CVien Años De Soledad
Enviado por • 26 de Noviembre de 2014 • 2.636 Palabras (11 Páginas) • 208 Visitas
En 1967 se publica por primera vez “Cien Años de Soledad”, novela que catapulta a la fama a Gabriel García Márquez, el cual tardó dos años en escribirla. Lo extraordinario de este libro es que por segunda vez en la historia de la humanidad se conoce un movimiento literario que es propio de Latinoamérica: el realismo mágico.
Este trabajo intentará demostrar de manera sucinta que en este libro se expone de manera disfrazada la historia latinoamericana. Historia de sometimientos y postergaciones pero sobretodo historia de olvidos y engaños. Una historia que parece no tener historia porque se vuelve siempre al punto “0” del desarrollo. Y si comparamos nuestra historia que cuenta siglos frente a otra que cuenta milenios, se hace difícil creer que podemos igualarnos. Una historia tan cíclica que todos los personajes no recuerdan el pasado pero reconocen la hora de la muerte. Esto simboliza que hasta la muerte, tan impredecible desde siempre, es clara en un lugar donde los hechos se repiten como las horas y los días, como las estaciones del año. “Ese hombre se va a morir” sentencia Fernanda cuando ve por primera vez a Mauricio Babilonia, sólo por la expresión de su rostro.
Este es el punto clave del relato que tiene como protagonistas a los Buendía. La historia que se olvida y que se repite eternamente: la historia de latinoamérica.
La ausencia de historia queda patente en Remedios, la bella. Estaba despojada de historia y de recuerdos. No sabía que era hermosa y que volvía locos a todos los hombres. Era como un ser sobrenatural. Al no tener historia, su mundo era casi primitivo. La manera de vestirse, de comer, de invertir los horarios de vigilia y de sueño recuerda al hombre de los orígenes, a los inicios de la historia humana. “ …Feliz en un mundo de realidades simples.” Era feliz así, con una ausencia total de moral y buenas costumbres, impuestas al hombre por la cultura. Recuerda obviamente a los pueblos originarios de la Historia Universal, los hombres de las cavernas, aquellos que cruzaron por primera vez el estrecho de Bering y poblaron este continente.
El lugar del relato es Macondo, fundado por José Arcadio Buendía, quien se fue de su pueblo porque era asediado por el fantasma de Prudencio Aguilar, muerto en un duelo por dudar de su virilidad. Es decir, la primera intención de la obra es el olvido. Y es el tema que trasciende todo el relato. El olvido comienza como una consecuencia de la enfermedad del insomnio traída por Rebeca. Lo malo de la enfermedad no era no dormir sino que poco a poco se borra de la memoria los recuerdos, lo vivido y hasta las cosas cotidianas. Este flagelo seguirá a través de cien años, no sólo en los Buendía sino en todo el pueblo. Si bien Melquíades cura al pueblo , no lo hace de manera completa. Por eso, el sopor de Macondo se eterniza durante un siglo. Así, esta familia signada por el peor de los males, el olvido, va transcurriendo de generación en generación sin conservar ningún vestigio de lo ocurrido anteriormente. Es tan potente esta ráfaga de olvido que hasta los gemelos, que juegan a cambiarse el nombre, terminan por permutarse realmente, generando una ausencia de identidad verdadera y un olvido de su verdadera integridad que burla a la muerte: “…y allí se vio que volvían a ser iguales en la muerte… confundieron los ataúdes y los enterraron en tumbas equivocadas.”
El olvido como sinónimo de muerte, es una constante que desafía al tiempo. El tiempo pasa escurridizo, ante la ausencia de recuerdos y se ve como el eterno retorno. “Ya esto me lo sé de memoria. Es como si el tiempo girara en redondo y hubiéramos vuelto al principio” alega Úrsula cuando escucha una locura de José Arcadio Segundo a quien se le ocurrió vender todo para una travesía. Los personajes no parecen decidir lo que hacen, sino que son arrastrados por la vida y el tiempo sin pasado y sin futuro, porque en realidad éste está decidido desde el principio de su vida, signado por el nombre que les tocó en suerte. Los Aurelianos padecen las mismas desgracias y los José Arcadio sufren de las mismas tempestades. Aquí aparece un paralelismo con la discriminación de razas: ser negro, blanco, aborigen decreta el destino del hombre, como una especie de determinismo marcado por el color de la piel. Así ser blanco asegura una posición social, ser negro asegura la discriminación y el servilismo, ser aborigen simboliza el exterminio y la destrucción. Es un destino que está escrito nefastamente en lo que la raza marca.
Lo más irónico es que la obra comienza con un recuerdo: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota…”. El coronel Aureliano viene a representar a nuestros próceres y al revolucionario, que pelea por causas justas y para eliminar el sometimiento. Hay una calle con su nombre pero no consigue cambiar la realidad de la esclavitud como no lo hicieron San Martín o Bolívar: “Hicimos tantas guerras y todo para que nos terminaran pintando la casa de azul”, comenta Aureliano cuando ve pasar a los policías del régimen conservador. Signado por el olvido en un momento no recuerda porque comenzó a pelear y arguye que pelea por “orgullo”. Se deja dominar en un instante por el poder y se iguala a los hombres contra los cuales luchaba.”Tanto pelear contra estos milicos para terminar pareciéndome a ellos” sentencia Aureliano. Termina encerrado en su taller, olvidado y dolido por no haber obtenido nada, por ser sólo un viejo sin recuerdos, rechazando los honores, así como nuestros héroes terminan exiliados y rechazados por las sociedades que lucharon. Sólo deseaba la muerte: “cuyo único sueño era morirse de cansancio en el olvido y la miseria”. Así este personaje vive la espera de la muerte con una tristeza contenida por la ausencia de recuerdos y de afectos verdaderos. Algo parecido a lo que resultó con los llamados “Libertadores de América”, quiénes sufrieron el exilio y fueron reconocidos muchos años luego de su muerte.
En la contrapartida del coronel se ubica Arcadio (hijo de José Arcadio y Pilar Ternera) quien representa las dictaduras interminables que sucedieron a los países latinos. Es uno de los tiranos más grandes que tiene Macondo y termina siendo fusilado por la oposición. Lamentablemente para nosotros no existía una Úrsula que frenara la locura del poder, pero se asemeja en todo a los dictadores que tiñeron de sangre la historia de Latinoamérica: “impuso la utilización del brazal rojo” “impuso el servicio militar obligatorio”. Él recuerda también en el momento de su muerte a su esposa y a sus hijos, a Melquíades y entiende cuánto quería a quienes había odiado. Ésta revelación propia del momento de la muerte, ya no le sirve más que para pedir que si su hija
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