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Articulo 43 De La Constitucion De Colombia


Enviado por   •  12 de Septiembre de 2012  •  7.598 Palabras (31 Páginas)  •  3.583 Visitas

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“... la discriminación contra la mujer viola los principios de la igualdad de derechos y del respeto de la dignidad humana, que dificulta la participación de la mujer, en las mismas condiciones que el hombre, en la vida política, social, económica y cultural de su país, que constituye un obstáculo para el aumento del bienestar de la sociedad y de la familia y que entorpece el pleno desarrollo de las posibilidades de la mujer para prestar servicio a su país y a la humanidad”

Convención Sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer

Naciones Unidas, 1992

Introducción

La discriminación ha sido definida como toda diferenciación o exclusión de individuos o grupos de personas, asentada en una apreciación o consideración irrelevante para el asunto en cuestión, que tenga como resultado disminuir, someter o anular a una persona, o grupo de personas, pasando por encima de sus derechos fundamentales. De acuerdo con el sociólogo francés Olivier Noël (2003), la discriminación se concreta en el terreno de las prácticas, de los hechos. La discriminación toma lugar en las trayectorias de las personas que la padecen, afectando su presente y su futuro. Pero aun cuando el acto de discriminación supone acción de por lo menos dos (el discriminado y el discriminador), la discriminación se construye socialmente teniendo como cimiento las relaciones de poder y las representaciones sociales, y los valores en los que se anclan. En rigor, la igualdad es contraria a cualquier clase de discriminación.1

Sin importar el ámbito donde se lleva a cabo el acto discriminatorio -sea éste público o privado-, o el grupo o individuo sobre el que se ejerce una actitud de negación de igualdad en el trato, en su base siempre están presentes relaciones de poder desiguales.

Las formas que asume la discriminación están conectadas conceptualmente con ideas de dignidad e igualdad y, por ello, cobra mayor interés en las comunidades democráticas y se le juzga como un hecho estrechamente relacionado con el desempeño de la sociedad en su conjunto.

Los Estados Democráticos se erigen como tales con mecanismos que buscan garantizar el ejercicio de derechos de participación democrática como el de las libertades civiles, la libertad de expresión y discusión y la libertad de formar y afiliarse a grupos o asociaciones políticas (Giddens,2000), y en la garantía de dicho ejercicio la igualdad tiene un valor central.

Ya en su famoso trabajo “La democracia en América”, escrito en 1835, Alexis de Tocqueville señalaba que la democracia no se caracteriza únicamente por un régimen político que garantice la libertad; también supone, de acuerdo con el sociólogo francés, un Estado Social anclado en la igualdad: “un estado de espíritu y de hecho.”2 El estado de espíritu democrático significaba para él, que los individuos se sintieran y se pensaran iguales (como grupo). Sentirse y pensarse iguales requiere de la garantía social que otorgan las instituciones democráticas: la familia, las iglesias, el gobierno, las leyes. La validez del principio de igualdad recae - a decir de Agasinski (1996: 143)- en el reconocimiento que de ella hacen “las instancias legítimamente constituidas”; lo opuesto, sentirse y pensarse discriminados, constituye la ausencia de esa garantía lo que produce, en consecuencia, debilidad democrática.

En la actualidad, para las sociedades democráticas, la igualdad de las personas equivale a la igualdad de derechos civiles o políticos, y no al hecho de que las personas sean idénticas por su naturaleza o condición.3 Justamente porque una sociedad democrática tiene en su base el reconocimiento de la pluralidad y la diversidad, cobra relevancia la distinción de la igualdad como opuesta a la desigualdad, pero no a la diferencia. En una sociedad democrática, lo que busca ser corregido es la desigualdad de condición de las personas, y el respeto profundo de las diferencias, es decir, la no discriminación.

En México, el tema de la discriminación está presente, en mayor o menor medida, en leyes y normas que nos rigen, en discursos democráticos, en la defensoría de los derechos de las personas, en el discurso político y en la militancia social, entre otros ámbitos de interés. Sin embargo, desde la perspectiva de la investigación, del análisis riguroso de su incidencia, causas y consecuencias, su presencia es mucho más limitada. Los análisis suelen hacerse con métodos propios de la antropología y la etnología, a través del estudio del discurso, o de manera empírica, teniendo en cuenta indicadores de resultado que miden, sobre todo, los efectos de la discriminación, pero que no abordan las raíces del problema; no van a sus causas. La riqueza en estos análisis que recogen el sentir y pensar de la discriminación desde el sujeto, muchas veces se opaca ante la crítica de su orientación casuística, es decir, relativa a normas que rigen casos particulares, casi siempre referidos a ámbitos geográficos muy restringidos, como la comunidad o grupos dentro de ésta.

Una laguna muy importante en los estudios sobre discriminación en México había sido, hasta ahora, la falta de datos cuantitativos que abordaran el tema por la vía de las experiencias y las percepciones de la población en general, y de las mujeres en particular. La Primera Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), constituye una rica fuente de información que recoge datos relevantes que buscan cuantificar y caracterizar, a través de la percepción y la opinión, la discriminación que sufrimos y ejercemos los mexicanos y mexicanas. Con este instrumento se intenta conocer cómo nos percibimos, nos pensamos y sentimos frente a este tema, aspecto crucial planteado por Tocqueville en torno a la caracterización del estado de espíritu democrático4 en el país, pero también sustancial para el abordaje de este tema en términos de las políticas públicas.

En efecto, la discriminación se percibe, se piensa y se siente de igual manera en los grupos sociales, entre semejantes y diferentes. Por ello, en este texto se busca recoger ese pensar y sentir de mexicanas y mexicanos sobre el tema de la discriminación en general, la discriminación de género en particular, y sobre aquellos tópicos que recoge la Encuesta vinculados con las mujeres. Se trata de un análisis descriptivo que permite dibujar, de manera general, la visión que tienen mujeres y hombres sobre la discriminación sin adentrarnos en el terreno de sus causas. Dada la naturaleza de la fuente, el tamaño de la muestra y el carácter exploratorio de este texto,

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