CONTAMINACION AMBIENTAL EN COLOMBIA

CONTAMINACION AMBIENTAL EN COLOMBIA

Mucho se ha escrito y es cierto, estamos acabando con el aire que respiramos y, a pesar de los acuerdos de Kioto, los países desarrollados hacen poco por evitar la contaminación. Hace años estamos padeciendo las consecuencias de la contaminación que producimos. Huracanes en el Caribe y en el océano Atlántico, tormentas tropicales, ciclones y muchas tragedias que han padecido los mismos países desarrollados y contaminadores. Poco se hace por evitarlo.

Medellín no es la excepción en cuanto a contaminación del aire que respiramos. Niños con problemas respiratorios ya son frecuentes, pulmones con manchas de fumadores, sin tener ese vicio, resultan en los exámenes practicados a los adultos, toses recurrentes se presentan con demasiada frecuencia y todo por la contaminación que padecemos.

Cuando se transita hacia Medellín por alguna de las carreteras del Oriente o del Occidente del Valle de Aburrá, se ve como una manta de humo que cubre la ciudad. Es la manifestación palpable de lo contaminado que está el aire que respiramos. Gripas constantes y ardor en los ojos los padecemos con frecuencia. Hay que hacer algo para mejorar el aire y evitar que el problema se agrave.

Me encontré en estos días con una persona que me hizo detener para hablarme de este preocupante tema. Y propuso la colaboración de los ciudadanos, como debe ser cuando se trata del bien público. Plantea la colaboración de todos los ciudadanos cuando vean que algo o alguien contamina, y serían cosas sencillas.

Se ven constantemente vehículos que no se sabe cómo pasaron las pruebas del control de gases. Unos escapes que parecen chimeneas industriales que botan humo negro hasta tapar la visión. Lo curioso es que todos los vemos, pero los encargados del control parecen ciegos.

La solución planteada por la persona que me pidió que hiciéramos algo es sencilla, pero necesita la credibilidad de las autoridades competentes.

Se trata de que cada ciudadano con espíritu cívico y de colaboración, anote las placas del vehículo contaminador y llame a las autoridades del municipio, para que estas apliquen los correctivos y las sanciones del caso.

Otra cosa: la gente, los comentaristas radiales, los funcionarios del Gobierno Nacional y los mamertos se rasgan las vestiduras porque Miguel Gómez Martínez adelanta la recolección de firmas para revocarle el mandato al alcalde Petro. Esa es casi una obligación del buen ciudadano, para salvar a Bogotá del caos en que ha caído por culpa de una mala administración. Es una herramienta constitucional para preservar el buen gobierno.

Petro es un improvisador, es casi un dictador para el que sólo es válido lo que él quiere. Petro debe ser investigado por haber creado, en forma voluntaria, un caos para luego decretar una urgencia manifiesta

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