Breve reseña de La carne de Rosa Montero
Enviado por echorad • 13 de Abril de 2020 • Reseña • 605 Palabras (3 Páginas) • 107 Visitas
Breve reseña de La carne de Rosa Montero
En mi opinión, La carne cumple con los requisitos que debe tener la novela que más le gusta elegir nuestra maestra en una manera directa y divertida. Aunque leemos jun que el libro sea una novela rosa mejor leído a la playa. Más bien, la autora ha de implicarse con sus lectores y mantenerlos interesados.
Montero ha tenido éxito en darnos un relato que trata de temas universales cuyos peso y seriedad ella aligera con ingenio, sensatez y toques de humor (a veces incisivos y mordaz, a veces casi cómicos). Varias historias de escritores malditos (o sea, excéntricos o extrañamente excepcionales) entrelazadas a lo largo del cuento principal nos proporcionan anécdotas y elementos literarios suficientemente de viso como para rescatarlo de ser jamás una intriga ligera.
Menos mal que incluya esas historias, porque si no, creo que sería imposible montar la novela entera sobre la espalda de una mujer que por naturaleza no es muy admirable ni profunda. Sí que es independiente (a lo mejor, más o menos independiente) e inteligente. Por otro lado, por mucho que disfrute las rumias y los pensamientos (a menudo graciosos) de Soledad sobre los altibajos de su vida de soltera o por mucho que comprenda el sufrimiento y dolor de su niñez y juventud, acabo caracterizándola una mujer narcisista, egocéntrica e inmadura.
Eso no quiere decir que Soledad sea mala o que no tenga atributos buenos; claro que es trabajadora e interesante, bien informada sobre la cultura española y la ópera, por ejemplo. Además, está de buena forma para tener sesenta años. Y sí, había la intervención que le hizo al chino por parte de Rubem y su “familia.” Pero la autora no me convenció de que dicha acción efectuase ningún cambio esencial y permanente de la personalidad o carácter de Soledad.
A lo largo de la novela, me llamaron la atención los diálogos entre los tres personajes principales, Soledad-Rubem y Ana-Soledad; parecen verdaderos, creíbles y cotidianos sin ser jergales. Me hicieron reír algunas de esas conversaciones, a veces a carcajadas.
La exposición de temas relacionados a la vida, la muerte, la soledad y desesperación de la orfandad, la aceptación o no del envejecimiento, todo eso es de cajeta (excelente). Montero los expone con un lenguaje culto, pero no elitista; inteligente, pero no pedante; conmovedor, pero no empalagoso. Además, cuando sea apropiado, adopta un estilo a menudo gracioso, pero nunca tonto.
Sin duda, podríamos Soledad y yo pasar un rato agradable durante una tarde veraniega tomando un cafecito o un jerez en una terraza al aire libre. Lo que no podríamos ser es amigos íntimos. Tampoco es Soledad una persona en la que confíe yo.
...