CONSUMISMO

DISCURSO: EL CONSUMISMO

A lo largo de la historia nos hemos visto oprimidos y limitados en una serie de aspectos que nos convierten en los llamados “países empobrecidos”. Los países en vías de desarrollo, como el nuestro, fueron mayoritariamente colonias de los países que en la actualidad son las llamadas “potencias” y países desarrollados. La gran pregunta que normalmente surge es:

¿Acaso los países desarrollados no fueron en algún momento países en vías de desarrollo?

El principal problema de nuestros pueblos, y que desemboca a una serie de problemas mucho mayores, es la acumulación de riquezas y poder en unos pocos, y la pobreza de un grupo cada vez mayor. Por lo que se dan conflictos entre quienes poco o nada tienen y entre aquellos que poseen algo o todo.

Podríamos entender, por el saber diario, que entre los principales culpables se encuentran los malos gobiernos que por su mezquindad y ambición de ser ricos, dan como resultado: el desempleo, la delincuencia, la prostitución, las violaciones, los asaltos, los asesinatos, el alcoholismo y la pobreza, que es en muchos casos, paupérrima y con condiciones de vida precarias.

El problema se encuentra en la pésima repartición de de riquezas, lo que conlleva a la desigualdad social, es justamente esta desigualdad la que genera complejos de parte de los que menos poseen, y la que nos hace sentir superiores con una mentalidad racista y discriminatoria.

Basta sólo con mirar al gran grupo empobrecido que lucha por su supervivencia ante situaciones adversas y se ven obligados a la labor informal con pocas posibilidades de una vida digna y remunerada.

Es la bajo nivel de educación, también, un impedimento de que los países salgan adelante, pues no nacen profesionales y por ende tampoco industrias propias que generen alguna cantidad de ingresos no sólo a las personas si no al país. Es la falta de empleo que hace que el dinero no circule por el país.

Hoy en día escuchamos a los gobiernos hablar de respeto, la moral, y derechos; pero la realidad es otra, se atropellan los derechos y se violan las leyes.

Si tan sólo tuviéramos una actitud diferente ante la vida y ante el prójimo, sin tan sólo dejáramos atrás esa actitud egoísta del desinterés ante las realidades del mundo, seríamos capaces de crear un mundo como el que Dios manda.

“Amaos los unos a los otros como yo los he amado”, legado que ha sido tristemente olvidado.

Nos adaptamos a las realidades del mundo y dejamos de pensar esperanzadoramente. Somos capaces de hacer cosas grandes. Si analizáramos que la soberanía debería radicar en el pueblo y crear una sociedad que busque el bien común, tendríamos una mejor manera de vida y recuperaríamos ese valor ético muy importante: la moral.

Conquistemos un corazón bondadoso y capaz de dar soluciones. Basta con unirnos de corazón, para dar soluciones de

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