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Todos los países necesitan de ingresos financieros para confrontar sus deberes y compromisos. Como algunos tienen distintas particularidades, esto hace que obtengan sus entradas financieras de diferentes maneras, según sus ventajas comparativas y sus factores productivos disponibles. Dentro del marco económico mundial, en América Latina y en especial en Venezuela, el factor productivo tierra ha sido el de mayor especialización y explotación dentro de su sistema productivo. Esto se evidencia en que históricamente la agricultura, la exportación de cacao y café, desde el siglo XVII y a principios del siglo XX han sido las principales actividades para la exportación y el crecimiento.

En el año 1914 tras el surgimiento y descubrimiento del oro negro en un pequeño poblado de región zuliana, explota el Barroso I y genera un mundo nuevo lleno de expectativas y oportunidades para el desarrollo de nuevas actividades potenciales para la explotación y exportación.

Un poco antes en 1895, con la aparición de los primeros automóviles, se necesitó la gasolina, ese nuevo combustible que en los años posteriores se consumiría en grandes cantidades. “En vísperas de la primera Guerra Mundial, antes de 1914, ya existían en el mundo más de un millón de vehículos que usaban gasolina”. Entonces, a nivel mundial el petróleo se constituyó y se proyectó como una fuente generadora de energía necesaria para el desarrollo industrial, incrementando así su demanda mundial. Debido a esto se empiezan a realizar una serie de transformaciones políticas en Venezuela con el objetivo de aprovechar al máximo este recurso, el cual a partir de 1920 rompió el hito, para convertirse en el mayor generador de divisas para la nación.

Analizando este escenario en Venezuela, el gobierno de el General MEDINA ANGARITA decidió en el año 1943 institucionalizar la actividad petrolera a través de la Nueva Ley de Hidrocarburos (El beneficio quedaba en el país en un 50% fifty-fifty). Esto trajo como resultados que los introducciones de divisas provenientes de la renta petrolera se afianzaran como el motor financiador del gasto público; “principal fuente propulsora del crecimiento económico en el país;” produciéndose así, una falta en diversificación de la economía y un alto grado de dependencia y vulnerabilidad ante dinámicas coyunturales internacionales hasta nuestros días.

Dado este contexto el petróleo es la mayor fuente generadora de ingreso para el Estado venezolano. Esto trae como consecuencia que el aparato productivo gire en función de la extracción y comercialización del petróleo dejando a un lado el resto de las actividades de los otros sectores de la economía, pasando a ser una economía de carácter monoproductora o monoexportadora, importadora de la mayoría de los bienes que se consumen dentro del territorio nacional.

Entonces,

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