Beisbol
Enviado por iker2011 • 23 de Septiembre de 2015 • Apuntes • 377 Palabras (2 Páginas) • 118 Visitas
Octubre es para los aficionados al béisbol lo que para los guadalupanos es el 12 de diciembre. Después de 162 juegos de temporada regular, salvo algunos extras por desempate, sólo ocho equipos verán el otoño con otros ojos. Cada uno con su pelotera particularidad; cada uno con su esperanza millonaria; cada uno con su soberbia seguridad; cada uno con su pata de conejo. Así, con los playoffs resueltos, y como en la mayoría de los deportes de conjunto sucede, las prontas conjeturas favorecen a quien tenga la nómina estúpidamente más alta. Se barajan, incluso, los nombres de quienes podrían ganar el MVP (jugador más valioso). Pero esos pronósticos, conforme pasan los innings, los juegos y los días, se transforman en desengaños. Ahora mismo, mientras escribo, ha surgido el primer equipo finalista: los Reales de Kansas City: impopular entre los fanáticos de vitrina y magazine; rompe quinielas; amenaza para el rating televisivo. La sorpresa, pues. Más ná. Ahora sólo queda esperar al otro protagonista de esta liturgia beisbolera. Si queda San Francisco, harán una linda pareja de improbables.
Remo bien en estas aguas; un tercio de mi vida practiqué, con desbordante candor, este maravilloso deporte (por algo es el rey). En este embutido de tiempo, mi sueño, nada guajiro, era llegar a jugar como aquéllos peloteros que, desde mi televisión de 12 pulgadas, me ilustraban esta disciplina de batear y correr. Les hablo de Steve Garvey, por ejemplo, dándole vida a unos Padres de San Diego que agonizaban ante los Cachorros de Chicago del 84. A partir de ese año, un sinnúmero de jugadores forraron mis cuadernos escolares: Tony Gwynn (por supuesto), Roberto Alomar, Wade Boggs, Valenzuela; entre otros. Resumiendo: el béisbol sobre todas las cosas y sobre todas las novias (tómese esto último como una exageración de número). De las generaciones que no me tocó vivir, siempre admiré su pasión; eso de querer jugar en cualquier circunstancia. Aún con fiebre; con la mano rota; con la muela podrida. En cambio, los beisbolistas de hoy se lesionan hasta porque tienen un mal presagio. Porque el béisbol de ahora es bussines y mentira, en la mayoría de los casos. Y es que no se puede ignorar que con el dinero que gira
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