CONTRACORRIENTE

CONTRACORRIENTE

Siempre me ha gustado escribir, pero ahora en el momento en que más debo aprovechar lo que hasta hoy considero como una de mis fortalezas, me doy cuenta lo mucho que tengo por mejorar, pero además me doy cuenta de el miedo que me imparto a mi misma al tener que decir lo que pienso frente a tantas mentes brillantes que saben muchísimo más que yo y que tienen una alta preparación experiencia y seguridad, eso sumado a una serie de pensamientos casi comunes que no comparto y que no me atrevo a rebatir como tampoco a aceptar.

Confiada de lo que hasta hoy he sido no pongo en duda ninguno de los principios que guían mi actuar y sigo sin entender los principios que rigen a tantos sino a todas las personas de las que me rodeo en el mundo académico, si es que se le puede llamar así a un entorno en el que se habla se analiza se debate, se piensa, se cuestiona la realidad y se busca darle solución, pero donde la esencia del ser de cada una de las personas que nos reunimos a debatir sobre la sociedad se han o nos hemos olvidado del centro mismo de la sociedad del conjuntos de “yos” que conforman el núcleo social, y se cae entonces en la trampa del relativismo donde todo puede ser o no ser pero en realidad no hay un ente verdadero, solo una masa de personas que creen saberlo todo y creen estar luchando por una sociedad donde el verdadero problema es cada uno de nosotros los que la criticamos.

Me falta coraje, porque he dicho todo pero a la vez no he dicho ni hecho nada, todos debaten a mi alrededor y al parecer enmudezco a todos y lleno mi cabeza de pensamientos e ideas que quieren dar un vuelco total al debate pero no encuentro una salida positiva a lo que soy dentro del entorno en que estoy construyendo lo que quiero llegar a ser en medio de en quienes no me quiero convertir,

No dudo de mi fortaleza para seguir nadando contra corriente pero sí dudo de mi capacidad y coraje para corregir al otro con amor, y hacer entender a todos que sólo existe una verdad capaz de cambiar los problemas que se ven en la sociedad pero que en realidad radican en nosotros mismos.

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