Biografía de Miguel Angel Asturias

MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS

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Nació el 19 de octubre de 1899, en el barrio de la Parroquia Vieja, bautizado con el nombre de Miguel Ángel Asturias Rosales. Hijo de don Ernesto Asturias, abogado idealista y liberal que más tarde llegó a ser juez, y de María Rosales, maestra, que educaba a su hijo en la rica herencia de la cultura maya. Ambos opositores asedios del dictador Estrada Cabrera. A los cinco años el niño fue trasladado a la casa solariega de su abuela materna en un barrio de la ciudad de Guatemala. Poco después fue al campo a vivir con sus abuelos paternos en Baja Verapaz. Pasó varios años en este ambiente rural. De sus parientes y también de los sirvientes que lo rodeaban en las casas de los abuelos el niño siguió absorbiendo la herencia india.

Comenzó en 1906 sus estudios primarios en Salamá. Entre 1912 y 1916 estudió el bachillerato en el Instituto Nacional de Varones. Dos años más tarde ingresó a la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de San Carlos. Para 1922 se graduó como Licenciado en Derecho, con una tesis sobre El Problema Social del Indio, con la que obtiene un año obtiene el Premio Gálvez. Después de graduarse se trasladó a París. Durante diez años en este centro cultural amplió sus estudios de antropología y trabó amistades con muchos de los escritores vanguardistas de ese tiempo. Durante toda su vida, en su carrera literaria y diplomática, Asturias se ha dedicado a los ideales liberales que abrazó en su juventud.

Producto del idealismo liberal de sus padres, la anciana cultura poética de sus antepasados y su educación y experiencias como literato sofisticado, Asturias ha producido una obra poética y novelesca admirable. Es más famoso por sus novelas. En ellas ha logrado retratar el mundo y la gente de su país natal de una manera extraordinaria.

Además de la protesta social, el autor pinta a los humildes en su lucha por desarrollarse como individuos y entenderse a sí mismos.

Miguel Ángel Asturias crea un fantástico mundo poético en que la realidad y la irrealidad no pueden separarse. Para sus personajes el sueño es tan importante como la realidad, y muchas veces no se puede distinguir entre los dos. Nos da a entender que el hombre verdadero, el hombre telúrico de Mesoamérica, no puede rechazar este ambiente fantástico. Asturias insiste en que ésta es la verdadera realidad de su país.

En gran parte de sus escritos Asturias se dedica a la relación mística entre el hombre y la tierra. Retrata la tierra como un ser que tiene vida propia. Asturias también personaliza los otros entes naturales como las piedras, los volcanes, los árboles y los ríos. Toda la naturaleza, incluso los hombres, tiene una vida común unida por lazos estrechos. El hombre que se aleja de esta fraternidad, que no entiende la relación comunal, o que no vive en armonía con el mundo y la tierra, o se destruye o sufre la decadencia moral. Es así que Asturias considera algunas fuerzas de la civilización, tales como el anhelo del poder político y militar y el materialismo, como fuerzas destructivas contra quienes el ser humano tiene que luchar para mantener su dignidad personal.

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