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CALENTAMIENTO GLOBAL


Enviado por   •  23 de Julio de 2014  •  5.611 Palabras (23 Páginas)  •  178 Visitas

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Introducción

El clima es como el pulso de nuestro Planeta Tierra, en este momento nuestro planeta está enfermo y los síntomas son claros y alarmantes, nuestros lagos se convierten en desiertos, ríos muertos, inundaciones, rayos solares devorando nuestra piel, calores infernales estrangulando corazones, deshielo, migraciones milenarias alteradas, extinciones masivas de ecosistemas terrestres y acuáticos, Guerras, hambre, pobreza, desesperanza y muerte.

Sin duda alguna el clima del planeta se ha modificado durante este último siglo debido al sistema económico social imperante que trae como consecuencia el calentamiento global existiendo nuevas y contundentes pruebas de que la mayor parte del calentamiento observado en los últimos 50 años se debe probablemente a las acciones del consumismo del hombre. Las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de las actividades humanas están ocasionando el calentamiento del planeta. La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera es superior a la de cualquier otro momento de los últimos 600.000 años y aumenta a un ritmo cada vez mayor.

En el transcurso del desarrollo del tema se abarcara más a fondo lo que es clima, cambio climático, gases de efecto invernadero para poder entender lo que es el calentamiento global, luego se desglosaran la definición, causas y consecuencias del tema.

También se conocerá como está el clima en nuestro país.

Para concluir se brindaran algunas recomendaciones para que ayudemos a contribuir a detener un poco el calentamiento global.

DEFINICION

Calentamiento global, es el aumento de la temperatura de la Tierra debido al uso de combustibles fósiles y a otros procesos industriales que llevan a una acumulación de gases invernadero (dióxido de carbono, metano, óxido nitroso y clorofluorocarbonos) en la atmósfera. Desde 1896 se sabe que el dióxido de carbono ayuda a impedir que los rayos infrarrojos escapen al espacio, lo que hace que se mantenga una temperatura relativamente cálida en nuestro planeta (efecto invernadero). Sin embargo, el incremento de los niveles de dióxido de carbono puede provocar un aumento de la temperatura global, lo que podría originar importantes cambios climáticos con graves implicaciones para la productividad agrícola.

El aumento del dióxido de carbono, provocado por el propio hombre a partir de la revolución industrial, está invirtiendo los términos. Cada año más de 7000 millones de toneladas de dióxido de carbono son aportadas a la atmósfera, en sus dos terceras partes procedentes de la combustión de los combustibles fósiles, mientras el resto lo originan la deforestación y la combustión de la madera.

El calentamiento global es el resultado del incremento de los gases del efecto invernadero en la atmósfera, dando a entender que el ser humano con sus acciones, es el responsable de tal fenómeno y que se trata del más grande problema ecológico enfrentando por la actual civilización y futura generalizaciones.

La excesiva acumulación de gases se cree evitaría que las radiaciones infrarrojas provenientes del sol, al ser reflejadas por la superficie terrestre, vuelvan alas capas superiores de la atmósfera y el espacio exterior, quedándose en las capas intermedias y provocan un sobrecalentamiento de la misma, calentamiento que afectaría a todo el globo terrestre, resultando en un cambio climático.

ORIGEN

A comienzos de los noventa, estuvieron de moda los modelos de circulación global: unos programas informáticos, muy complejos, para predecir el clima futuro calculando el comportamiento de la atmósfera y el océano. Y se aplicaron al estudio de la posible incidencia de un clima más cálido en el casquete de hielo antártico. De tales investigaciones se desprendía que el calentamiento de invernadero llevaría a la Antártida aire más cálido y húmedo, que depositaría allí su humedad en forma de nieve. Podría, pues, incrementarse incluso la cuantía de hielo marino que rodea el continente.

Dicho de otro modo, justamente cuando los expertos del Sea RISE estaban preparando su campaña para seguir la presumible fusión de la plataforma helada de la Antártida Occidental, los modelos informáticos mostraban la posibilidad de que dicha capa creciera, con el consiguiente descenso del nivel del mar: los hielos continentales retendrían el agua robada al mar. "Fue como dejar su velero sin viento", bromea Richard G. Fairballks, del Observatorio Geológico Lamont-Doherty de la Universidad de Colombia.

Otras observaciones han obligado a cuestionar también la idea de que una fusión brusca de los hielos de la Antártida conllevara la subida del nivel del mar varios metros, en un futuro previsible. Los geólogos acaban de comprobar que, de las cinco grandes corrientes de hielo que alimentan el mar de Ross (designadas, con notoria falta de imaginación, corrientes de hielo A, B, C, D y E), no todas arrojan su contenido al océano. Una de las mayores, la C, cesó de operar hace unos 130 años, quizá porque perdió lubricación en su base.

La verdad es que la vinculación del calentamiento climático con el movimiento de las corrientes de hielo de la Antártida Occidental se ha hecho cada vez más tenue. Según Ellen Mosley-Thompson, del Centro de Investigación Polar Byrd de la Universidad estatal de Ohio, las corrientes de hielo "parecen arrancar y detenerse, sin que nadie sepa la razón". Es más, de acuerdo con sus propias mediciones de la velocidad de acumulación de nieve en la vecindad del polo Sur, las nevadas han aumentado bastante en los últimos decenios, intervalo a lo largo del cual la temperatura global ha ascendido poco a poco; las observaciones realizadas en otros lugares de la Antártida han producido resultados similares.

Cierto es que las zonas de la Antártida sometidas a tan estricto seguimiento son pocas y alejadas entre sí, como subraya Mosley-Thompson. Aunque muchos expertos reconocen que la actividad humana ha contribuido al calentamiento global, nadie puede decir con certeza si el casquete antártico se está contrayendo o extendiendo en respuesta.

Tamaña perplejidad podría desaparecer en sólo unos pocos años si la suerte acompaña a la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) en sus planes de lanzamiento de un satélite ideado para cartografiar con finura los cambios de altura de los casquetes polares; esa exactitud alcanzaría el centímetro por año. A bordo del satélite, que se proyecta poner en órbita en el 2002, iría un dispositivo láser de medición de distancias, capaz de detectar ligeros cambios en el volumen total de nieve y hielo almacenado en los polos. (Un instrumento láser similar viaja ahora camino de Marte, para cartografiar

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