CRÓNICA Y REFLEXIÓN
Enviado por lumago • 9 de Febrero de 2014 • 1.227 Palabras (5 Páginas) • 224 Visitas
CRÓNICA Y REFLEXIÓN CRUZADA DE DOS LECTURAS
Por Martínez González Luis Manuel.
La primer clase siempre crea expectativas, es sabido por todo estudiante que nervio y curiosidad impera en el lugar cuando un catedrático inicia la sesión por primera vez; después del correspondiente saludo a la asamblea el Maestro se presenta cordialmente, e inmediatamente nos hace saber la regla de oro, no la única, pero si la primera; “Es importante la pregunta como la respuesta” dice con tono imperativo, como si con decirlo enfáticamente se escribieran con cincel en nuestro entendimiento sus palabras, y posteriormente planteo una pregunta; no sin antes advertir evitar contestar por impulso, sin razonar primero la respuesta, y entonces; tímidamente la pregunta asomo de sus labios: ¿Cuáles son las actividades del estudiante?; el recuerdo colectivo de la indicación anterior se hizo presente y el silencio aplastó la asamblea, primero nada, después murmullos ahogados en la timidez, que se hicieron más confianzudos con la invitación del Maestro a responder si, pero en una palabra, “resumir” se escuchaba, “estudiar” alguien respondía, “aplicar los conocimientos” ¡en una palabra! enfatizaba el Maestro; un anónimo atinó a decir “leer” y eso detuvo la lluvia de conceptos errados y el contoneo negativo del dedo índice del profesor, “leer” repitió con el empeño de que cada vocablo quedara claro, y nuestra atención fue su aliada, con lo que pudo explicar que la lectura es un fenómeno universal, que sabiendo leer cualquier cosa que te propongas aprender lo lograrás y citó a Luis Spota “Adquirir el habito de la lectura es encontrar un refugio contra casi todas las miserias de la vida”. Yo trataba de encontrar ese “casi” donde la lectura no nos cobija, aún lo busco…
Con semejante preámbulo llegó la segunda actividad del estudiante: escribir, y sólo se hizo hincapié en que hay que leer, si, pero hay que leer bien; en que hay que escribir, si, también, pero escribir bien y sólo al quedar claro los puntos anteriores el Maestro procedió a dar las indicaciones para el ejercicio de lectura que realizaríamos; primera indicación leer de principio a fin, de la “a” a la “z”; segunda indicación, hacer tres subrayados de los párrafos que considero importantes o afines a mi persona; tercera indicación: Priorizarlos con a, b y c; nos hizo entrega de las hojas; dos lecturas extraídas del periódico pulso y ambas de la autoría de Esteban Moctezuma y mientras leíamos, un grato, respetuoso y raudo saludo de mano actuaba de rompe-hielo, posterior a esto se hizo llegar hasta nuestros lugares una lista según nuestro género para anotar nuestros datos; que dicho sea de paso, entorpecía la siguiente actividad, debido a que distraía la atención de quienes les tocaba llenarla.
Las lecturas estaban numeradas en sus párrafos, lo que facilitó el subrayado y la identificación de los mismos en la hoja de concentrado de priorización de párrafos; tendré que acotar que la dinámica transcurrió con tropiezos, errores que durante su aparición arrancaban del formalismo las risas y que terminaron por hacer más ameno y divertido el vaciado de resultados, lo cual no hubiera ocurrido sin la participación activa del Maestro que hacía mofa de nuestra incapacidad de distinguir las letras primarias de nuestro abecedario, el a, b, c y el 1, 2, 3 se volvió tema secundario e involuntario de la sesión, aunado con la esporádica distinción de los géneros masculino y femenino.
Con el transcurrir del tiempo y a fuerza de ejercitar el a, b, c se logró la distinción efectiva los párrafos priorizados y el vaciado de los resultados, no sin sus respectivos borrones y tachones testigos mudos de errores pasados y superados.
Como segunda parte del
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