que obtuvo su grado académico en la Universidad de San Marcos. En 1957 Luis A. Pardo publica su enjundioso estudio sobre las quilcas de La Convención en el Cusco. Y ya, hasta 1960, el Dr. Eloy Linares Málaga habrá introducido los estudios formal - estadísticos para el análisis del arte rupestre peruano (Linares 1960).
A partir de 1960, las investigaciones rupestres se diversifican incidiéndose en los estudios artísticos y en el establecimiento de la antigüedad del arte rupestre, reportándose importantes trabajos como los de Augusto Cardich en Lauricocha (1964), de Rogger Ravines en Caru (1967), de Máximo Neyra en Sumbay (1968), de Toribio Mejía Xesspe en Monte Calvario - Catache (1968) y de Jorge C, Muelle en el famoso sitio de Toquepala (1969). Ya en la década de 1970 Eloy Linares Málaga va a definir la tipología del arte rupestre y realizar estudios sistemáticos en el sur del país que incluyeron los departamentos de Arequipa, Moquegua y Tacna. Por otra parte muchos otros autores amplían notablemente el conocimiento de este material cultural en el Perú abarcando todas las variaciones materiales del arte rupestre: Petroglifos, Pinturas, Arte Rupestre Mobiliar, y Geoglifos. Destacan a partir de 1970 los trabajos de Bonavia y Ravines para las pinturas de Cuchimachay, Lorenzo Rosello para los geoglifos de Lima (1978), Jaime Miasta para las pinturas del Chinchipe en Cajamarca (1979), Isabel Flores para los petroglifos de Miculla (1979), Jean Guffroy para los petroglifos de Checta (1979), Alberto Bueno para las pinturas del Chinchipe (1982), Núñez Jiménez para los petroglifos de la costa peruana (1986), Ruth Shady y Arturo Ruiz para las pinturas de Amazonas (1987), Alberto
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