Biarritz
Enviado por DROWNING • 6 de Diciembre de 2012 • Informe • 787 Palabras (4 Páginas) • 233 Visitas
Biarritz.- La libertad de expresión enfrenta retos en todo el mundo: en China o Corea del Norte, donde prácticamente no existe para sus habitantes, pero también en países como EU, una democracia consolidada que en años recientes ha sufrido reveses en esta materia debido a la guerra contra el terrorismo. De igual manera, América Latina se presenta como una región diversa en ese sentido. Hay algunos países que defienden la libertad de expresión y donde ésta se entiende como un derecho asociado al acceso a la información, pero hay otros donde la libertad de expresión es censurada, limitada o perseguida por el Estado.
Durante el 11 Foro de Biarritz —un encuentro anual que reúne a políticos, consultores, académicos y periodistas de todo América Latina y de Europa— se realizó una mesa de diálogo sobre la situación de la libertad de expresión en ambas regiones, pero con énfasis en Latinoamérica. Un ensayo escrito por Carlos Mesa, un ex conductor de televisión que en 2003 llegó a la presidencia de Bolivia, sirvió como marco para el debate en una mesa que reunió a Miguel Angel Bastenier, tal vez el español que mejor conoce los medios de comunicación en América Latina; la comunicadora Carmen Aristegui; el reportero Diego Osorno; el conductor de CNN en español Armando Padilla; Leonardo Curzio, investigador de la UNAM y conductor de radio; la columnista colombiana María Ximena Dussan; la escritora Guadalupe Loaeza; el académico Dominique Wolton; y las senadoras mexicanas Beatriz Zavala y Rosario Green, entre otros participantes.
De los trece participantes, seis eran mexicanos, por lo que la mesa tuvo un fuerte sesgo hacia la situación de la libertad de expresión en México y la narcoviolencia. El panorama presentado por los periodistas mexicanos fue el que conocemos todos los que vivimos en México y que podemos constatarlo en los titulares de los diarios o con las cifras dadas a conocer cada año en el informe de la Federación Internacional de Periodistas, que ubica a México como el país más peligroso para ejercer el periodismo, de todo América Latina.
Por ello, el reportero mexicano Diego Osorno recordó precisamente que la guerra contra el narco ha hecho que más periodistas mueran asesinados al hacer su trabajo en México, que en cualquier otra parte de la región. Lo más interesante de esta mesa fue ver la enorme distancia que existe entre las percepciones de los funcionarios que toman decisiones de políticas públicas y los periodistas. Como si fueran de dos países completamente distintos, los periodistas mexicanos en la mesa coincidieron en la amenaza a la libertad de expresión por la narcoviolencia en México, al tiempo que la senadora Zavala prefirió poner el énfasis en los espacios ganados en la libertad de expresión en México con la llegada de la alternancia en Los Pinos. No hubo diálogo posible en ese sentido.
Aunado a ello, los periodistas colombianos, que llevan
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