Boccias deporte que enseña

BOCCIAS UN DEPORTE QUE ENSEÑA

Partimos de la premisa que un cuerpo “sano” es un cuerpo  “apto” para practicar un deporte especifico; esa fue la representación social creada desde nuestra educación profesional con fisioterapeutas. Donde solo se ven las características físicas como condicionante de bienestar físico. Según Rodríguez (2007), el cuerpo en la época antigua era capaz de proveer los recursos energéticos y de dominar las  técnicas básicas necesarias para los individuos, las familias y las comunidades;  la fuerza del cuerpo y la completad de sus estructuras han alimentado el concepto de “cuerpo sano o apto”  que privilegio la temprana modernidad y que permitió que todo aquel que no respondiera a dicha apreciación fuera abarcado por la categoría de los menos aptos o de los no aptos.

Estas concepciones han sufrido transformaciones a través de los años, y más para quienes de algún modo nos vemos involucrados con las personas en situación de discapacidad ya sea en su práctica profesional o por un interés común. Es en este punto donde nace una nueva alternativa para estas personas; donde estar sano no es sinónimo de ser apto para practicar algún deporte.

El deporte adaptado como es el caso para las personas en situación de discapacidad ha abierto muchas puertas para generar cambios en maneras de pensar y ver la discapacidad; ya que motiva y apoya a los jóvenes practicantes para que de acuerdo a su condición puedan adaptar alguno.

El ser “diferente” no quiere decir que deba ser excluido de la sociedad y como lo es en nuestro caso del deporte; como lo reafirma Lady Meléndez (2002) “la diversidad es una condición de la vida en comunidad, cuyos procesos vitales se relacionan entre sí y se desarrollan en función de los factores culturales de un mismo ambiente, donde tanto relación como variedad, aseguran y potencian la vida de todos los habitantes de esa comunidad.”

Según Valcalcer (1994)  la frase “todos somos iguales” es demasiado repetida pero esto no quiere decir que sea clara…”.  Ya que para practicar algún deporte se deben tener en cuenta ciertas características, ser un sujeto “sano” y tener “igualdad” de condiciones respecto a los demás; lo que choca con el deporte adaptado y en especial boccias. Donde se retoman características únicas de cada jugador y se potencializan, logrando que cada uno sea visto como sujeto único.

Para lograr que cada uno de estos jóvenes con características especiales fueran parte de un deporte y ser incluidos en una sociedad; tuvieron que pasar muchos siglos de transformaciones en formas de pensar y actuar frente a la discapacidad.

Los cambios observados hasta el momento son mínimos y se ven con el paso del tiempo, pero lo más importante es que los cambios se están viendo; ya que en tiempos antiguos las personas en situación de discapacidad eran ocultadas o miradas despectivamente. Como lo reafirma Foucault (1962),  este autor  en su obra: “la historia de la locura”,   hace referencia a la internación de aquellos que se visualizaban como locos y además, de todos aquellos que se consideraba que no aportaban  a la sociedad.

Filidora  (2003) plantea que durante muchos años, el aislamiento  institucional  fue el destino de los niños con discapacidad, hasta que en los años 60  en los países del norte  de Europa comenzó a circular el concepto de normalización, que supuso un giro conceptual al poner de manifiesto  que la relación de la persona con  su contexto era determinante para establecer el estilo de vida  al que podía acceder. Implicó la superación del inmanentismo y el poner  al alcance de las personas con discapacidad  las formas de vida cotidianas, entre ellas la escuela.

Este proceso como se puede ver ha durado mucho tiempo y aun no está escrita la última palabra a cerca de cómo se debe educar o integrar a estas personas. Ya que, como lo afirma Skliar (2005), la escuela no se ha preocupado realmente por las diferencias sino que se ha obsesionado por los diferentes, es decir por los extraños, cuestión que ha permitido inventar y reinventar la colonización del otro como deficiente.

Por esto a través de los años ha ideado formas y procesos para educar e incluir a las personas en situación de discapacidad, los cuales han sido reevaluados y que han servido para sacar conclusiones concretas sobre la educación y la inclusión como ejes fundamentales para el cambio. Cambios que deben iniciar desde niños o jóvenes, para que a futuro la nueva generación no excluya sino que incluya y piense cada vez más en este tipo de población.

Boccias en un deporte que solo practican niños o jóvenes que tienen parálisis cerebral en sus diferentes clasificaciones y que exige tener ciertas condiciones físicas que dentro de las reglas del deporte hacen que cada jugador pertenezca a una categoría; ya que este deporte solo es de clasificación paralímpica.

Para practicarlo se necesita tener mucha precisión y agudizar ciertos movimientos del cuerpo para lanza; consta de dos equipos los cuales deben lanzar boccias (pelotas) hacia una boccia (pelota) blanco o diana; quien quede más cerca de esta última es quien gana un punto.

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