CASO ENRON
Enviado por anacsr • 29 de Abril de 2015 • 525 Palabras (3 Páginas) • 196 Visitas
Lo más valioso que tenía Enron no eran sus activos, ni siquiera sus instrumentos derivados, sino sus propias acciones. Esto es muy importante porque, como si fuera una varita mágica, la emisión de acciones de Enron le permitía comprar lo que quisiera, y así era como compraba compañías, compensaba a sus funcionarios y en últimos tiempos reponía sus pérdidas, todo ello con sus propias acciones.
No es la utilidad de la sociedad emisora lo que determina la cotización de sus acciones, sino la expectativa de su utilidad. Se convirtió en la bancarrota más grande del mundo donde la arrogancia, el orgullo, la intolerancia, la avaricia, la falta de rectitud moral, el uso de información privilegiada, los vacíos legales y la liberalización fueron los puntos importantes de unos individuos corruptos que solo pensaron en su interés personal con el complaciente de una de las más prestigiosas firmas de auditoría de la nación norteamericana: Arthur Andersen la cual recibió cifras millonarias por el servicio de Auditoria. Es aquí cuando surgen los cuestionamientos tanto a la empresa Enron como a la compañía contratada.
Andersen declaró públicamente que su oficina en Houston destruyó miles de papeles de trabajo, tanto de papel como archivos electrónicos, por los años de 1997 a 2000.
Desde nuestro punto de vista Independientemente nos obligan más a estar alertas sobre este tipo de fraudes, nos hemos olvidado de que el delito de fraude también es aplicable a la emisión de información dolosa por parte de nuestro cliente, pues fraude es el que comete un emisor de valores cuando publica información financiera dolosa.
A ese tipo de fraude precisamente se han enfocado siempre las normas de auditoría generalmente aceptadas, que piden al auditor incluir excepciones y hasta dictámenes negativos cuando encuentran ausencia de información indispensable para que los estados financieros exhiban en forma razonable la posición financiera, los resultados y el flujo de efectivo.
Los altos ejecutivos de Enron, directivos sin escrúpulos, acudieron y recurrieron a toda clase de artificios para engañar a sus empleados, a las empresas financieras, al gobierno. Y aunque la farsa les funcionó durante varios años finalmente salió todo a la luz.
Aunque todo es muy preocupante detengámonos un momento a cuestionar el rol asumido por la empresa Arthur Andersen que realizaba la auditoria: ¿acaso se justifica que por recibir unos excelentes honorarios se actué por fuera de las normas? De ninguna manera, pero su actuación sirvió para maximizar las utilidades y brindarle un soporte financiero artificial para lograr altas cotizaciones en la bolsa. Tampoco actuó ni dejo observación alguna cuando en California realizaron racionamientos de energía con el solo propósito de mantener tarifas altas que le permitieran a Enron mayores ingresos con el perjuicio ciudadano y que en forma cínica ante los
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